"Nos esforzamos sinceramente por la reunificación pacífica, pero nunca prometeremos renunciar al uso de la fuerza y no dejaremos espacio para la independencia de Taiwán". El firme comunicado del vocero del Ministerio de Defensa Nacional de China, Wu Qian, refleja la creciente intransigencia del régimen de Xi Jinping con respecto a la isla y muestra su urgencia por resolver su anexión. China ha realizado una demostración militar sin precedentes alrededor de Taiwán, desplegando un récord de aeronaves y buques en ejercicios que simulan el cierre de puertos clave y el asalto a la isla, según informaron funcionarios taiwaneses y medios estatales chinos el lunes.

El Ministerio de Defensa Nacional (MDN) de Taiwán anunció en una rueda de prensa que el ejército chino empleó un total de 125 aeronaves militares en sus maniobras alrededor de la isla, marcando un récord diario desde que se iniciaron los registros de estas actividades. De esas aeronaves, 90 ingresaron en la Zona de Identificación de Defensa Aérea (ADIZ) de Taiwán, incluyendo cazas de combate, helicópteros y drones, aunque ninguna violó el espacio aéreo soberano de la isla.

Además, el MDN detectó 17 buques de la Armada china y otras 17 embarcaciones oficiales operando cerca de la isla principal de Taiwán y sus archipiélagos periféricos, entre las 05:00 y las 16:30 horas del lunes.

Los ejercicios, llamados "Joint Sword-2024B", involucraron al portaaviones Liaoning, junto con tropas terrestres, aéreas, marítimas y unidades de cohetes del Ejército Popular de Liberación. Un mapa publicado por medios oficiales chinos muestra las formaciones de la Guardia Costera china alrededor de la isla, con flechas que sugieren un cerco completo a Taiwán. Las seis áreas rojas del mapa señalan zonas clave para un bloqueo marítimo simulado.

La televisión estatal CCTV mostró imágenes del portaaviones Liaoning lanzando cazas J-15 y otras maniobras de buques de guerra y aviones acercándose a Taiwán desde diversas direcciones. Estas actividades se centraron en patrullas de combate, bloqueos y asaltos a objetivos marítimos y terrestres.

En respuesta, Taiwán desplegó buques de guerra para vigilar y prepararse, además de activar grupos móviles de misiles y radares para rastrear los buques chinos.

China declaró que estos ejercicios son un "castigo" por la negativa del presidente taiwanés a aceptar que la isla es parte de la República Popular China, en referencia a las declaraciones del presidente William Lai durante el Día Nacional, donde afirmó que China "no tiene derecho a representar" a Taiwán.