"La Navidad es una ocasión para comunicar, para transmitir la esencia del Evangelio. Que ese Dios que llega salga al encuentro del hombre". Las palabras son del padre Marcos Picaroni, referente de la parroquia San Cayetano, en pleno corazón del barrio CECO.

El párroco, que regresó a nuestra ciudad luego de estar 22 años en Tandil, plantea un Iglesia que reciba, pero también que salga en la búsqueda. "Tiene que ser una Iglesia de puertas abiertas", admite en sintonía con el pensamiento del Papa Francisco.

"Son dos cosas -plantea el padre Marcos-. Las puertas abiertas para recibir, pero también las puertas abiertas para salir al encuentro, el Papa nos habla de una Iglesia en actitud de salida".

En este camino es que celebra la cantidad de nuevos barrios con los que se ha encontrado luego de dos décadas afuera y el surgimiento de capillas en torno a sus habitantes.

El padre Maros vivió en nuestra ciudad desde que era diácono, entre 1993 y 1995. Luego se fue a Tandil, donde permaneció por 22 años. En agosto regresó y se encontró con muchos cambios.

"Geográficamente la zona se ha extendido. Han ido surgiendo muchos barrios como el Bancario I, II y III, Luz y Fuerza, Educadores y Evita", entre los que menciona.

En todo este tiempo "también se ha dado una cosa: desde la vida parroquial hemos logrado extender la presencia religiosa a través de distintos centros, han surgido varias capillas. San Antonio es previa a la nuestra, surgió en la década del 70. Después se edificó Sagrado Corazón, Perpetuo Socorro en barrio Educadores y ahora se está por techar Ceferino en Villa Mailín. Así que en todo este tiempo nos parece muy importante que haya templos en los distintos barrios porque es lo que aglutina".

En cuanto a la parroquia San Cayetano, a principios de este año se inauguró la nueva santería y secretaría, un espacio que da a la calle, "amplio y cómodo para recibir a toda aquella persona que se quiera acercar".

San Cayetano

San Cayetano, llamado el "Santo de la Providencia", murió en Nápoles el 7 de agosto de 1547. El Papa Clemente X lo proclamó santo en 1671, después de que una comisión eclesiástica comprobó numerosos milagros entre quienes lo invocaron para pedir sanación, alimentos y trabajo.

"Lo que tiene esta parroquia es una característica marcada desde el inicio y es que tiene rasgos de santuario. El templo es un santuario que convoca, que atrae. Los santuarios son como un oasis en medio de una ciudad, lugares de peregrinación, ya sea los santuarios dedicados a la Virgen o a los santos son lugares especiales donde la gente viene y se reencuentra", analiza el cura de San Cayetano.

Todos los 7 de cada mes, en San Cayetano se abren las puertas todo el día, hay distintos momentos de celebración. "La idea es que cualquier persona que entre encuentre un clima de oración en el templo, se reza el rosario cada hora", cuenta el padre Marcos Picaroni destacando la nueva santería y secretaría "que es un lugar muy lindo para recibir".

La importancia de este espacio es remarcada porque "una de las cosas de este tiempo y de siempre que nos remarca Francisco es una Iglesia a puertas abiertas. Entonces tienen que ser lugares de mucha hospitalidad. Ya sea secretaría donde uno viene para hacer un trámite, solicitar sacramento, bendición o un certificado, tienen que ser lugares acogedores. También puertas abiertas de los templos, cualquier persona que sienta deseo de rezar que encuentre las puertas abiertas de los templos y que las comunidades sean acogedoras también".

La Navidad

El padre Marcos concibe a la Iglesia de puertas abiertas, dispuesta a salir al encuentro. Es por eso que días antes de la Navidad, la propuesta en todos los Templos fue realizar alguna expresión al aire libre, en público. Varias capillas prepararon sus pesebres vivientes con participación de chicos, padres y vecinos.

En San Cayetano realizaron una caminata, una recorrida por varios sectores del barrio bendiciendo los pesebres hogareños. Y se armó una caravana bastante grande, con familias, catequistas y chicos de catequesis".

Marcos Picaroni da un mensaje en esta Navidad. "En primer lugar, Dios golpea nuestra puerta, es la invitación a abrir las puertas de nuestro corazón, de nuestra casa, de nuestra vida. El hecho de que el niño de Dios nace en un pesebre, pobre y nace para todos, es la invitación a descubrirlo".

También es una invitación "a sentirnos sembradores de esperanza y sembradores de paz. La Navidad la podemos entender desde una mirada religiosa. Podemos hacer un montón de cosas exteriores, pero la invitación es que nuestro corazón sea un pesebre donde nazca Dios. Entonces, es como la fe, la religiosidad, nos da una fuerza nueva para vivir la vida cotidiana con la presencia de Dios".

Para el padre Marcos, "cuando vamos dejando de lado la religiosidad, Dios empieza a estar ausente de nuestra vida, vivimos como si Dios no existiera, soñamos como si Dios no existiera (el individualismo), decidimos como si los pobres no existieran (yo me arreglo solo) y trabajamos como si los que tienen que recibir el anuncio del Evangelio no existieran".

Además de generar esa Iglesia puertas afuera, Marcos Picaroni tiene otro proyecto: "una de las cosas es ayudar a crecer todo lo que ha venido surgiendo aquí. Hay capillas nueva y hay que ayudar a que crezca la vida en toda esas capillas".