El albertismo se despereza, la inflación que crece junto con un internismo brutal
Cristina no le da tregua al Presidente y continúa con su filicidio implacable. Los precios le sacan varios cuerpos a los salarios y a las jubilaciones. Las paritarias no alcanzan. El camporismo se queda sin el eseverrismo que migra hacia el massismo. Nuevos nombres para el Bapro. Salarios y huevos de Pascua que se escurren.
Cacho Fernández - [email protected]
Al final, la Vicepresidenta transformó a la asamblea del Eurolat en otro escenario más para sus confesiones íntimas. Nuevamente habló de sí misma en vez de destinar algunas palabras y conceptos a la otredad, a lo que está fuera de ella. Tenía para elegir entre la inflación, la desigualdad, la invasión a Ucrania y otras cosas, pero Cristina habló de sus devaneos con el poder absoluto y sus teorías ya caducas y superadas de su concepción política del poder.
La Vice supone aún que es la economía la que define el sistema político (ha hecho un dogma de ello) y que el verdadero poder descansa en quienes ostentan el poder económico de una sociedad, restándole a la política y a la voluntad popular toda importancia en la construcción del poder político. Se quedó atrasada en la lectura y se conformó con los cuadernillos de CEP en los que Marta Harnecker explicaba un materialismo histórico de catequesis, resumiendo toda su teoría en apenas veinte páginas.
Junto con la tribuna, Cristina transformó esa instancia institucional en un mitín político que, no quedó nada bien y los parlamentarios europeos se llevaron una imagen patética de algo que debió haber sido otra cosa.
Indudablemente Cristina tiene muchas más eslóganes y panfletos que biblioteca. Sus teorías son del siglo diecinueve y están completamente superadas. Además, son reaccionarias porque, al decir que la banda y el bastón no representan ningún ejercicio del poder, lo está despojando al pueblo de su capacidad de conducir el país a través de los representantes que elige democráticamente. Lamentablemente Cristina emplea un concepto absolutamente antidemocrático, pero todavía no se da cuenta de su error.
La Vicepresidente utilizó el encuentro para seguir dinamitando su propio gobierno una vez más con sus maniobras cuasi-desestabilizadoras. ¿Quién pudo evitar no recordar los episodios previos a la crisis de 2001 cuando Eduardo Duhalde y los barones del Conurbano se dedicaban a dinamitar la institucionalidad y la estabilidad del gobierno de Fernando de la Rúa?. Las escenas se repiten peligrosamente y la propia Vicepresidente contribuye con sus actos a recordarnos aquella tragedia nacional.
Solo le falta renunciar como Carlos "Chacho" Alvarez, pero no se sabe aún qué es más peligroso para la instittuionalidad, si la dimisión de aquel Vicepresidente o el internismo brutal que encabeza Cristina.
Como dijo el canciller Santiago Cafiero, "solo es imprescindible el Presidente", se animó a decir, decretando ipso facto la prescindibilidad de Cristina (¿!).
El libro de pases
La Vicepresidenta teme renunciar y sabe que su libertad depende de la permanencia del Gobierno. La conveniencia de la unidad baja a los cuerpos legislativos, salvo el Senado provincial en el que el Frente de Todos cuenta con una banca menos porque, Magdalena Goris, la esposa de Fernando Gray todavía no se ha sentado a trabajar.
Es cierto que solo hubo dos sesiones, pero todavía no asistió a ninguna dejando a su bloque en desventaja con respecto a la oposición. Cabe decir que su voto es decisivo puesto que sin la senadora el FDT reúne 22 senadores contra 23 de JxC. Entonces, si la senadora de Esteban Echevarría no va a trabajar, Verónica Magario no podrá desempatar. En tanto, Martín Insaurralde se decidió a pelear y dicen que comenzó a diputarle poder a La Cámpora en la Legislatura y el Congreso, preparándose para suplantar a Axel Kicillof dentro de un par de años.
Es una paradoja que la Vicepresidente le reste importancia a la política cuando hoy por hoy su espacio se caracteriza precisamente por ser un proyecto político en el que falta el plan económico propio ya que comenzará a regir el que ordena aplicar el FMI.
A la vez, comienza a despertar el denominado "albertismo". Parafraseando al poeta Antonio Machado ¿hay un kirchnerismo que muere y un albertismo que bosteza?.
