"Hace mucho tiempo yo estaba en un cumpleaños y la gente cuestionó a los bomberos por un servicio en el que habían actuado. Me indigné. Porque me pregunté por qué no vas y te metés, hablás desde adentro y no criticar desde afuera. Tenía 22 o 23 años y ahí empecé a tocar la puerta de Bomberos Voluntarios y en ese momento no era tan sencillo entrar, ahora es más fácil porque ha cambiado todo en todas las profesiones. Eso es comprensible y no es algo que se critica. Así que comencé con los Pulquis, que era un grupo de chicos que comencé a formarlos en valores, ya que ese era el objetivo. Estuve dos años y en ese lapso pregunté si podía entrar en la escuela de bomberos, me aceptaron y desde ese momento que estoy firme desde hace 12 años, más otros dos con los Pulquis", comenzó diciendo María Bevacqua (49), una mujer especial -sin dudas- que cuenta su historia en este Día Internacional de la Mujer en representación de todas las bomberas olavarrienses.

"Claro que me ha tocado estar en distintos siniestros. Es una pregunta que me hacen siempre porque creen que sólo estoy sentada haciendo papeles, y no es así. Estoy codo a codo con los varones, en incendios, rescates, accidentes. Yo también participo en el grupo de buceo de búsquedas de personas y estoy en ese departamento dentro de Bomberos", agregó María.

"La escuela de bomberos, para formarte, puede durar un año o dos y eso depende de las emergencias que haya en el cuartel. En la comunidad debe haber un bombero cada mil habitantes y cuando está la necesidad se abre la escuela y la formación puede durar entre un año y dos años, y eso depende de distintos aspectos" siguió diciendo la bombera olavarriense.

"Las salidas que hay actualmente en comparación con las que se hacían hace mucho tiempo -que veo porque estoy en una oficina que es ayudantía, donde preparo las jubilaciones, legajos, etc.-, y cuando veo lo que está relacionado con las jubilaciones es increíble la diferencia que existe en la cantidad de salidas, porque ahora la demanda es terrible respecto de lo que era antes. Porque también hay que cubrir salidas de emergencia, de prevención, también hay charlas, por lo que hay una enorme demanda de parte de la sociedad con los Bomberos Voluntarios" explicó María, que también es bibliotecaria en el Colegio Nuestra Señora del Rosario.

"Así es. Yo soy bibliotecaria, a la mañana en el nivel secundario y por la tarde en el nivel primario desde hace trece años, aunque este año ya cumplo 26 años en la docencia. ¿Qué pasa si hay un siniestro y estoy en la escuela?...se nos respeta mucho el horario de trabajo, pero si hay algo importante a nivel comunidad como fue la explosión del año pasado en una cantera, que fue a las 11.30 horas, en un horario pico en el que no había tanta gente en el cuartel, entonces pedí permiso y me dejaron salir de la escuela. Y cuando ocurrió el derrumbe del edificio Cereseto, también pedí permiso y me permitieron salir. Pero fueron excepciones, porque una trata de cuidar el trabajo que es lo que nos mantiene" dijo María, quien es madre de dos hijos: Trinidad (19) y Felipe (17).

"Mis hijos están contentos con que sea bombera. Es más, cuando me separé les pregunté porque sentía que los dejaba un tanto desprotegidos porque Bomberos me demanda mucho y entonces les comenté que iba a dejar bomberos. "Ni se te ocurra", me dijeron. Así que seguí. No es fácil, porque hay gente que trabaja diez o doce horas en fábrica y después hay que cumplir con Bomberos, por lo que físicamente se cansa mucho" siguió contando, para destacar que "Paola Natale es la primera bombera olavarriense y se jubila después de 25 años, y para mi es un orgullo ser su compañera en el cuartel".

Respecto de lo que significa ser bombera y qué se siente, María dijo que "a mi me llena el alma. Es gratificante. Cuando una ve que se dio una mano, es gratificante. Cuando no se llegó y no se pudo cumplir el objetivo porque la situación es otra, o se perdió una vida por ejemplo, se está para sostener y acompañar para que todo sea no tan duro. Nosotros nos formamos emocionalmente y eso se transmite en el siniestro. Ser bombera es tener el alma bien gordita", terminó diciendo María Bevacqua.