Un informe de prensa afirma que desde 2010, el 62,5% de las provincias subió Ingresos Brutos al comercio y la industria. Las subas llegan al 80%. Las que no modificaron la tasa general, quitaron exenciones, recortaron beneficios o subieron alícuotas graduando tasas. También los municipios, donde en cada uno hay más de 20 tasas distintas, están subiendo alícuotas y sumando nuevos tributos que se superponen entre sí y con tributos provinciales.

Un relevamiento realizado por CAME en las 24 jurisdicciones y 100 municipios del país, revela una realidad preocupante: desde 2010, y sobre todo a partir de 2012, la presión fiscal a las PyMES aumentó por todos los frentes y hoy se lleva hasta 60% de sus márgenes brutos.

Para ello citan algunos ejemplo. Entre 2010 y 2014, todas las provincias subieron la alícuota de Ingresos Brutos (IB), ya sea en algún sector u otro, y eliminaron exenciones a muchísimas actividades. En la industria, por ejemplo, son muy pocas las jurisdicciones que aún la eximen de ese tributo.

En el caso del comercio minorista, desde 2010 hubo 15 provincias que aplicaron subas de entre 16% y 80% en la tasa general. A su vez, en 12 jurisdicciones la tasa de IB a esa actividad ya se ubica por encima del 3,5%, y hay 4 que ya la tienen arriba del 4%.

En el ámbito municipal, hay un abuso de tasas y contribuciones. En cada ciudad se detectó un promedio de 20 tributos diferentes, y todas aplicaron algún tipo de aumento o incorporaron nuevas tasas que se superponen entre ellas o con los impuestos provinciales.

En 48 de las 100 ciudades relevadas, directa o indirectamente se ajustaron las alícuotas que gravan a la industria y al comercio. El resto subió los montos mínimos (en muchos casos por encima de la inflación), aplicó adicionales o incrementó otros tributos.

Los 100 municipios relevados gravan con la tasa de Registro, Seguridad e Higiene a las actividades económicas. Pero en 76 ciudades se detectó que esa tasa grava las ventas brutas, generando la misma distorsión que el IB.

En todas las jurisdicciones se identificó alguna forma de subir la presión fiscal: creación de nuevos tributos, cobros de adicionales, graduación de tasas con subas en determinados rangos, menores beneficios por pago a término, nuevas tipificaciones de multas y multiplicación de los montos, subas de los montos mínimos por encima de la inflación, o desactualización en los topes para beneficiarse con determinadas bonificaciones.

Aumentos detectados en las provincias

La presión fiscal no solo sube porque aumentan las tasas generales. Cada año las normativas provinciales traen sorpresas. Rubros aislados donde la tasa sube por encima de otros, mayor presión extraterritorial, nuevos impuestos, eliminación de exenciones, recortes de beneficios, son algunas de las modalidades que se vienen usando para incrementar la presión fiscal sobre las PyMES silenciosamente. Un ejemplo es el impuesto a los sellos en la Provincia de Buenos Aires. En 2014 se incrementó 26,6% la

alícuota del impuesto, de 0,75% a 0,95%, para un conjunto de operaciones de compraventa entre las que se incluyen: cereales, oleaginosos, productos ganaderos o agrícolas, frutos del país, reconocimiento de deudas comerciales y mutuos comerciales.