Habría una voluntad de crearlo y parece que solo el Presidente es quien no tiene ganas de concretarlo. Y esa es la otra paradoja, esto es, que quien sería el líder de esa futura facción tiene hoy más ganas de obedecer que de gobernar y liderar su propia soberanía. A la par, parece que Cristina tiene su propia opción que es empoderar a un Sergio Massa con quien lo une desconfianzas recíporocas.
El tigrense tiene sus propios planes. ¿Con Rodríguez Larreta?. Dependerá de los movimientos de Julio Zamora, intendente de Tigre y archienemigo del líder del Frente Renovador. Se comenta mucho que el alcalde de Tigre estaría muy cerca del Jefe de la CABA y que usaría esa amistad ante una mengua de las posibilidades electorales del FDT. Como se puede ver, todo está concatenado.
Maldita inflación
Marzo dio un índice de inflación del 6,7 por ciento y promedia un porcentaje mensual en los tres primeros meses del año que, extendidos hasta diciembre, sumarían algo más de un 80 por ciento de inflación, lo que con una dinámica acelerada, podría llegar a los tres dígitos y acercarse, sino a una híper, sí a una megainflación. El agravante es que no solo los números son cada vez más grandes, sino que el Indec estaría computando productos de "precios cuidados" para dibujar un poco el resultado. Algo parecido hacía Guillermo Moreno y también Martínez de Hoz, quien llegó a incluir productos que no tenían ninguna demanda, como sombreros de paja por ejemplo, con el mismo objetivo.
Mientras Argentina puede llegar a los tres dígitos, Brasil muestra una inflación anual del 11 por ciento y Uruguay del 9 por ciento. Algo anda mal en Argentina.
Entonces, no existiría aún riesgos de hiperinflación, pero sí de números inalcanzables para el nivel salarial existente. Y, como se suele decir, los sueldos y jubilaciones suben por las escaleras mientras los precios lo hacen por ascensor.
Dentro de ese contexto, Alberto Fernández espera que la Pascua de la Resurrección resucite la economía y le propicie un escenario adecuado para insistir con su proyecto de reelección que aborrece el cristinismo y esperan peronistas o transversales que quedaron fuera del camporismo como algunos peronistas y/o eseverristas.
Hoy, esos sectores mantienen un buen diálogo con Eduardo Rodríguez, quien se postula como pre-candidato del massismo aunque dentro del FDT. Las relaciones entre el líder de Foro Olavarría con el eseverrismo ha mejorado bastante después de haber estado totalmente enfrentados. Ese eseverrismo, entonces, deberá optar entre Rodríguez y Sergio Milesi en una eventual Paso, pero por ahora, junto con dirigentes peronistas que fueron funcionarios de la gestión de José Eseverri esperan que tanto Alberto como Massa sean candidatos en 2023. Es decir, al eseverrismo con Rodríguez, no los une el amor, tampoco el espanto sino el albertismo.
Como antes
Para el eseverrismo, en el kirchnerismo duro "hay mucho verticalismo, y no nos quieren darnos lugar, pero a nosotros no nos importa mucho porque no le debemos nada y son nuestra conducción", disparó uno de ellos. Pero la causa no es la del verticalismo ni nada por el estilo sino porque en esa simbiosis que rige entre el camporismo y el santellanismo, los dirigentes de esta última facción ya le han advertido a quienes manejan a La Cámpora que no quieren saber nada ni con Eseverri ni con el eseverrismo. Por ello es que ya están armando o "en buen diálogo" con Eduardo Rodríguez y "con Eduardo 'Bali' Bucca más arriba. Con ambos encontramos un funcionamiento horizontal y participativo", reprochan. pero saben que todavía no está definido el escenario y que todo puede ser, esto es, que lo acompañen a Massa como a Alberto Fernández. Dependerá de si Cristina y La Cámpora se lleva la cabeza de Guzmán o si Alberto y Massa lo pueden consolidar.
Ahora se definen los cargos en el directorio del Bapro y suena el nombre del ex diputado nacional, oriundo de Tandil, Carlos Fernández para ocupar uno de esos lugares.
Mitos, huevos y engaños
Mientras escribo esto, en la tele hablan de los precios demenciales de los huevos de Pascua y del pescado, problemas que se resuelven facilmente: simplemente no se compran y listo y de esa manera se puede regular el precio por medio de la demanda.
