La Facultad de Agronomía de la UBA (Fauba) adquirió equipos de última generación para asistir a las pymes semilleras de la Argentina en sus investigaciones biotecnológicas.

Con una inversión de 38 millones de pesos, se pondrán en funcionamiento un secuenciador de ADN y una plataforma de genotipado de alto rendimiento, instalados en el Laboratorio de Genómica que funciona en la cátedra de Bioquímica.

La adquisición de los equipos fue financiada por el Fondo Tecnológico Argentino (Fontar) de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica y gestionada por Ubatec S.A., la empresa de prestación de servicios y transferencia tecnológica de la Universidad de Buenos Aires.

Según Eduardo Pagano, profesor titular de la cátedra de Bioquímica de la Fauba, el objetivo es "lograr un avance tecnológico para las pymes semilleras de la Argentina, cuyo principal valor es su germoplasma".

"Queremos fortalecer a los semilleros locales y hacerlos competitivos a nivel local y regional, con el desarrollo de un laboratorio de biotecnología al que puedan acceder para dar un salto tecnológico sin la necesidad de incurrir en los gastos millonarios que demanda la construcción de una plataforma propia", dijo Pagano al sitio web Sobre La Tierra.

Las nuevas incorporaciones involucran un secuenciador Illumina de nueva generación (HiSeq 3000), que entre otros usos permitiría describir el genoma de especies vegetales y animales. "Es el más grande que hay actualmente en la Argentina y uno de los dos más importantes de Sudamérica", afirmó el profesor de la FAUBA. También se adquirió una plataforma de genotipado de alto rendimiento (SNP Line), mediante el programa Fortalecimiento de la Innovación Tecnológica Aglomerados Productivos (FIT AP). Este equipamiento permitiría detectar hasta 200.000 marcadores moleculares (SNPs) por día.

El secuenciador ya está instalado y funcionando en la cátedra de Bioquímica de la Fauba. No sólo sirve para secuenciar genomas de especies vegetales, sino también de animales, algunos de los cuales afectan a la agricultura, como los insectos plaga, y sobre los cuales aún existe poca información científica. "El principal uso que le vamos a dar es para el desarrollo de marcadores moleculares, que son puntos específicos en el ADN, diferentes entre los individuos.

Comparamos las secuencias de ADN de muchas variedades y, en base a esas diferencias que encontramos, podemos guiar el mejoramiento", dijo. Además, destacó que las primeras investigaciones se concentrarán en soja, sorgo, girasol, trigo y especies hortícolas.