El descarrilamiento del tren Buenos Aires – Bahía Blanca cerca de Olavarría, con 490 pasajeros, es una foto incontrastable del transporte en el país. Mientras el sistema ferroviario sigue destruido en sus vías férreas, personas y producción viajan por rutas deterioradas, doble mano, con un riesgo enorme para la vida.

Es el caso de la ruta nacional 3 en el tramo Olavarría – Cañuelas, con amplios sectores en pésimo estado, con la carga de una zona de producción y de minería en camiones que se mezcla con los viajes en vehículos particulares y en empresas de autobuses. La gran alternativa, que es el ferrocarril, fue destruido planificadamente en los últimos 30 años para priorizar las rutas, con un abanico de consecuencias que están a la vista. Mientras la apertura de ofertas en noviembre de 2021 -para pequeños tramos de una autovía esperada desde hace años- todavía no tiene resultados concretos, desde Azul presentaron un proyecto tendiente a que la Legislatura bonaerense se comprometa en el reclamo.

El ingeniero Gabriel Blanco, especialista en cambio climático y docente de la Unicén, atesora treinta años de viajes Olavarría – Buenos Aires. Y prefiere "poner en contexto" el tema. "Por qué viajar en autos particulares en rutas en este estado", se pregunta. "¿Qué pasó con el ferrocarril? Hay una empresa que en los '90 se apoderó de un ferrocarril en la Argentina. No de un tren y una locomotora, sino de un sistema ferroviario que iba desde Buenos Aires hasta Bariloche, Zapala, Neuquén, pasando por Bahía y por Olavarría".

En una concesión típica de la época, leonina para las empresas y sin controles estatales, Blanco cuestiona "dónde están las inversiones que se iban a hacer… no están ni en el material rodante ni en la infraestructura. ¿Por qué no podemos contar con un ferrocarril que nos lleve de forma ágil y segura a Buenos Aires?".

Tarifas y boicots

Mientras los pasajes de tren para el tramo Constitución-Olavarría parten de 365 pesos, los de las empresas de ómnibus arrancan en 3240. El precio en Primera era –hasta el momento del descarrilamiento- de 365 pesos; en Pulman, 405 y 2000 pesos los camarotes, que pueden ser compartido por dos personas, lo que reduce el costo a la mitad. El valor de los pasajes en las compañías de ómnibus llega hasta 4100 pesos.

Esa abismal diferencia entre unos y otros se repite para cualquiera de los ramales ferroviarios del país. E incluso, ha derivado en denuncias ante la Justicia y por parte del gremio La Fraternidad, sobre una suerte de boicot empresarial. Durante el mes de enero, se denunció una maniobra de estas características para el trayecto Rosario-Tucumán, donde los trenes llegaban vacíos.

Desde el sindicato se declaró en un video de Canal Cinco (Telefé Rosario) que "esto viene pasando desde la década del 70. Acá unos hijos de su madre compran los pasajes, 100 tickets ferroviarios que valen dos mangos con cincuenta, y cuando la gente real va a comprar se encuentra con que está agotado y tienen que irse con el colectivo".

Similar boicot fue advertido para el ramal que une Buenos Aires con Mar del Plata en el mes de febrero. Para ese trayecto, la tarifa ferroviaria es de 660 pesos contra un valor que oscila entre 4.200 y 5.400 pesos para las distintas empresas de colectivos.

Cambios de hábitos

Ignacio Montoya Carlotto es un viajero muy frecuente a la capital. Ante la consulta su primera reacción fue enviar la foto de un accidente con un auto incendiado al que había asistido la semana anterior. "Es un desastre la ruta 3. Es una arteria super transitada, que está en mejor estado ahora pero hay accidentes todo el tiempo", lamenta. "Es una traza que hace falta que sea autovía para disminuir un poco tanta tragedia pero también hay responsabilidad en los conductores… cada vez que uno viaja ve situaciones increíbles, adelantamientos imposibles, vehículos a una velocidad que no se puede creer, gente que maneja al límite, gente que no está habituada y duda si pasar o no y entorpece todo". El tema principal es el sobrepaso, por lo que la importancia de la postergada autovía crece.

También es importante para el músico "la diferencia de velocidad entre los vehículos: se mezclan camiones con autos, autos que andan a mucha velocidad, otros que no". El problema de la abundancia de camiones es crucial. "Es entendible que están todo el día en la ruta, pero andan a 80 y se ponen a pasar a otro que anda a 80, y nadie pasa… los que vienen de frente se tienen que tirar a la banquina". En este tiempo, se preocupa, "estoy viendo accidentes como nunca".

Patricia Seijo, ex funcionaria municipal en Olavarría y en La Matanza, vive entre capital y Olavarría desde hace seis años. "Yo no manejo pero viajo; a la ruta 3 cada vez la vemos más peligrosa, con muchísimos autos, con muchísimos camiones, todos a gran velocidad. Al punto que en 2016, cuando nos vinimos a vivir a Buenos Aires, viajábamos todos los fines de semana". Después, por el riesgo que se corría en la ruta, "decidimos reducir las posibilidades de accidentes y empezamos a disminuir los viajes y a ir cada quince días. Variamos los horarios de salida de Buenos Aires y de entrada a Olavarría buscando siempre el menor tránsito. No viajamos más los viernes a la tarde. Salimos el viernes a la mañana o el sábado muy temprano". Es decir que "hemos cambiado nuestras costumbres, nuestra vida, para reducir el riesgo en esa ruta".

