Guillermo Montenegro camina por los restos de lo que hasta hace poco más de una hora era la distribuidora Torres y Liva en medio de un calor abrasador por las llamas que los bomberos aún no habían logrado controlar. Sale por la calle 20 de Septiembre, cruza la avenida Luro y charla con los damnificados que llegaron a salir con lo puesto de sus casas antes de que los alcance el fuego. Antes de ingresar a la tienda de primeros auxilios que se armó en Plaza Rocha, saca el teléfono y se lo muestra a un colaborador.

"Mirá, este lunes teníamos la primera reunión de la Mesa de Emergencia para empezar a trabajar el proyecto que anunciamos en la primera reunión de gabinete. Yo sabía que podía pasar algo así y que teníamos que estar preparados", se lamenta.

El intendente llevaba cinco días en el poder cuando el fuego destrozó por completo el local mayorista y alcanzó a cerca de 40 departamentos. Para ese día, ya había tenido que enfrentar el primer acampe en la puerta del municipio y había protagonizado su primera actividad con ministros provinciales.

Montenegro siempre supo que asumir la Intendencia de Mar del Plata suponía no tener descanso. Luego del acto protocolar del 10 de diciembre inmediatamente debe ponerse al frente de la programación de la temporada que ya está encima. El intendente de Juntos por el Cambio no tuvo tiempo siquiera para eso. Su primer fin de semana lo exigió con un desastre que será recordado en la historia marplatense.

Algunos ubican al incendio en Torres y Liva como el peor en la historia de Mar del Plata. Tuvo una particularidad que potenció impacto: no solo afectó a una gran superficie como pasó con La Rambla, Los Gallegos, Ferimar o Caromar, sino que también alcanzó cerca de 40 viviendas y dejó a decenas de familias sin nada.

En medio del desastre, hubo algunos puntos que dieron cierto alivio. El primero fue que no hubo víctimas fatales ni heridos graves.

El operativo de emergencia, más allá de la necesidad de establecer un nuevo protocolo, funcionó.

Otro punto es que el El origen del fuego, todo indica, fue obra de un pirómano. Más allá de las cuestiones que puedan salir a la luz con la investigación judicial, no se vislumbran fallas en los controles por parte del municipio o de los estamentos a cargo de la seguridad de los comercios.

Esto no significa que el conflicto se logró superar. En el entorno de Montenegro saben que buena parte de los desafíos y reclamos para el municipio comenzarán cuando los escombros se enfríen y las familias empiecen a regresar a sus hogares, o lo que quedó de ellos. Y tal vez, a mediano plazo, deba enfrentar un viejo reclamo: ¿pueden esas grandes superficies estar instaladas en el corazón de la ciudad?

UN APREHENDIDO POR EL HECHO

Un hombre fue detenido en las últimas horas y la Justicia lo investiga como sospechoso por el incendio de la distribuidora Torres y Liva, ocurrido el domingo por la noche en Rivadavia y 20 de Septiembre.

El fiscal se reunió con las autoridades de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) local y analizó las pruebas recabadas hasta ahora en el expediente. *Con información de La Capital.

La tensión de las últimas 72 horas dejó muy atrás el acampe de organizaciones sociales en las primeras horas de la gestión de Montenegro. El equipo del intendente, recién estrenado, estuvo con las organizaciones que reclamaban el pago de deudas de la anterior gestión, trabajo para las cooperativas y canastas navideñas para pasar las fiestas.

"Arrancaron con un planteo que era imposible de cumplir y después pudimos empezar a hablar de un pedido razonable", relataron fuentes municipales sobre el primer conflicto que enfrentó la nueva gestión.

El fin de semana también fue una prueba de convivencia política para Montenegro. El gobernador Axel Kicillof decidió que la primera visita del poderoso ministro Augusto Costa y de la ministra de Desarrollo de la Comunidad, Fernanda Raverta, sea en Mar del Plata.

Este miércoles, Montenegro recibió una buena noticia. El Indec dio a conocer un nuevo índice de desocupación y Mar del Plata salió del primer puesto que suele ocupar cada vez que el organismo da a conocer la tasa de desempleo. El dato es apenas un mimo: en tres meses la ciudad puede volver a estar al tope del ranking, porque no hubo cambios estructurales. Pero al menos, por ahora, no se hablará otra vez de la "capital de la desocupación". 

Montenegro tuvo una primera semana mucho más agitada de lo esperado. El incendio devastador en Torres y Liva puso a prueba su conducción política. También alteró los planes que tenía y debió improvisar respuestas ante un hecho que conmocionó a la ciudad. Ahora deberá terminar de superar esta situación y empezar a poner el foco en una temporada en la que los marplatenses tienen puestas muchas expectativas.

Fuente: 0223