Si ya el sábado, en la jornada inaugural, los organizadores se habían mostrado gratamente sorprendidos por la respuesta del público, ayer no encontraban palabras para describir el respaldo que la comunidad de Olavarría y la región les dio en la realización de la décima edición de la Kreppelfest.

Una celebración en la que los colonos descendientes de Alemanes del Volga exhiben con orgullo sus vestimentas típicas, sus bailes, su música y sus comidas. Y que buena parte de los asistentes al menos por un fin de semana las adopta casi como propias.

El sol del domingo fue un aliado fundamental. Por la mañana, el acto inaugural fue encabezado por el intendente Ezequiel Galli, acompañado de la presidente del HCD, Cecilia Krivochen, el subsecretario de Cultura y Educación Bruno Cenizo, el delegado de la localidad Raúl Kuhn, funcionarios municipales, concejales del HCD, comisión organizadora de la Kreppelfest y público en general.

Miles y miles de personas se fueron sumando con el correr de las horas y los organizadores, en un momento pico del día, llegaron a calcular que eran alrededor de 30.000 los vecinos presentes.

La ceremonia inaugural comenzó pasadas las 11, con la bendición de los kreppel y el saludo de bienvenida por parte de Rosa Estela Steinbach en alemán. Luego, el Delegado de la localidad junto al Intendente entregaron un presente a Hugo Scwhindt (en representación de la comisión organizadora) por la décima edición de la fiesta.

"Tenemos un día hermoso para disfrutar de esta 10° Kreppelfest y que la podamos hacer, realmente es algo maravilloso. Después de dos años que la pandemia no nos los permitió. Fue la primera fiesta que suspendimos en marzo del 2020 cuando todavía estábamos esperando a ver que iba a pasar con este virus que estaba circulando por el resto del mundo. Tomamos la decisión, en ese momento difícil porque ya se había trabajado mucho en la organización", sostuvo el intendente Galli.

Las ganas de la gente de volver a vivir una fiesta popular, que ya había quedado en evidencia en otros eventos masivos recientes como los Corsos Oficiales y el Festival de Doma y Folclore, volvió a quedar ratificada.

Galli celebró "volver a encontrarnos, cara a cara, poder celebrar, poder comer las famosas kreppel. A Hugo y toda la comisión, gracias por todo el trabajo que hacen, la verdad que le ponen una pasión impresionante para que la fiesta sea lo que es y mantener viva la tradición, las raíces, poder seguir transmitiendo de generación en generación la cultura de los Alemanes del Volga realmente es algo que nos identifica como pueblo, y esto es parte de la cultura de Olavarría".

Tras la entonación del Himno Nacional Argentino y las estrofas del Himno de Alemania, comenzó la fiesta de manera oficial con la degustación de los kreppel.

Luego del acto, el Intendente se trasladó hasta las instalaciones del Colegio Santa Teresa, en donde se plantaron dos olivos como símbolo de paz en el mundo. La iniciativa pretende continuar en el tiempo como propuesta pedagógica en la institución y que los alumnos egresados puedan plantar árboles en representación. Finalmente, el intendente recorrió los puestos de puestos de comida, food trucks, artesanos y patio cervecero que se disponen sobre avenida De los Fundadores, epicentro de la fiesta.

Más tarde llegó la elaboración de los kreppel en vivo, mientras la afluencia de público no paraba de crecer. El tradicional y colorido desfile se inició a las 17.30. Pasaron ante la ovación del público montados a caballo, con vestimentas típicas alemanas, las representantes de la Kreppelfest, los gauchos peregrinos de la parroquia San Cayetano, un grupo de niños también con indumentaria características y otros disfrazados del jardín Santa Teresa.

Además, un carruaje con colonos repartiendo kreppels a su paso, el ballet de danzas alemanas Wir Brigen Freude y el ballet de la Dulce Vida de Azul.

Familias enteras y grupos de amigos se instalaron en toda la zona con sus reposeras dispuestos a pasar la tarde noche. Muchísimos puestos de venta de comidas típicas y stands de artesanos fueron muy visitados y disfrutaron de excelentes niveles de ventas.

Más tarde llegó otro momento muy esperado, sobre todo por los jóvenes: "el show del spicher", un ritual típico que se inicia con canciones alegres que levantan al público y tiene su momento cúlmine cuando se rompe el gran barril y comienzan a "bendecir" con cerveza a la gente. Dice la leyenda, que pasa de generación en generación, que quienes la beben rejuvenecen veinte años.

La presentación del grupo Astral sobre el escenario siguió en la guilla de la variada programación y para el cierre estaba prevista la entrada en escena del gran show de Santamarta, que con un importante recorrido por distintos escenarios, llegaba anoche a Colonia Hinojo para revivir sus grandes hits en la movida tropical.