Estragos y las consecuencias de la ofensiva ucraniana en el puesto fronterizo de Sudzha.
Una semana después de la mayor incursión extranjera en Rusia desde la Segunda Guerra Mundial, The New York Times explora los estragos y las consecuencias de la ofensiva ucraniana en el puesto fronterizo de Sudzha.
Todo lo que quedaba del puesto fronterizo ruso era un escenario de destrucción: fragmentos de metal esparcidos, documentos de aduanas volando y perros callejeros vagando bajo una señal que decía “Rusia”.
Los vehículos blindados ucranianos cruzaban sin obstáculos, mientras la ofensiva, la mayor incursión extranjera en Rusia desde la Segunda Guerra Mundial, continuaba en la región de Sudzha y alrededores.
En el puesto fronterizo, un soldado ucraniano saludaba a las tropas que avanzaban, días después de que el jefe del Estado Mayor ruso anunciara que el ataque había sido rechazado.
A lo largo de la frontera, se veían los restos de la batalla: cartuchos de bala, chalecos antibalas abandonados y señales de soldados sorprendidos. La incursión a territorio ruso marcó un momento significativo para Ucrania, después de años de agresión rusa.
Durante el primer mes de guerra, Ucrania había hecho algunos ataques transfronterizos con helicópteros y drones, pero hasta ahora, no había llevado la batalla directamente a Rusia.
Los soldados ucranianos, que avanzaron decenas de kilómetros en territorio ruso, han cambiado el rumbo de la guerra tras un año en el que Ucrania había luchado para contener a las fuerzas rusas en su frente oriental.
El lunes, el general ucraniano informó que se había tomado 1010 kilómetros cuadrados de territorio en la región de Kursk, con varios asentamientos invadidos. La ofensiva también pretendía desviar tropas rusas del Donbás y ganar influencia para posibles negociaciones de paz.
El ataque se realizó con secreto extremo, con planes revelados solo a los oficiales inferiores en el último momento. La estrategia era atravesar rápidamente las defensas y aprovechar el terreno para limitar las opciones rusas.
El puesto de Sudzha, un lugar aislado, quedó en ruinas tras el asalto. El espeso follaje estival y los aparentes ejercicios de entrenamiento ucranianos ayudaron a disimular la ofensiva.
El ataque dejó una escena cruda: cuerpos de soldados rusos sacados de los puestos de control, un cartel en ruso frente al puesto destruido y una sala de control de pasaportes devastada.
Las respuestas rusas incluyeron bombardeos aéreos, y la evacuación de 20,000 personas cerca de la frontera. A pesar de la burocracia que caracteriza a Rusia, el ataque ucraniano logró desorganizar las operaciones fronterizas.
Las escenas de la retirada rusa en su propio territorio reflejan el impacto de la incursión y cómo las fuerzas ucranianas lograron penetrar áreas previamente consideradas impenetrables.