El 11 de noviembre, en Miami Beach, se llevaron a cabo dos manifestaciones simultáneas que generaron gran tensión debido al temor de un posible enfrentamiento. Una de ellas expresaba apoyo a Israel, mientras que la otra respaldaba a los palestinos.

Los partidarios de Israel se congregaron en Ocean Drive, ondeando la bandera israelí, exhibiendo fotografías de personas secuestradas por Hamás y portando carteles. En el lado opuesto de la calle, los manifestantes pro palestinos llevaron a cabo su propia manifestación.

Ante la coincidencia de estas protestas, un considerable contingente de oficiales de la policía local se presentó para prevenir posibles actos violentos y garantizar la paz en la ciudad.

Aunque las emociones estuvieron a flor de piel y hubo intercambio de palabras acaloradas entre dos manifestantes, según el informe de CBS, no se reportaron incidentes mayores.

Los partidarios de Israel demandaron el retorno de los rehenes tomados por Hamás, mientras que los manifestantes pro palestinos exigieron un alto al fuego en Gaza. Además, expresaron su desacuerdo con la postura del presidente Joe Biden, quien ha buscado equilibrar ambos lados del conflicto desde el inicio de la guerra.

Christopher Bess, un agente policial de Miami Beach, afirmó que la ciudad se mantuvo en calma gracias a la planificación que aseguró que ambas partes no perdieran el control. Destacó que los agentes estuvieron presentes para garantizar que todas las voces fueran escuchadas y que no se violaran los derechos constitucionales de reunión pacífica.

Bess también señaló que las autoridades utilizaron cámaras y todos los recursos disponibles para asegurar la seguridad de los residentes, visitantes y manifestantes en Miami Beach.