Por suerte, comer de una manera bastante sana, rica y ecológica es bastante sencillo, y no requiere de grandes conocimientos de nutrición ni de un máster en consumo ecológico. Se podría resumir en una página:

- Con placer, disfrutando de la diversidad de platos y de compañía. Con tiempo y sin prisas.

-Sin perfeccionismos ni prohibiciones. Sin obsesiones por la salud, la ecología, la delgadez...

-Sencillez: ni teniendo una computadora por cabeza podríamos considerar todos los factores necesarios para tomar decisiones perfectas en alimentación e intentarlo no es para nada sano. Tradiciones gastronómicas y conocimientos generales de nutrición y consumo consciente

pueden ser más útiles que complejas teorías o dietas "alternativas".

- Muchos vegetales: verduras y frutas, cereales y legumbres, aceite de oliva y frutos secos, por ser los alimentos que mejor combinan salud y ecología.

- Moderación con lo que a largo plazo nos puede dar problemas: grasas "malas" ("hidrogenadas" -en margarinas y alimentos procesados-, las de carne y lácteos, de palma y coco -y grasas "vegetales" sin especificar-, aceites de semillas -girasol-), azúcar, sal... Los alimentos industriales

suelen abusar de todo esto.

- Ecología: cuidando las tradiciones gastronómicas locales, optar por los alimentos cercanos, frescos de temporada, y ecológicos cuando se pueda. Una dieta moderada en el consumo de productos animales (huevos y lácteos, pero especialmente en carne y pescado); procurar utilizar

pocos envases y productos preparados; e intentar comprar en cooperativas, venta directa, mercados, tiendas pequeñas...

- Economía: para una dieta saludable hay muchos caminos, ningún alimento es imprescindible. Con alimentos comunes podemos alimentarnos "de cine". Piña, mango, soja, leche omega-3... no son más sanas que naranjas, manzanas,nueces, sardinas...

Evitemos actitudes estrictas y consumistas

Los medios de comunicación y la industria alimentaria nos bombardean con "cuerpos danone" y "alimentos de diseño" para cuidarnos. Quieren vendernos cómodas soluciones en tetra brik. Pero son falsas y caras.

Evita tener alimentos-fetiche. Una vida sedentaria o una dieta pobre en fruta y verdura no son saludables por mucha fibra o vitaminas que le añadan a los alimentos.

La salud es mucho más que "comer sano". Hacer ejercicio, descansar bien, tener relaciones de calidad... son tan o más importantes que comer bien. Comer "sano" no nos va a dar la felicidad, y si nos obsesionamos puede alejarnos mucho de ella.

¡Ojo! Actitudes estrictas pueden derivar en trastornos alimentarios y problemas de socialización. Hay quien no va a una comida con amigas porque el menú no es "sano", ecológico o vegetariano. A tu familia y amigas puede crearles rechazo hacia ti (y hacia tus "causas justas") que no seas capaz de compartir con ellas comidas que han preparado con cariño. Además, prohibirte alimentos puede generarte mucha ansiedad.

Ningún alimento es insano ni es pecado, hay momentos para todo. Quizás tengas sobrepeso y no debes comerte doce galletas al día, pero nada impide que te comas un par... o las doce un día de vez en cuando. Todos los alimentos son buenos, pues nos alimentan y/o dan placer.

Algunos han de consumirse con moderación, pero sólo hacen daño abusando repetidamente y a medio plazo.