Cacho Fernández

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El Presidente habría creído que el Estado le había cedido la Quinta de Olivos para que él y sus amigos y amigas pudieran disponer de un lugar para sus fiestas clandestinas.

Porque, el año pasado, mientras él encerraba a todo el pueblo argentino y paralizaba la economía y la salud, la Quinta de Olivos habría funcionado como una permanente Bonsifest.

En otro país, este tipo de affaire a nivel presidencial serían lapidarios para la figura del jefe del Ejecutivo, pero en Argentina todo se puede. En este país no hay Dios ni Verdad, solo hay denuncias que se resuelven en el seno del poder, y quien lo tenga será quien tenga la razón.

La variante Delta ya está entrando en el país como lo hacían los amiguitos/as del "Presi" a la Quinta de Olivos. Es posible que Alberto haya llegado un poco tarde a ciertas travesuras de la vida que solo se hacen en la adolescencia y que las paperas las haya tenido de grande y no cuando la biología recomienda tenerlas, pero como se pudo ver, cabaret no hay solo en Boca. Además de esta variante tan temida, existe hoy una inflación indetenible que arrasa con los salarios de los trabajadores.

De pronto, Alberto se le dio por aprobar todo. Le dio el sí a Agustín Rossi para que fuese como candidato a senador por Santa Fe, pero luego le pidió la renuncia al cargo cuando su permiso colisionaba con el apoyo que Cristina le había dado a Perotti por llevar a una amiga suya para el Senado.

Rossi se enteró de que debía renunciar en un programa televisivo, dijo que se sorprendió y ahí nomás presentó su renuncia, solo que todavía no se la aceptaron.

Rossi venía con chispazos con La Cámpora pero luego fue presa de una jugada perversa en la que Perotti apareció como un "traidor" porque según el titular de Defensa quería llevar el justicialismo a una posición similar al peronismo cordobés. Conclusión: terminaron todos peleados entre sí y Cristina usufructuando de esa pelea. En tanto Alberto, como un recién enterado (siempre estuvo así) no sabe para donde disparar. El sambenito que le dejó la Vice lo expone ostensiblemente frente al conflicto santafesino.

Como remate de todo este absurdo, Daniel Gollán justificó el "pogo" que hicieron cuando asumió Kreplak a la cartera que él dejaba Gollán para ser candidato.

Siempre pasa lo mismo: Alberto F. queda desubicado frente a las maniobras de su compañera de ruta y apela a decisiones extremas como la de que todos los candidatos deben dejar sus cargos mientras dure la campaña. Sobreactúa él y obliga a sobreactuar a los demás. Daniel Arroyo debió dejar el área Social por un humillante (es un ministro) decimosegundo lugar en la lista de diputados cuando la vez anterior entraron solo 13, es decir, quedó varado en la frontera. Ahora, ¿qué decisión tomará Federico Aguilera frente a semejante directiva? ¿tendrá que renunciar a su cargo en la subsecretaria de Minería para hacer campaña como tercer senador, un lugar ultra difícil de conseguir, y más en el Interior bonaerense?.

El otro cuerpo de las boletas

En las últimas elecciones, fueron los candidatos nacionales los que generaban un arrastre en la Provincia y, fundamentalmente, en los distritos, pero esta vez, al menos se va a dar una suerte de equilibrio o compensación.

No deja de ser saludable este fenómeno y desde cualquier mirada. Los votantes, la mayoría por ejemplo, mirará la boleta municipal al votar, cosa que no pasaba antes, al menos con la intensidad con la que se va a dar en estos comicios.

En 2015, los votantes de cualquier jurisdicción, votaban a Scioli o a Macri y colocaban la sábana entera. Lo mismo ocurrió en 2017 con la disyuntiva Cristina Kirchner o Esteban Bullrich. En 2019, el dilema electoral se posaba entre Alberto Fernández y Mauricio Macri, algo que entendió profunda y lúcidamente Cristina K para poner como primera figura a Alberto F. con la promesa implícita de encabezar con un moderado y salir de la grieta que tanto la perjudicaba a ella. Y en los municipios se replicaba el mismo mecanismo simplemente por el efecto arrastre.

