El arzobispo santafesino consideró un "gesto profético" que Francisco haya invitado al Vaticano a Shimon Peres, de Israel, y Mahmud Abbas, de Palestina, a rezar por la paz en Medio Oriente, y lo valoró como "un signo que abre el camino hacia un mundo nuevo".

"En este particular momento de importancia para la paz del mundo, invitamos al pueblo argentino a unirse desde las propias pertenencias religiosas en una oración a Dios con la confianza de hijos y sabiéndonos hermanos", subrayó, y leyó parte de un mensaje de adhesión que en nombre de la Iglesia local envió al Papa.

Arancedo presentó esta iniciativa de los laicos argentinos en una rueda de prensa en la sede episcopal del barrio porteño de Retiro, donde reiteró la invitación a "todos los creyentes y a personas de bien a detener su marcha cotidiana el viernes a las 13 para dedicar un minuto a rezar por la paz".

El prelado estuvo acompañado por Vicente Espeche Gil, miembro de la Comisión Nacional de Justicia y Paz, y Emilio Inzaurraga, presidente de la Acción Católica Argentina, organizaciones católicas que propusieron al mundo este gesto de oración, cuyo flyer se tradujo a diez idiomas y la convocatoria se viralizó en las redes sociales. "Los argentinos cómo no íbamos a responder al llamado del Papa si en 1978 conseguimos la paz gracias a Juan Pablo II, tuvimos una guerra en 1982 y también padecimos en 1992 y 1994 el terrorismo en la Ciudad", dijo Espeche Gil al hacer referencia a los atentados contra la embajada de Israel y la sede de la mutual judía AMIA.

En tanto, Inzaurraga destacó que "lo más importante es que cada uno, esté donde esté, tenga la posibilidad de detener el paso, rezar y reflexionar sobre la paz. Un minuto tal vez no alcanza, pero sabemos que en este tiempo uno puede comenzar un nuevo tiempo. En un minuto se toman decisiones y se puede hacer un cambio positivo de la realidad".

DIB