Proyectos, obras y PPP

En estos días los azuleños que mantienen una militancia pro autovía esperan que el Senado bonaerense apruebe un proyecto nacido en el contexto del cartel con conteo de víctimas inaugurado recientemente. La iniciativa pretende que el Senado inste al Poder Ejecutivo para que se dirija "al Poder Ejecutivo Nacional a los fines de solicitar el rápido inicio de las obras de construcción de la autopista en la ruta nacional 3 en el tramo San Miguel del Monte -acceso Gorsch-, Las Flores y las variantes Monte y Cañuelas cuyos procesos licitatorios fueran promovidos por la Dirección Nacional de Vialidad en 2021", tal como se publicó en nota en este diario el 30 de enero.

Hoy las obras están en manos directas de Vialidad Nacional después de "las mentiras del gobierno de Macri sobre la activación de obras a través de las PPP", proyectos público – privados que sistemáticamente han perjudicado a las arcas públicas. José Eseverri, luego de condenar la metodología macrista para la realización de obras, destacó que "ya hay obras en proceso de finalización, como la terminación de la autopista Cañuelas - Ezeiza, las obras en Las Flores que se han reactivado hace poco y hay mejoras de la calzada en el tramo Olavarría – Azul, que significa reconstruir la cinta asfáltica".

El ex intendente ratificó que "hay un tramo muy deteriorado entre Azul y Las Flores que realmente está muy mal, que hace años el gobierno de Macri comenzó y dejó: levantó la cinta asfáltica y quedó el fresado porque la obra se detuvo. Ese es el tramo más peligroso".

"Es una ruta que necesita una ampliación y en este tiempo de reactivación económica se siente mucho más; el tránsito de los camiones es como en las mejores épocas de una economía muy reactivada. Pero el parate de anuncios y mentiras en los cuatro años de Macri y la caída de los contratos PPP hizo perder mucho tiempo de mantenimiento", analizó. "Algunas obras en marcha son para mejorar y otras son la previa de la doble vía".

Riesgo y desarrollo

"Vivo desde hace treinta años en Olavarría y desde entonces viajo una vez al mes", relata el ingeniero Gabriel Blanco. "Al principio siempre me trasladé en micro. El servicio se fue deteriorando y hace unos años decidí no tomar más colectivos y empecé a usar el auto particular". El viaje "está cargado de tensiones y de un peligro permanente. Eso pasa desde hace años y cada año es peor; el tránsito de camiones es cada vez mayor y la ruta se deteriora más. Es un estrés muy importante. Las noches previas a viajar estoy intranquilo y me cuesta dormir".

Ignacio Montoya Carlotto comparte esa intranquilidad: "hoy viajo bastante, pero lo pienso. Si no es algo muy importante trato de no viajar. Prefiero perder un trabajo. Porque es un riesgo para la vida".

Las alternativas son escasas. Eseverri habla de la ruta 51: "hoy la Provincia está terminando el tramo Tapalqué - Azul y con eso se finaliza la 51 hasta Olavarría y queda bien conectada por los dos lados". Sin embargo, la conexión para llegar a capital es la continuación por la 205: "es más larga y hay más camiones –analiza Montoya Carlotto-; años atrás era la ruta que usábamos los que viajábamos mucho. Estaba rota, pero después de algunos viajes ya sabías dónde estaban las roturas. Yo iba por el medio de la ruta porque no andaba nadie por el estado en que estaba. Cuando la arreglaron todo el mundo empezó a optar. Ahora está igual que la 3 pero más compleja. Son 40 km más que se notan".

El ex intendente pone el acento, además, en la "enorme responsabilidad de quienes conducen; muchos con poca experiencia para manejar en situaciones complicadas y esto los vuelve peligrosos".

"Hoy –asegura Eseverri- hay un nivel de inversión pública en rutas que no se ha visto en mucho tiempo. Y Olavarría es ampliamente beneficiaria porque son obras públicas que se alimentan con los productos de Olavarría y cualquier camionero, cualquier trabajador de las cementeras sabe lo que está sucediendo".

"Que se transporte todo por vía terrestre, por ruta, con camiones en este tipo de rutas es un atentado a la vida de la gente", concluye Montoya Carlotto.

En ese sentido, el ingeniero Blanco plantea que este debate es "una mirada sobre el progreso, sobre el desarrollo del país. Una mirada que favorece lo individual sobre lo colectivo". Cuando se concedió "el ferrocarril Roca a una empresa privada, se esperaron inversiones que no llegaron nunca. Lo que nos pasa con la ruta 3 es una mirada del desarrollo, cada uno en sus autos individuales; el que tiene mejor auto es el que mejor lo pasa. Y el que no lo tiene que se arregle". 

Blanco analiza que se trata de "un sistema de transporte que merece un cuestionamiento profundo. Transportar la mercadería por camiones cientos de kilómetros es el sistema más ineficiente posible". Pero además "se suma la energía que se gasta, los combustibles que se usan y la contribución a un cambio climático que se hace insostenible". 

Un debate estructural que, en medio de las crisis consecutivas y generalizadas, nunca llega a encabezar agendas. Y es una de las claves del desarrollo.