La Agencia Federal de Ingresos Públicos (AFIP) vive un estado de rebelión que amenaza con paralizar gran parte de las seccionales del ente recaudador, producto de la protesta que llevan adelante los agentes de carrera del fisco por la catarata de causas judiciales que amenazan el patrimonio de los empleados del citado ente recaudador. La Justicia ya dictó embargos de bienes y suspensión de haberes a más de 30 jefes de agencia y directores regionales del área metropolitana quienes se quejaron por carta al administrador federal, Leandro Cuccioli. La causa de Oil Combustibles y el rol de el hombre de confianza de Lilita Carrio en la AFIP, el ex subdirector de Operaciones Impositivas de Interior y ahora director de la unidad de Lavado de Activos y Financiamiento del Terrorismo, Jaime Mecikovsky, son claves en la revuelta de los jefes de la AFIP. En rigor, los damnificados culpan a la anterior gestión de Alberto Abad de avanzar en la justicia penal a través de equipos externos de abogados, quienes para acelerar el expediente de Oil Combustibles por el que la AFIP reclama una deuda de $8.000 millones aprobaron un permiso especial para la firma.