Es que la entretenida pieza propuso la sátira sobre la "argentinidad" con tres actos que presentaron personajes icónicos en el ADN argento. Los mozos de los cafetines de Buenos Aires haciendo gala de su famosa memoria (aunque dejando mucho que desear en su agilidad); el gaucho y la china de las pampas, con mate en mano, facón en al cintura y las infaltables (y a la vez peligrosas) boleadoras; y la pareja de tango, donde invitaron a la participación de dos integrantes del público, a la vez que demostraron un virtuosismo en el baile que caracteriza a la Argentina.

Fue un espectáculo impecable, cimentado en una refinada técnica que mezcla la esencia del clown con la danza, que la pareja protagonista (marido y mujer ellos) viene trabajando desde hace 12 años. Ese conocimiento dejó espacio para la improvisación a lo largo del escenario y hasta las escaleras del teatro, que le aportó un vértigo y una frescura deliciosa.

Sin más escenografía que una pantalla que presentaba cada uno de los actos y daba tiempo al cambio de vestuario, quedó claro que con el potencial que mostraban los actores bastaba para sostener las carcajadas de un público que despidió el show con aplausos de pie. Entretenida y original, "Visite Argentina" resultó una gran propuesta para una noche de sábado.