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En 1931 un psicologo interesado en averiguan cuáles eran los motivos por lo que los seres humanos habíamos evolucionado hasta la actividad intelectual mientras que los animales no lo había logrado, llevó a cabo un experimento con su hijo de pocos meses y un chimpancé. Del mismo también participó su esposa. A los pocos meses se dio cuenta que el experimento se había desviado hacia un lugar que no esperaba y meses después lo detuvo. La excusa fue las complicaciones de una doble crianza pero el motivo fue que el resultado fue bastante mas distinto del que esperaba. En "Olimpia", publicado por la editorial Tusquets, Betina González parte de aquel suceso y nos entrega un relato intenso y cargado de sentido.

Encerrado en su laboratorio, Mario Ulrich busca las claves de un teoría que viene persiguiendo desde hace años. "Para él el miedo no era algo a vencer o a ignorar: era la forma más rápida, duradera y efectiva de aprender cualquier cosa" y bajo esa premisa compara los datos de sus experimentos con animales en la vieja casa en la que creció. Aunque tiene ambiciones más grandes. De a poco ha comenzado a crecer dentro de su cabeza una idea que surgió con el embarazo de su esposa. No estaba seguro de compartirlo con ella pero era necesario. Lucrecia enseguida se suma ya que ve en su marido algo especial. A veces lo espía en el laboratorio y lo observa concentrado en su papeles. Aunque para ella ese lugar está vedado.

La investigación de Ulrich tiene como objetivo saber de qué manera el ambiente define la evolución. Para ello necesita de su hijo de pocos meses y de un chimpancé de la misma edad. El desafío será criarlos de la misma forma, con los mismos aprendizajes y la mismas posibilidades.

Ulrich se encierra en su laboratorio con la chimpancé mientras que Lucrecia comienza a dejarse llevar por lo institivo. Lo salvaje aparece de a poco en ella y su hijo. Pronto, la casa se convierte en un gran laboratorio donde empieza a aflorar algo que nadie puede avizorar.

"De corazon se aprendia lo que servia para siempre, lo que ayudaba a la suerte que uo traia de nacimiento, lo que salvaba vidas. de cabeza se aprendía lo que no se sabía si alguna vez servivria para algo. De cabeza se aprendía por las dudas, para el futuro, para cuando faltara el corazón" dice uno de sus personajes y me parece que explica mucho de lo que intenta transmitir la autora.

Betina González, una de las voces más interesantes de la literatura argentina, logra que el lector se conecte desde las primeras páginas con la historia. Con una trama que va ganando en profundidad con la aparición de personajes que no podríamos describir como secundarios. Cada uno cumple una función en el relato y van movilizando la narración hacia el desenlace con un sentido filosófico.

Por si el lector tiene curiosidad del caso real podrá entonces navegar por internet para conocer los detalles del experimento del psicólogo Winthrop Niles Kellog. Parte del trabajo también se puede ver en Youtube bajo el nombre de "Comparative Tests On A Human And A Chimpanzee Infant Of Approximately The Same Age".