Sarquís y la polémica por la variedad HB4: "El trigo transgénico podría beneficiar a la provincia"
El ministro de Agroindustria de Buenos Aires, Leonardo Sarquís, consideró que la aprobación de una variedad transgénica de trigo resistente a la sequía "podría ser buena para la provincia", aunque advirtió que es necesario tener en cuenta la "parte comercial".
"Una cosa es la parte tecnológica y el orgullo de que una empresa argentina desarrolle un evento que contó con la aprobación de dos instituciones. Para la provincia puede ser algo bueno, ya que hay regiones donde puede llegar a beneficiar. Pero está la parte comercial", indicó Sarquís en diálogo con radio La Red.
El desarrollo en cuestión es una variedad de trigo trangénico (trigo HB4) resistente a la sequía desarrollado por la empresa argentina Bioceres, que cuenta con la aprobación de la Comisión Nacional Asesora de Biotecnología Agropecuaria (Conabia) y del Senasa, pero no así de la Secretaría de Agroindustria debido a que los importadores del cereal no tienen aprobado tal evento en sus países.
Por tal motivo, días atrás se llevó adelante una reunión entre la parte interesada, el presidente de la Nación, Mauricio Macri; funcionarios de Agroindustria y asociaciones de semilleros y acopiadores, en la que se decidió formar una mesa de trabajo para avanzar sobre el tema.
"Hay que hacer un plan de acción y ver qué más se puede hacer. No hay que dejar de perder la oportunidad de si esto tiene que avanzar para que en algún momento sea bueno", agregó Sarquis.
"Lo primero que hay que hacer es ponernos a trabajar juntos para ver los pros y contras que puede tener. Yo pienso que esto puede ser bueno, pero sin descuidar y entendiendo todo lo que el gobierno nacional está diciendo respecto a los mercados", concluyó Sarquís.
Reunión en la Rosada
En el encuentro del Presidente con la cadena triguera, se propuso pasar a un cuarto intermedio de 60 días para avanzar en consensos que permitan aprobar el HB4o.
En la reunión Macri estuvo acompañado por Etchevehere, su mano derecha Santiago del Solar; el secretario de Agricultura, Guillermo "Willy" Bernaudo; y el asesor presidencial Francisco "Pancho" Cabrera.
Por el lado de los privados, es tuvieron el titular de FAIM, Diego Cifarelli; el presidente de Ciara, Gustavo Idígoras; el empresario Gustavo Grobocopatel; el gerente de Bioceres, Federico Trucco; y el uno de los Acopiadores, Fernando Rivara.
Las entidades rurales expresaron su rechazo al trigo transgénico. El vicepresidente de la Sociedad Rural (SRA), Carlos Vila Moret, dijo que "avalamos los avances tecnológicos, pero ponemos reparos desde el punto de vista comercial".
"El trigo transgénico es un avance importante porque permitiría aumentar la producción en zonas marginales. Pero no hay que perder de vista la reacción que pueden tener los mercados a donde se destina esa producción", agregó Vila Moret.
En la misma línea se manifestó el presidente de Confederaciones Rurales (CRA), Dardo Chiesa: "No puede aprobarse algo que no se lo vendés a nadie", apuntó el dirigente en referencia al rechazo de Brasil al trigo transgénico.
"Un cultivo político"
Francisco Ayala es el responsable directo de las investigaciones llevadas a cabo desde Bioceres. En una entrevista aseguró: "Lo primero que pensé es que no iba a funcionar, era altamente escéptico. Ya había habido algunos antecedentes tratando de incorporar eventos en trigo. Pero es un cultivo difícil en muchos sentidos, sobre todo porque es un cultivo político".
Es decir, "cuando hablamos de trigo, la gente piensa en un ideal casi bíblico. como que es algo que no hay que tocar, que no se puede modificar. Es como si uno estuviera haciendo un crimen contra la naturaleza. Uno es receptivo al sentir de los familiares, amigos, conocidos, con posiciones muy reaccionarias respecto de lo que es la biotecnología en trigo. Pero sabe que es fundamentalmente por una cuestión de desconocimiento. Ahora es la propia cadena del trigo y la Secretaría de Agroindustria las que se oponen a la liberación del HB4, por temor a perder mercados".
Ayala cree que con esta posición conservadora la Argentina se priva de producir "un trigo con un atributo que no lo tiene el trigo en su fondo genético naturalmente: la posibilidad de enfrentar mejor las situaciones de sequía".