MORBO Y GUERRA FRÍA: RACING Y BOCA, POR EL PARTIDO DEFINITIVO
La cuenta regresiva del choque más importante del año incluye cruces de falsa información y condimentos picantes que superan lo meramente futbolístico.
LA COPA LIBERTADORES es la obsesión por la que Racing y Boca disputarán esta noche en Avellaneda el partido más trascendental en lo que va de 2023. Un desafío entre argentinos en pos de un deseo continental que los desvela y por el que llegan, numéricamente, en igualdad de condiciones a la definición.
Y en medio de tanta ansiedad, desde que concluyó el 0 a 0 de la ida en la Bombonera las especulaciones no pararon de crecer, como las ansias de cada uno por obtener el pasaporte a la semifinal. Pero en una suerte de guerra fría de información falsa para engañar al oponente, la especulación llegó a niveles insospechados en cuanto a la posibilidad de que ciertos actores protagónicos que sufrieron lesiones queden afuera de la imperdible función.
Del lado de Boca, la dolencia de Valentín Barco y el bendito (o maldito) desgarro del que se habló tanto en la semana se llevaron gran parte de la atención. ¿Juega o no juega? El entrenador de Boca, Jorge Almirón, lo convocó y el desequilibrante juvenil se mostró trotando con normalidad en redes sociales. Pero es un misterio si estará desde el minuto 1. Y ese misterio, cuya respuesta Boca ya tiene, conspira contra Racing y la estrategia de su DT, Fernando Gago.
Pero desde el rincón albiceleste también se guardaron bombas especulativas y maniobras de distracción para confundir al contrincante. En el mismo andarivel de los interrogantes por lesión se movió el nombre de Roger Martínez, el colombiano desgarrado en la serie con Atlético Nacional que demostró la importancia que adquiere en el andamiaje de juego racinguista. El futbolista también alimentó la incógnita por medio de Instagram e incrementó la tensión.
Los rumores sobre su inclusión o no también fueron la comidilla de la opinión pública que vibra al compás de un compromiso que muchos catalogaron como "duelo del morbo" por otros condimentos bien picantes que sasonan un partido de fútbol con sabor extremo desde donde se lo mire.
En tal sentido, están los sentimientos encontrados de jugadores como Sergio Romero, nacido y criado en Racing, que juró defender a muerte la divisa boquense aunque lamente tener en frente al cuadro del que se declara hincha, o de Fernando Gago, que trae de fábrica el gen Xeneize y vivió días de gloria en la Bombonera, pero que hoy debe dejar de lado los dictados del corazón.
El caso de Agustín Almendra incluye la salida por la ventana del club de la Ribera, el arribo provocador a Avellaneda -"Ahora estoy en casa"- y los cortocircuitos con Darío Benedetto al que no saludaría por ser "un buchón". Y también aparece Juanfer Quintero y su pasado Millonario con final de Libertadores ganada en Madrid incluida para echar más leña a la ya ardiente hoguera.
La mesa está servida para disfrutar de un verdadero festín futbolero. El plato fuerte puede incluir hasta los penales que disfrutan los espectadores neutrales y sufren los hinchas que sólo tienen el triunfo y el paso adelante en la Copa como única opción.