En un encuentro sin precedentes, el expresidente brasileño Jair Bolsonaro llegó a Buenos Aires para reunirse con el presidente electo argentino, Javier Milei, en el hotel Libertador. Acompañado por su hijo Eduardo, Bolsonaro expresó su apoyo a Milei y destacó el compromiso compartido de ambos líderes con la defensa de la democracia.

En declaraciones previas a una entrevista con radio Mitre, Bolsonaro subrayó la importancia de la victoria de Milei en un mundo polarizado entre la izquierda y la derecha. "Nosotros no somos opositores, somos enemigos", afirmó el exmandatario, refiriéndose a la división política actual.

Ambos líderes coincidieron en la imposibilidad de dialogar con la izquierda, destacando que sus posturas buscan proteger la democracia, la libertad en el comercio y la autonomía nacional. Bolsonaro aceptó la invitación de Milei como un gesto de solidaridad entre países vecinos y hermanos, expresando su deseo de contribuir al crecimiento de Argentina.

El respaldo de Bolsonaro a Milei se destaca aún más en el contexto de la inhabilitación del expresidente brasileño hasta 2030 por denuncias falsas de fraude electoral. La comitiva bolsonarista, compuesta por dirigentes de la ultraderecha brasileña, respalda activamente la victoria de Milei, quien fue invitado por Bolsonaro después de las elecciones de octubre.

La relevancia de este encuentro no solo radica en la conexión política sino también en la presencia de líderes legislativos y gobernadores de la extrema derecha brasileña en la delegación. La llegada de una treintena de aliados bolsonaristas demuestra el respaldo significativo a Milei, consolidando lazos políticos más allá de las fronteras.

Aunque el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, no asistirá a la asunción de Milei, el canciller Mauro Vieira representará al gobierno brasileño en la ceremonia. Este gesto subraya la importancia de las relaciones entre Argentina y Brasil, a pesar de las diferencias ideológicas.