Los llamados huevos de Pascua vienen de una leyenda y el pescado y la prohibición de ingerir carnes rojas se emparenta con el tabú de la "mezcla de sangres", tan primitivo como un hacha de piedra. El catolicismo intentó un sincretismo con esas culturas tribales que le prohibían a las mujeres cazar animales con elementos cortantes simplemente porque, como menstruaba generaba esa mezcla de sangres prohibida. Y de allí salió eso de que ante la muerte de Jesucristo no se debía comer carnes rojas (para no mezclar sangres). Es una teoría antropológica que explica muy bien esta costumbre. La fe, en cambio, pasa por cosas mucho más profundas que ingerir un huevo de chocolate de dos mil pesos como mínimo y pescado que cuesta lo mismo que un huevo.
La anécdota sirve para mostrar que la economía se maneja con ilusiones, abstracciones, mitos, sentimientos y principalmente por engaños.
Todo comenzó cuando se le cambió el sentido al salario. Antes se referenciaba con el aporte de la mano de obra en el producto final, pero luego el valor de la fuerza de trabajo pasó a vincularse con algo tan abstracto como el tiempo. De esa manera se dice "gano tanto por hora o por día o por semana", pero nadie se referencia en que lo que cobra es por tantos zapatos, pistones o camperas realizadas. El tiempo le hizo perder al salario su vínculo material y objetivo, y esa es la primer trampa del capitalismo.
Además, el salario es la manera de retribuir al trabajador para que éste pueda con ello adquirir los productos que le permitan reconstituir su propia fuerza de trabajo y la reproducción en sus hijos. Pero, la pérdida del poder adquisitivo por la inflación desnaturalizó aquella concepción del salario.
Hoy, un trabajador dedica 6, 8 ó 10 horas a su trabajo y cobra un dinero que no le alcanza para recomponer su fuerza de trabajo ni tampoco preparar la de sus hijos para el futuro. Y ya no sabe siquiera cuánto produce.
El o los Gobiernos le hacen creer que con las paritarias va a alcanzar el ritmo de la inflación, pero ahí también opera otro engaño. Efectivamente, les hacen creer, con la participación, sea por ignorancia o por conveniencia política de propios dirigentes sindicales que logran un porcentaje similar al de la inflación. Y esto no es así puesto que si se compara la masa salarial (lo que cobró el trabajador durante todo un año) se encontrará con un porcentaje de aumento salarial inferior al anunciado y lejano al de la inflación. Esa es la otra trampa. Por lo tanto, los trabajadores en una economía inflacionaria cobran cada vez menos y si no les alcanza para adquirir los alimentos para vivir mucho menos les permitirá comprar el pescado y los huevos pascuales que se venden a precios de locos y no se relacionan con algo profundo sino con mitos que tienen más de antropológico que de espiritual.
La interna de Juntos
En Juntos por el Cambio puede haber una multiplicidad de candidatos. Hasta ahora las encuestas las lideran los halcones como Patricia Bullrich y Miguel Angel Pichetto se posiciona para acompañar a la ex ministra de Seguridad.
El ex senador se insinúa como el peronista más convocante dentro de la coalición y lo ha superado a Emilio Monzó en el ranking de los justicialistas capaces de captar los votos peronistas no K dentro de ese frente electoral.
Mauricio Macri ya estaría afuera porque encuentra dentro gran resistencia de los radicales, una identidad muy valiosa en el interior bonaerense pero fundamentalmente nacional.
Ya Facundo Manes se encargó de aclararle a este columnista que el radicalismo no había gobernado desde el 2015 al 2019 y se desmarcó totalmente de Macri y el macrismo.
Patricia Bullrich no tiene candidato en la Provincia, aunque se presenta muy frecuentemente con Javier Iguacel, un macrista con buena imagen pero pocos votos, y muchos ya son quienes lo prefieren a Cristian Ritondo para ese lugar. El ex ministro vidalista lo impulsa a Dalton Jáuregui en Olavarría y se disponen a abrir una sede partidaria en Moreno casi A. Barros para lanzar desde allí la campaña a nivel local.
Ezequiel Galli, con sus alianzas de siempre con el curismo y su poder territorial, lo invitó a Facundo Manes para sacarse una foto con el neurólogo en su propio despacho como queriendo dejar sentada una imagen de unidad con el radicalismo que no ha elegido aún un referente local para las Paso de 2023. Se perfila Sebastián Matrella, pero el ruralista tiene algunas críticas dentro del partido. En tanto, Jáuregui sumó la adhesión del ex funcionario César Cortina, el fomentista Oscar López y el líder de la juventud ritondista, Bautista Consalvo. Desde el oficialismo suponen que la candidatura de Dalton se encuadra en una maniobra de Ritondo para sumar a los intendentes en su proyecto de ser gobernador y que todo terminará en un amague. El tiempo dirá.