La idea era conversar un poco con el productor Fernando Luis, ex presidente de la Sociedad Rural local, sobre los efectos del clima en el partido y las dificultades que el exceso de lluvias acarrea, pero la charla derivó hacia otro lugar. Según él, el problema central que atraviesa el sector no pasa por ahí, sino en el hecho de que el productor no esté en condiciones de hacerle frente.

"Lamentablemente, el problema pasa por el marco donde estamos metidos como país, donde tenemos una presión impositiva y una rentabilidad acotada muy importante, entonces nada de la coyuntura que podríamos analizar hoy, como caminos, clima, seguridad, tendría la relevancia que tiene si es que pudiéramos percibir la rentabilidad que el riesgo de producir conlleva", afirmó.

Según Luis, la rentabilidad es acotada para la ganadería y llega incluso a ser negativa en el caso de la agricultura en campo arrendado, lo cual hace que la sumatoria de las demás cuestiones coyunturales generen una situación que, en otras condiciones, sería soportable como una eventualidad propia de la actividad.

"No debería ser así, tendríamos que poder asumir el clima sin protestar, el tema caminos sería relevante pero tendría un espacio menor al que tiene, pero hoy el principal problema es que no hay rentabilidad", ratificó.

Trabajando a pérdida

Fernando Luis enfatizó que la actividad más afectada por la situación es la producción agrícola, a la que literalmente considera con "rentabilidad negativa" cuando se realiza en campo arrendado, y que a duras penas se sostiene en campo propio. La pregunta obligada era saber qué es lo que lleva a los productores a seguir, entonces.

"La gente sigue porque trabaja de eso, porque tiene las herramientas, su propio conocimiento, sus empleados. Pero, además, la agricultura es una actividad que tiene como su principal base la esperanza (risas), creemos que va a venir un año bueno, que vamos a acertar, es un optimismo permanente", expuso.

El contraste aparece cuando se coteja el optimismo a futuro con la situación concreta y objetiva actual, que da una rentabilidad claramente negativa por la baja de los precios internacionales y el atraso del tipo de cambio, que por más que haya habido un ajuste en enero con la devaluación, la inflación de costos que soporta la sociedad en general lo vuelve a retrasar enseguida.

Reducción de retenciones

Según Fernando Luis, sólo se avizoran dos caminos para ajustar la rentabilidad a niveles sostenibles. Una nueva devaluación general sería una solución posible, pero eso volvería a afectar negativamente al conjunto de la sociedad, por lo cual la única medida adecuada sería la reducción de las retenciones, con lo cual automáticamente se mejora el tipo de cambio y, por ende, la rentabilidad del sector, sin afectar a la economía de la sociedad en general.

"Es una medida que inexplicablemente no se quiere tomar. Entendemos hasta cierto punto que se sostengan las retenciones a la soja porque es una caja importante para el Gobierno, pero no que se conserve un tipo de cambio tan bajo para el trigo, el maíz y el girasol, con precios tan bajos como los de hoy en día"

Desde el punto de vista de la ganadería, la situación parece ser más estable tanto en las cuestiones intrínsecas vinculadas al clima, ya que es una actividad -comparativamente- menos sensible a las variaciones que la agricultura, así como en lo que hace a rentabilidad, ya que los precios no llegan a acompañar la inflación pero se van adaptando por tratarse de productos orientados al mercado interno.

"Hoy por hoy, quien tiene un sistema ganadero más e menos armado, va zafando. El tema es, cómo se hace para volver a la ganadería cuando te volcaste a la agricultura, con campos desguasados de instalaciones, donde se levantaron alambrados, aguadas, donde no hay personal idóneo. Hace falta una inversión de capital enorme, no es fácil. Con la lechería es distinto, la situación es parecida a la de la agricultura, encima con un precio pisado, que no varía en función de la oferta y demanda", explicó.

Fernando Luis hace hincapié en que no se trata de cuestiones de índole personal, vinculadas a afinidades o disidencias políticas con el gobierno actual, sino de análisis objetivo de las medidas tomadas y el rumbo de las decisiones. Según el productor, hasta hace unos años el marco era distinto y se podía progresar, pero"desde el 2008 en adelante han desaparecido productores en todos los rubros, y eso no sucede porque si, sino porque no es rentable. Y lamentablemente, eso sucede sobre todo en las escalas más chicas. En Olavarría, si recorremos el mercado de proveedores vamos a encontrar que es muy poco lo que la gente está reinvirtiendo en el sector agropecuario, y eso es porque no hay resto para reinvertir", remarcó.