Pero esta vez habrá claramente un voto municipal y seccional determinado por los propios candidatos. De ahí que se podría preguntar ¿fue erróneo el haber "preservado" a Hilario Galli para 2023, no sometiéndolo a las viscisitudes de un resultado incierto en la Séptima?.

Posiblemente, como en el fútbol, a veces no conviene esto de cuidar a los calificados "titulares" sino resolver el campeonato jugando partido por partido.

El Diego de Galli

Pero, igualmente, Diego Robbiani es uno de los mejores cuadros políticos que tiene el Gobierno Municipal, y es un funcionario capaz de llevar adelante una campaña por su predisposición a enfrentar cualquier situación complicada. "Diego es capaz de cerrar una paritaria como también enfrentar una toma de tierras", apuntó un gallista pero que no viene del PRO. "Ah, y tiene carisma y habilidad política", completó.

Pero, Hilario lleva un apellido que ya tiene su peso en la Séptima, y en ese punto radicaba su fortaleza pero también su complejidad. Esa rara paradoja que suelen cargar los nombres propios como el de Facundo Manes, por ejemplo aunque en su proporción.

Pero, bueno, había que optar, y como decía Shopenhauer, "optar es excluir", y el Intendente se inclinó por una figura como la de su Secretario de Acción Social, respaldar intensamente su campaña y preservar a su "sucesor" para dentro de dos años.

Los "ismos" vecinales

Entonces, aquellas boletas con nombres nacionales de peso y un resto algo subalterno, esta vez serán más equilibradas al punto que los votantes mirarán todos los cuerpos y mucho más detenidamente los candidatos seccionales y distritales, lo cual no deja, como decíamos, de ser algo claramente positivo para el desarrollo de las autonomías municipales y el camino hacia una verdadera regionalización política, sin tanta sumisión al poder central, sea provincial o nacional.

Quizás este fenómeno haya sido generado por la pérdida de volumen de los candidatos provinciales-nacionales, o que no están en juego los cargos ejecutivos, pero el resultado parece alentador. Aunque claro, de profundizarse este proceso, se iría hacia una suerte de fragmentación de las identidades políticas, algo que Ezequiel Galli comprendió perfectamente al diseñar una lista con sus propias alianzas locales dando como resultado lo que Robbiani denominó como un "gallismo".

El radicalismo no descuidó para nada esta tendencia y también conformó una lista local con nombres nuevos tratando de huir de la partidocracia y ampliarse hacia la comunidad con nombres representativos del mundo económico y deportivo. Tiene en el eseverrismo un espejo en donde mirarse. Aunque en ese caso, y como en "Don Quijote", la creatura llegó a superar a su propio creador. Y eso no dejó de ser un fantasma molesto en el radicalismo local que hoy parece haber superado. Pero igualmente es un antecedente que siempre sobrevuela entre los correligionarios porque esa "creatura" los habría puesto al borde del abismo.

Las búsquedas de Bali

Hoy, el eseverrismo desapareció del Concejo Deliberante pero podría volver acompañando a Eduardo "Bali" Bucca en su campaña electoral para contrapesar la influencia de La Cámpora. Dicen que esa habría sido una de las condiciones de Bucca para aceptar ser el cabeza de lista. Entonces, "si no es José (Eseverri) que sea Einar (Iguerategui) o cualuiera de peso", apuntó una fuente cercana al sector.

Al respecto, el bolivarense parece haber impulsado la participación de Federico Aguilera en la lista seccional para compromer a La Cámpora en la campaña y hacerla, de paso, responsable tanto de los éxitos como de los fracasos.

La otra condición fue la de incluir en la lista de concejales a Valeria Millia, delegada de Loma Negra, una persona con quien Bucca siempre tuvo muy buenas relaciones políticas, pero esta vez el bolivarense no pudo cambiar la opinión negativa de Valeria a integrar la lista . Y no se sabe por qué, si fue por no querer mezclar su función con la política o puntualmente con el camporismo. Pero le dijo que "no" que otra vez podría ser pero con un panorama menos controvertido.

Pero en un marco general, podría decirse, entonces, que están resurgiendo los vecinalismos pero con sellos nacionales, o partidos nacionales con las improntas locales en cada lugar.

Políticos y empresarios

C.F.

