La decisión fue tomada por el fiscal Darío Giagnorio, quien acusó por ese delito al agente Pablo Moresco (24), el cual continuará en libertad hasta el juicio.

Fuentes judiciales informaron que el policía había sido imputado desde un principio por "homicidio culposo", es decir porque no había tenido intención de haber provocado la muerte de Ezequiel Corbalán (30) y Ulises Rial (25).

Sin embargo, con los resultados de las pericias realizadas, tanto en el auto como en el lugar del hecho, los investigadores determinaron que el conductor chocó directamente a la moto en la que iban las víctimas y la causa fue recaratulada como "homicidio simple con dolo eventual", que prevé penas de entre 8 a 25 años de cárcel.

"No puede de ninguna manera embestir a alguien con el fin de aprehender a una persona y poner en riesgo la vida", dijo a Télam un vocero encargado de la pesquisa.

Además, la fiscalía estableció que Moresco debió tener la responsabilidad de un mayor cuidado al manejar un patrullero en "mal estado". "El móvil policial no tenía las mínimas condiciones técnicas para circular por la vía pública ya que no tenía balizas, ni luneta y los neumáticos estaban totalmente gastados", añadió, al respecto, la fuente consultada.

En ese sentido, el fiscal Giagnorio procuraba determinar la responsabilidad penal de los superiores del personal policial involucrado que asignaron el móvil en esas condiciones. Los voceros agregaron que el delito que podría endilgarles es del "incumplimiento de los deberes de funcionario público", ya que en el libro de mantenimiento figuraba el requerimiento para la reparación del vehículo y no fue realizada.

El hecho se registró alrededor de las 3.30 de la madrugada del lunes 1 de junio del año pasado, cuando Corbalán y Rial iban a bordo de una moto Corven 150 cilindradas y efectivos que se desplazaban en un patrullero quisieron identificarlos ya que estaban violando el aislamiento social, preventivo y obligatorio decretado por el gobierno nacional.