Durante el enfrentamiento, los agentes arrojaron gases para contener a la multitud que avanzó hacia la Comisaría Segunda, ubicada a dos cuadras del kiosco donde se produjo el homicidio. Entrada la noche, los enfrentamientos se intensificaron: los vecinos arrojaron objetos y pirotecnia contra la valla de la fuerza de seguridad y un agente fue retirado herido.

Encabezando la marcha estuvieron Pedro, el padre de Sabo, notablemente conmovido, y Nicolás, hijo de la víctima, quien dijo en declaraciones televisivas que "tiene miedo de ir a trabajar" al kiosco. El joven se quebró al hablar de su padre y pidió públicamente si el Club River Plate le deja tirar las cenizas de su padre en El Monumental porque "estaría muy contento".

Los manifestantes llevaron carteles con frases pidiendo la renuncia de funcionarios, principalmente del intendente Fernando Espinoza y del ministro de Seguridad de la Nación, Aníbal Fernández. Pero las leyendas que portaron los ciudadanos apuntaron a políticos de todos los partidos y al poder judicial.

El hecho

Sabo fue asesinado el domingo, alrededor de las 14, durante un asalto en su comercio situado en Avenida de Mayo y Alvarado, en la zona comercial de Ramos Mejía. Un testigo alertó a la Policía cuando el asesino salió del local y se fugó con su cómplice en un Ford Focus negro que le robaron a un remisero que los había llevado hasta el lugar. En medio de la huida, los delincuentes chocaron contra un árbol, tras lo cual ingresaron a un supermercado con la intención de simular unas compras y cambiarse la vestimenta para no ser reconocidos. Luego, ambos huyeron en una moto robada a un repartidor, aunque fueron detenidos por efectivos de la Comisaría Segunda. - DIB