En el Frente de Todos, se buscaron caras nuevas para encabezar la lista. Surgió el nombre de Maximiliano Wesner, un joven que trabajó en temas de inserción laboral durante la gestión nacional de Débora Giorgi, y hoy se presenta con un optimismo con una intensidad que no se le había observado hasta el momento en el kirchnerismo. Tanto es así que llegó a vaticinar un triunfo de su espacio y lograr seis concejales.

Hubo otros intentos, como el de acercarse a la conducción de la Unión Industrial de Olavarría con promesas de créditos blandos del Banco Provincia o trabajar en acercamientos de las cabezas de la UIO con el Gobernador Kicillof, una visita de la cual se habla mucho porque algunos argumentan que llegaron allí de la mano de Juan Nicolás Fera, dueño de Marolio y presidente de la Cámara Industrial de General Rodríguez, y otros le atribuyen la gestión al diputado César Valicenti. Aunque la primera vía habría sido la verdadera, el legislador dejó que continuara la nebulosa para capitalizar el encuentro, algo que habría tenido un doble filo para las autoridades de la UIO simplemente porque cualquier sesgo político que se cruce en la vida de un gremio, acaba dividiendo a los afiliados. Tanto César Longo como Hernán Parra le expresaron oportunamente a este columnista su deseo de no mezclar la política en la vida de la institución pero, como indica Jean Kapferer en su teoría sobre el rumor, lo que queda es lo que cada uno desea creer, y ése es uno de los vehículos centrales de su supervivencia.

También es cierto que nada parece haber cambiado en esta relación del empresariado con la política, aunque puede que no sea el caso de los dirigentes de la UIO.

Efectivamente, desde los siglos trece y catorce en adelante, durante la denominada "Baja Edad Media" a la burguesía comercial y manufacturera no le bastó construir un poder económico solamente sino que de inmediato buscaron la conducción política y por dos motivos, el de poder fijar las reglas de juego y reducir la incertidumbre del mercado, y de paso acceder al capital simbólico que suele dar el manejo del Estado. Nada de eso parece haber cambiado después de un milenio. Economía y política conforman un matrimonio indisoluble aunque algo controvertido, pero rara vez se llega al divorcio.

Paso e internismo

C.F.

Al kirchnerismo, le estaría pasando lo mismo que otros tantos espacios políticos en la historia universal. Los jacobinos se pelearon con los girondinos y con los los sectores más radicalizados y terminaron perdiendo todos la cabeza o la libertad cuando el directorio aprovechó la interna para arrebatarles el poder. Algo parecido sucedió con la Revolución inglesa a mediados del siglo diecisiete, y el proceso revolucionario argentino de principios del siglo diecinueve pasó por similar situación. Y, como el hombre es el único animal que tropieza con la misma piedra, el kirchnerismo está a punto de incurrir en los mismos errores. Mao analizaba que son los factores internos los que determinan.

En tanto, en Juntos también se estaría insinuando el mismo camino con el enfrentamiento interno entre Rodríguez Larreta y los dos Macri, y el neurólogo Manes, quien esbozó un gesto de francotirador contra Santilli, Larreta y los fondos estatales de la CABA, cuando a él le convendría preservar un escenario diferente y lo menos conflictivo posible porque es el que más le reditúa políticamente.

Además, es una Paso, es decir, un enfrentamiento transitorio, entre supuestos amigos, y por ende debiera ser atenuado porque en las generales deben ir unidos si es que aspiran a recuperar el poder.

Además, en 2023 los mismos radicales tendrán otra Primaria entre Martín Lousteau y Facundo Manes, salvo que el médico acepte ser el candidato a gobernador, cosa que parece improbable.

Un par de días atrás, la primer candidata a concejal de la UCR, Belén Vergel ya disparó esta interna al confesar públicamente que lo prefería a Martín Lousteau para la Nación, mientras otros radicales manifiestan que la interna será entre Manes y Rodríguez Larreta. Mientras otros, como Ezequiel Galli se preocupa por poner paños fríos a la Paso al advertir que "el adversario no es el radicalismo sino el kirchnerismo". Pero, también es cierto que es una interna y a veces hay que marcar diferencias y las identidades y las emociones suelen imponerse muchas veces sobre las conveniencias y la racionalidad.