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Sentado a los pies de la cama de su madre, espera que llegue el momento en que ella le pida que lea. El libro siempre es el mismo pero eso no hace que sea mas fácil la lectura. Todavía discuten porqué motivo Balzac escribió tal o cual frase. Aunque él siempre hace lo que ella desea. Su madre es tan frágil ahora que prefiere no llevarle la contraria pero a veces el erotismo de Balzac suele darle un poco de vergüenza.

Él, hijo menor de cinco hermanos, ha quedado al cuidado de su madre y cumplir el deseo de la lectura es poco para con la mujer a la cual le queda poco de vida. Una vida que ha sido dificil para ellos. Sus padres emigraron a Francia siendo el muy chico y tuvieron que luchar contra la discriminación y la exclusión por sus orígenes. Luego, muy pronto, falleció su padre y fue la madre la que hubo de luchar para que sus hijos tuvieran un futuro. Una mujer analfabeta que supo proteger bien a los suyos y todavía le quedaba tiempo para ayudar a los demás. Como se lo recuerda una enfermera en la cocina de su casa. Allí, en la cama, descansa la madre que conoce y también la mujer que desconoce. Pero la muerte se acerca, ya queda poco, y es el momento se acompañarla. La lectura, que para él siempre ha sido una forma de comunicarse, los conecta y los une y mientras el hijo lee va recuperando episodios de la vida de su madre que hoy puede ver y entender con nuevos ojos. Porque hubo un momento en que sintió vergüenza de ella, de su ignorancia cultural, de la forma en que debía compartir con sus hermanos lo poco que habia. El tiempo ha pasado y largo el proceso para comprender. Pero ahora está a los pies de su cama y mientras lee, comprende las decisiones que ella ha tomado.

Rachid Benzine tiene la difícil tarea de transcribir sus sentimientos y sin embargo lo logra de una manera sensible y profunda. Cada una de sus palabras tiene un significado especial y ya no hay necesidad de una construcción narrativa para sostener los argumentos. En "Así hablaba mi madre" lo que hay congoja y pena por la partida pero también alegría y orgullo por esa mujer que fue un ejemplo de humildad y valores para sus hijos.

El autor no recurre a ningún artificio, ni sentimentalismo para decir y escribir en primera persona y entrega una novela conmovedora y brillante sobre el vínculo materno. Una relación que describe con todos sus momentos, tanto buenos como malos, y la firme convicción del amor.

Pero si uno espera encontrarse con un texto triste, es más bien todo lo contrario. Es la celebración de una vida en la voz de un hijo orgulloso de aquella mujer que fue su madre.