Los recientes temas del último trabajo solista de Solari junto a su banda, los Fundamentalistas del Aire Acondicionado, "Pajaritos bravos muchachitos", sonaron ayer, sin tanta resonancia entre los asistentes, como sucedió sobre los inicios del show con "A los pájaros".

Los acordes de otro tema nuevo, "La Pajarita pechiblanca", desafiaron al clima y los históricos secuaces del Indio en la banda Los Redondos subieron al escenario, se desató el carnaval que sorprendió a los más jóvenes que nunca habían podido darse el lujo de escucharlos en vivo.

El saxofonista Sergio Dawi, el baterista Walter Sidotti y el bajista Daniel "Semilla" Bucarelli entregaron -también- junto al cantante, la querida "Ya nadie va a escuchar tu remera" y la emoción ganó el predio.

Muchos asistentes se retiraron antes de que terminara la velada logrando sortear los malos tratos verbales de algunas personas de la seguridad, con algunos efectivos de la policía montada rodeando -durante un rato- una de las salidas del predio, mientras el viento soplaba inclemente.

La oscura belleza de "Todos a los botes", la nostalgia de "Nene-nena" se fundieron anoche como en una suerte de collage, con las palabras firmes de Solari, "la memoria sigue viva", en relación a la permanencia de la lucha de las Madres de Plaza de Mayo, nombrando a los 21 desaparecidos de Gualeguaychú.

La emoción ganó las almas al calor de los himnos de los tiempos ricoteros, "Unos pocos peligros sensatos" y su coreado -gritado- estribillo "Golpe de suerte", sumado a la posibilidad de disfrutar de la postal de la reunión con sus secuaces ricoteros sobre el imponente escenario.

Bien entrada la medianoche, dos himnos sacudieron las certezas, "Todo un palo" y "Ji ji ji", con su pogo interminable, "único en el mundo", como lo nombran quienes comulgan con esta celebración rockera, culminando una velada musical y anunciando el momento de regresar a casa, después de una larga peregrinación.