Silvana Melo

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Guillermo Santellán es concejal por el PJ. Un sello que hoy se mezcla con otro sello ya casi inerte: Unidos y Organizados. Su candidato es Daniel Scioli y, en ese rumbo, no duda de que "será el próximo presidente" argentino. Elegido por Eseverri José como la oposición a castigar, el PJ Olavarría sostiene a Adriana Capuano en la cúpula y, además, en la candidatura para la intendencia 2015. Es lo que asegura Santellán Hijo, a pesar de los rumores de que el aspirante a intendente de la ciudad sería él mismo: "Adriana es inamovible". Extrañas alquimias las del peronismo cementero. De La Cámpora al CECO, de Peronistas sin Fronteras a la Agencia de Seguridad Vial. Desde 2009 el PJ pudo volver a competir con identidad, a pesar de los embates del peroeseverrismo. Y mantiene un bloque de tres que se convierten en siete peronistas divididos en cuatro bancas. Una fuerza similar a la del Frente Renovador pero que puede atomizarse en la primera discusión.

Guillermo Santellán ironiza con el ensañamiento eseverrista y critica las contradicciones del massismo. Quiere controlar a la policía pero hasta ahí. Descree de la utilidad de las cámaras de vigilancia y se remonta a la historia del sindicalismo europeo para justificar 30 años en la secretaría general de un gremio.

-Cuando le pregunté al Intendente sobre su salario y el de sus funcionarios, me dijo que los municipales ganan más que los empleados de comercio. Cuando le pregunté por las tasas, dijo que la farmacia del CECO también aumentó los medicamentos. ¿Desde el Municipio se los considera tan oposición que terminan comparándolo con el sindicato?

-Debería ser un halago para el CECO haber construido semejante prestigio como para que se lo compare con un municipio. Nosotros sabemos que hacemos un gran aporte para la comunidad. Y lo que quiere ser una agresión, termina siendo un gran halago. Un reconocimiento.

-¿Será que desde hace años el CECO se ha instalado como un poder paralelo con dirigentes con pretensión política a partir de la actividad sindical? ¿Y que, a la vez, un dirigente como Miguel (Santellán) a la hora de someterse al voto popular no cosecha demasiado?

-La verdad es que los análisis reduccionistas no son lo mío...

-Algo así como un Moyano: a la hora de parar el país tiene un enorme poder. Pero con un 1% de intención de voto...

-Yo no voy a hablar de otros gremios. Pero la trayectoria institucional no es Miguel Santellán. El CECO tiene 111 años. Nosotros somos una circunstancia. Todos los que menoscaban desde afuera lo hacen desde una visión muy mediocre. Una institución que hizo 1.136 viviendas en Olavarría, una gestión que ha hecho lo que hizo mi viejo, debería ser mirada con más sensatez. Pero a nosotros nos importa qué es lo que le podemos aportar a Olavarría. Lo demás, mezclar, comparar perfiles, me parece de baja estofa. Nunca en el CECO vas a ver acciones que vayan en contra de la ciudad.

-¿Cuáles son las mayores preocupaciones que ustedes registran en la ciudad?

-Una de las mayores preocupaciones es la inseguridad. Tengo que destacar la actitud del Gobernador en declarar la emergencia. Nosotros habíamos propuesto esta medida en Olavarría pero no fue acompañada. Creemos que para gobernar con la gente hay que ser muy receptivo de las demandas y tomar medidas símbolo que marquen el rumbo.

-¿Qué se puede hacer concretamente desde Olavarría?

-Primero reconocer que hay un problema que preocupa a la gente. Después, asumir cada uno la responsabilidad que le toca sin echarle la culpa al otro. Tenemos que articular todas las fuerzas del Estado para que la gente viva más segura. Tiene que haber un trabajo profundo desde Desarrollo Social, hay que involucrarse más en el trabajo con la policía, estar más cerca y no en una situación distante y de acercamiento por conveniencia. Tendría que estar el Jefe de Gabinete pasando diariamente por las comisarías y destacamentos para preguntar qué pasó ayer, cómo se resolvió, cómo se encara el día de hoy. Todo esto tiene que coordinarse a través de un plan general que nosotros presentamos y fue rechazado por el Concejo Deliberante.

-Analicemos las patas institucionales: Eseverri pone todas las responsabilidades en la Justicia pero no toca a la policía. Para vos, ¿cuál de las dos instituciones derrapa más en este tema?

-El problema es que cuando hay un proyecto en serio para reformar la Justicia, para democratizarla, aparecen los de siempre diciendo que no. Cuando hay una propuesta para trabajar la inseguridad integralmente, la votan en contra. Se quejan de los mecanismos que favorecen a los delincuentes en la Justicia pero cuando se proponen reformas se ponen a juntar firmas para boicotearlas pero sin ideas alternativas. Son contradicciones que achican el margen de los que dicen que vienen a cambiar algo pero todo va a seguir como está. No tenemos la policía ni la Justicia ni los dirigentes de Suiza. ¿Cómo afrontamos esto?, asumiendo que tenemos responsabilidades. Si yo me comprometo a legislar para los vecinos de Olavarría y después avalo un aumento en una tarifa con diez votos cuando se necesitan once, lo que hago es no creer en la justicia ni defender a los vecinos. La policía tendrá buenos y malos. Lo que tenemos que hacer es estar más cerca para darle soluciones y para reclamarle. Pero si hay una desgracia a 200 metros de la comisaría primera y voy sólo para ver cómo se resuelve el problema coyuntural, y desaparecen pruebas... lo que hago es contribuir a que las cosas no cambien. Se cayó una viga de cuatro toneladas en la cabeza de un empleado de comercio en avenida Sarmiento. Eso también es inseguridad. ¿Y qué pasó con esa causa? ¿Quiénes son los responsables?

