"Hace cuarenta años que soy peluquera. Los 40 años estuve en un local ubicado en la avenida Pringles, entre Balcarce y Pelegrino, por el club Ferro Carril Sud. Ahí alquilaba un salón, pero hace un tiempo los propietarios me lo pidieron porque iban a edificar y entonces tuve que armar el nuevo salón donde es mi garaje de mi casa. Mi marido (Miguel Illescas) me ayudó a montarlo y desde hace tres meses estoy trabajando en este nuevo lugar, así que las clientas más firmes me siguieron. Bah, todas. Son clientas que tengo desde hace treinta años e inclusive desde cuando empecé, y acá en apenas tres meses ya hice clientas nuevas" comenzó contando Liliana, mientras Letty está sentada y la dueña de casa trabaja sobre su cabeza haciendo la famosa y tradicional "planchita", en tanto que Nilda ya se "marcó" y se queda un rato más para charlar, tomar mate y compartir la tarde de sábado.

Varias plantas indican que las amigas/clientas se las trajeron de regalo y lucen impecables en el salón, lo cual reflejan el comienzo de esta nueva etapa en este lugar. El decorado también está prolijo y es característico de la peluquería de damas, y también la cocinita instalada ahí nomás para que el mate no falte y así poder compartir la charla mientras Liliana trabaja. Hoy es día de descanso para los peluqueros, pero estarán felices celebrando su día, aunque por estas 24 horas los peines, tijeras y secadores, entre otros elementos que utilizan a diario, quedarán reposando...

"Siempre trabajé con damas y niños, a no ser mi marido o mis hijos (Mariano, 29, y Emanuel, 25). Terminé el primario en la Escuela Nro. 49, la del barrio Obrero, y enseguida empecé a trabajar en una peluquería, ya que en aquella época tomaban chicas jóvenes para ayudar. En esa época sino se trabajaba, había que estudiar. Me daba miedo el secundario, no sé por qué, y como de chica siempre me gustó esto entonces me incliné por la peluquería. Como mis viejos no me exigieron estudiar, entonces fui a trabajar. Se estudiaba un oficio generalmente. Y empecé en la peluquería de Olga García de Ottaviano y después, mientras trabajaba con ella, iba a estudiar con Joseph, el primer peluquero hombre, creo, que hubo en Olavarría. Era francés o tenía descendencia francesa, a eso no lo recuerdo bien, pero era muy detallista, había que hacer los trabajos como él quería. El enseñaba en la Escuela 12 de Loma Negra y las que nos recibimos en 1973 todas pusimos peluquería. Empezamos muchas, pero dejaron varias y nos recibimos cuatro: dos de Olavarría, una chica de Calera Avellaneda y otra de Loma Negra. Yo tenía 16 años" siguió contando Liliana.

"Me recibí en diciembre y abrí el negocio en abril en la avenida Pringles. Me ayudaron mis padres, por supuesto, que pusieron el dinero para armar la peluquería. Porque lo que recibía como ayudante no me alcanzaba para mucho. En aquellos momentos no se teñían, pero iban muchas mujeres a la peluquería. Los sábados era terrible, las jóvenes usaban la toca y las mayores se peinaban mucho. Ahora todo eso cambió y salen a bailar sin peinarse. En aquellos años las chicas iban al baile bien peinaditas. Para que tengas una idea, el sábado no se hacía ni cortes ni tintura, eran sólo peinados, y eso reflejaba cómo se trabajaba ese día para peinar a las que iban a salir a la noche. La moda fue cambiando, por supuesto", explicó acerca de las costumbres de décadas atrás.

"Siempre hubo cambios. Ahora no se arregla tanto, aunque se tiñen más. El trabajo principal, hoy, es el corte y la tintura. Peinar se hace cada tanto, aunque el brusshing puede haber algo también. Ir el sábado a la peluquería era una ceremonia, fundamentalmente para ir a bailar a la noche. En aquel momento el auge estaba en Fomento Pueblo Nuevo y las chicas que estudiaban iban a Yamó y a Rodríguez" recordó Liliana acerca de aquellos años de su comienzo en este trabajo que sigue abrazando con mucho amor y pasión, porque es algo que le gustó desde chica. Y que hoy sigue haciendo con las mismas ganas de siempre.

"Lo que me gusta es cambiarle por completo el look a una persona. Generalmente, corte y color. Hay gente más tradicional que quiere lo mismo, pero hace poco vino una mujer y quería mechas rojas. Quedó divina, pero ese trabajo fue especial, diferente, y le saqué fotos inclusive. Inclusive las puse en el facebook. Me llamó la atención porque tenía mi edad, 56 años, y se cortó bien corto, mechas arriba, y como el novio le pidió un cambio entonces encaró ese look, pero ya vino con esa idea. Sino, me preguntan y me voy guiando por las revistas, ya que lamentablemente no se hacen muchos cursos y atelieres actualmente. Ahora se hace uno, el 8 de septiembre, en Olavarría y por supuesto voy a ir. Es para un grupo reducido y ya tengo mi lugar. Antes se hacían dos o tres atelieres por año, y van saliendo cosas nuevas que hay que ver y conocer. Cada cosa tiene su secreto, su forma de hacerse. En algunos atelieres se mira y se puede preguntar, por supuesto, porque los que vienen a darlos es gente de Buenos Aires, muy abierta y explican, y eso es bueno para ir superándose. Son necesarios porque la moda va cambiando" continuó diciendo.

"Lo que se hace mucho ahora son las mechas, los reflejos, también dos o tres colores en chicas que van de 30 a 50 años, especialmente. Por ejemplo, el corte que pegó mucho es el corto, en la nuca bien rebajado, y la nuca alta y lo que es adelante, claro decolorado, un rubio bien claro, y abajo en negro o marrón chocolate. Eso lo piden mucho las jóvenes, entre veinte y treinta años. Me gusta cuando me piden cosas así. Las chicas copian los cortes que se ven en las telenovelas, en la televisión. Ahora todas quieren el corte de Carina Zampini, por ejemplo. Y también el de Mónica Antonópolus. A veces se puede hacer porque tienen el cabello adecuado, por supuesto, aunque hay gente que lo pide igual porque les resulta cómodo o les gusta. La que tiene cara más redondeada no le conviene el pelo corto, sino tener el pelo un poco más largo en los laterales para que se le afine la cara. Algunas no aceptan, porque ya vienen con una idea definida. Yo trato de aconsejarlas a ver qué le puede quedar mejor, por supuesto. Algunas lo entienden y otras no" agregó Liliana.

"Y lo que se hace mucho actualmente es el shock keratínico (la keratina es uno de los componentes del cabello). Eso reemplaza al antiguo baño de crema. Este queda lindo el día que te lo hacés, y el shock dura, y en cabellos estropeados dura hasta tres meses. Queda con brillo y suavidad, hermoso, porque cierra los poros y se hace en cabello largo, en chicas jóvenes por supuesto. Hace ya unos cuatro años que se hace en las peluquerías el shock keratínico y ha gustado, ha prendido. Muchos hacen también el alisado progresivo, que en algún momento fue cuestionado porque tenía formol, pero no lo hago, porque es dañino para el peluquero. Cuando se seca (es una crema) larga un vapor que se lo traga el peluquero, y algunos laboratorios lo hicieron con menos formol. El efecto para estar lacio, planchado, lo hace el formol. Algunos peluqueros lo siguen haciendo y algunas empresas lo hacen casi sin formol, pero es costoso. Acá lo veo poco. El shock keratínico lo supera en cuanto a cantidad que se hacen las chicas" explicó.