A partir del 2 de septiembre, el Gobierno Nacional implementará una reducción del Impuesto PAIS del 17,5% al 7,5%, medida que ha generado expectativas positivas en la agroindustria. Según un informe de la Bolsa de Cereales de Córdoba, este tributo representó el 6% de la recaudación total en los primeros siete meses de 2024, y su reducción equivale al 74% de los derechos de exportación recaudados durante ese mismo período.

El Impuesto PAIS, creado por la Ley 27.541 al inicio del gobierno de Alberto Fernández, ha sido una herramienta clave para equilibrar las cuentas públicas, pero su aumento también ha generado desafíos para sectores dependientes de insumos importados. La disminución de la alícuota busca aliviar los costos de producción para empresas que dependen de materiales extranjeros, como los fertilizantes y la maquinaria agrícola.

En cuanto a los fertilizantes, la reducción del impuesto puede llevar a una disminución en los precios de los nitrogenados y fosfatados, que constituyen una parte significativa del consumo agropecuario. El impacto en la maquinaria agrícola también se prevé positivo, con una posible disminución de costos para los productores nacionales que dependen de insumos importados, mejorando así su competitividad en el mercado global.

A pesar de los beneficios, la medida excluye los pagos con tarjeta de crédito y débito en moneda extranjera para evitar el estímulo al consumo en divisas. La reducción del Impuesto PAIS también se compensará con la restitución de la cuarta categoría del Impuesto a las Ganancias y la recaudación de impuestos por blanqueo fiscal.

La agroindustria, que representa una parte crucial de la economía argentina al aportar el 65% de las exportaciones y generar empleo en todo el país, podría experimentar un impulso significativo con esta medida. Sin embargo, queda pendiente la eliminación de los derechos de exportación, que siguen siendo un obstáculo para el crecimiento del sector.

En resumen, la baja del Impuesto PAIS representa una oportunidad importante para la agroindustria, con potenciales beneficios en términos de reducción de costos y mejora en la competitividad. A medida que el sector enfrenta estos cambios, la atención se centrará en cómo estas medidas influirán en el comercio exterior y en el desarrollo económico de la cadena agroindustrial.