Como es costumbre, se hizo la formación en las puertas del Cuartel, en la que se reunió al Cuerpo Activo y a la Reserva.

Luego del toque de sirena y el minuto de silencio en homenaje a los ex bomberos fallecidos. "La sirena no es sólo la que nos convoca, sino la que nos conmueve", resaltó el ex jefe Mario Saracchi y luego destacó que "antes como ahora, el mismo corazón".

En primera persona

"En 60 años pasó mucha gente y muchas familias estuvieron comprometidas con la institución", valoró el actual jefe, Fernando Mángano.

"Hoy es un honor y un orgullo estar siendo parte de esto, me toca estar al frente, pero la responsabilidad es de todos, no sólo de quienes nos toca comandar. Pertenecer a Bomberos es un orgullo y con muchas ganas de seguir perteneciendo", comentó luego.

Mángano contó que se unió al Cuartel luego de que su familia sufriera un incendio mientras vivían en Laprida. "Aquel día se apagó el fuego en la casa, pero quedó la llamita prendida, y cuando me vine a La Madrid ingresé al Cuartel en 1999. Lo consulté con mi familia, porque ellos son vitales para el bombero", repasó.

"Cuando suena la sirena, te olvidás de todo. Es ese tiempito que empieza a levantar y parece que no llegás nunca, es el momento de éxtasis en el que te olvidás de todo, y hasta que no sabés qué pasa, no te tranquilizás", resumió sobre el sentir.

Por su parte, Alejandro Etchegño contó que "cada vez que había incendios yo venía con el ‘Mona’ Bobbio y el ‘Negro’ Godoy, porque el Mona ponía la camioneta para llevar los tarros con bolsas mojadas; eso fue calando y cuando me salvé de la colimba me inscribí".

"Cuando me retiré, una vez sonó la sirena a las 4 de la mañana y salí así nomás hasta que me di cuenta que ya no podía salir... me pasó dos o tres veces lo mismo. Con los años uno se da cuenta que no puede y el físico no le da", repasó sobre lo que ocurre cuando se convoca a los bomberos.

Para "Janito", la familia "es fundamental". "Mi vieja me esperaba hasta tarde, mi viejo nunca me dijo que no estaba de acuerdo", repasó.

Y el ex jefe de Bomberos Voluntarios señaló también la importancia de la comunidad para el trabajo bomberil: "Cuando sonaba la sirena dejaba todo tirado y mi vecino, que era Robledo, me juntaba las herramientas y cerraba hasta que volvía, que capaz que era a la noche. Por suerte los clientes también sabía cómo era la cuestión y lo aceptaban".