-Eseverri dice que a la hora de señalar a (el ex juez Antonio) Saladino como padre de la impunidad en Olavarría, ustedes lo dejaron solo.

-Yo de Saladino no tengo idea. Ni cómo se designó ni quiénes fueron los que lo avalaron como juez. El debe tener más idea que yo. ¿Cuántos años fue juez Saladino en Olavarría?

-Unos doce años.

-¿Y justo cuando aparece Marcos Alonso muerto se dan cuenta de que Saladino era un juez corrupto? Pero no nos damos cuenta cuando un chico muere a 200 metros de la comisaría, y desaparecen todas las pruebas en un auto que incendia una turba; claro es una familia que tiene mucha más vulnerabilidad que otras. No sentimos feo olor cuando pasan años y no se esclarecen causas eternas en Olavarría. Porque no involucran a gente importante. Yo quiero saber cuál fue la pelea real. Si vos me decís que estuviste veinte años cuestionándolo, bueno. Pero cuando queda todo a la vista... así cualquiera es Quijote.

-Si fueras intendente, ¿qué harías con una policía que, en poco tiempo, se sabe que tortura a un pobre hombre con agua hirviendo y mata a alguien que se quería suicidar? ¿Cómo debe comportarse un intendente con una policía brava como parece ser la de Olavarría?

-Prefiero pensar en soluciones. Lo que yo haría es mandar todos los días a la mañana al jefe de Gabinete del Municipio a las comisarías. Todos los días tiene que hacer un informe sobre las fuerzas de seguridad.

-Claro, pero te quedás con su versión: pasás, te convidan un mate y te dicen lo que quieren decirte.

-Hoy te dirán lo que quieren decirte, mañana también, pero cuando aparecen casos como los que me decís, tiene que haber respuesta. No pueden decir hoy no pasa nada y mañana aparece una persona torturada. Tiene que haber un control constante. Alguien del poder político con compromiso. Si no las responsabilidades no se asumen.

-Los casi cuatro años de cámaras de vigilancia, ¿dejaron un balance positivo?

-Según para quién... Para los que las instalan, para los que las venden.... Si las medidas son inconexas, parte de los espasmos políticos para aliviar reclamos, no sirven. En lo personal no estoy de acuerdo con las cámaras porque si llegamos a tener ojos en las esquinas hemos retrocedido como sociedad. Que sea un aporte para resolver casos con más celeridad, no se ha demostrado. De vez en cuando sale una moto chocando con un auto en una esquina...

-¿Qué opinás sobre el proyecto para acotar la reelección de los intendentes?

-Ahí empiezan a aparecer las contradicciones en el massismo. Van en contra de los mismos en que se basa la política para el massismo: los intendentes. Creo que hay que discutir los mecanismos de selección de nuestros dirigentes. Pero dentro de un proyecto político integral. A mí la voluntad popular no me asusta nunca, aunque no me favorezca. Es un absurdo que la primera magistratura de la Nación y la Provincia estén limitadas y no los intendentes. Pero quiero dejar en claro la gran contradicción que existe dentro del Frente Renovador.

-Hoy están en discusión todos los mandatos eternos. Incluso el de los sindicalistas, donde hay ejemplos fuertes como el apellido Santellán: Miguel cumple 30 años como secretario general del CECO...

-También se puso en discusión la justicia. Sin embargo los grandes republicanos dijeron que era el último bastión de la República. No voy a esquivar lo que pedís que te conteste, sobre la representatividad gremial. Que nace de la lucha de clases, con una doctrina gremial basada en la inglesa. Qué pasaba con los trabajadores anarquistas: eran críticos de los mandatos largos en los gremios. Pero cambiaban cada dos años la representación y el opresor seguía siendo el mismo. Venía uno nuevo y cuando terminaba de aprender, se tenía que ir. Los empleadores siempre agarraban a uno muy verde. Construir líderes y representatividad pasa también por cómo somos capaces de construirlo. No fue fácil construir un Perón o un Néstor Kirchner.

"Auditoría en tiempo real"

-¿El boleto de 5 pesos para los trabajadores termina financiando el gratuito para los estudiantes?

-Nosotros hicimos una propuesta integral que tampoco fue tomada en cuenta. En 2011 veíamos que la discusión de la tarifa siempre tenía la misma lógica: el Intendente manda un aumento al Concejo, los trabajadores y la empresa presionan y se resuelve a través del conflicto. Nosotros logramos que cambiara. No hubo más presiones empresariales para imponer una posición: nos sentamos con todos y propusimos un sistema que monitoree en tiempo real la situación del transporte público. Hicimos un sistema de indicadores a partir de los problemas que exponía cada uno. Contemplaba horarios, gasto de combustible, pago de sueldos, corte de boletos. Una auditoría en tiempo real. A partir de los indicadores surge la tarifa y la calidad del servicio que se brinda. En el Concejo se aprobó por unanimidad junto a un aumento de tarifas. El Intendente vetó los indicadores. Ahora con un decreto determinó un aumento y la gratuidad para los estudiantes. Que me parece importantísimo. Pero el actor menos poderoso, el trabajador, es el que financia la tarjeta TEO. Si reducimos gestión del transporte a la tarifa que tiene que pagar un trabajador, no sirve.