"Era adolescente y desde chica me gustó el funcionamiento del cuerpo humano junto al hecho de ayudar a la gente. A partir de aquí viene mi decisión por elegir la medicina como forma de vida. Es decir, siempre me llamó la atención el cuerpo humano y el hecho de ser solidario con las personas, formando una combinación que me facilitó completamente la decisión", éstas fueron las primeras palabras de la gastroenteróloga Marcela Mayet, recibida en la carrera de medicina de la Universidad Nacional de La Plata cuando cumplía 25 años.

Marcela Mayet, junto a otros tantos compañeros de la ciudad, celebran hoy un nuevo Día del Médico. "Los años de facultad significaron etapas de crecimiento y nunca me arrepentí de lo que había estudiado, algo que por ahí puede suceder entre los jóvenes. Siempre me gustó. Cuando estaba en el último año quedé embarazada, nació mi hijo y me recibí cuando él ya tenia dos años. Después llegó el momento de elegir la especialidad y hoy estoy orgullosa de ser gastroenteróloga", destacó la doctora con 25 años de trayectoria profesional.

"También me gustaba mucho el hecho de trabajar con niños y durante mi residencia estuve en el Hospital de Niños de La Plata. Hoy en día atiendo a adultos y niños, gustándome ambas labores por igual", agregó.

Al recordar sus inicios, Marcela Mayet señaló que "las mejores etapas son la de formación, tanto en la facultad como en la residencia, porque todos estamos en la misma situación que es la de aprender y crecer en conocimiento. Después cuando salís de ese ámbito, se siente un poco la competencia, o al menos eso me pasó a mi en su momento. No soy de Olavarría, soy de Azul y cuando terminé la residencia decidimos con mi esposo venir a vivir acá y ahí fue más complicado. Sin embargo tengo que confesar algo, cuando llegué a esta ciudad entré al hospital y lo reconozco como mi gran lugar".

"Hubo dificultades y las épocas del país tampoco ayudaron en ese momento. Yo vine a vivir a Olavarría en 1998 y después ocurrió todo lo que sabemos en el 2001. Por cuestiones que tienen que ver con la política o aspectos sociales, uno como médico se siente presionado en algunas situaciones. Es que están las cuestiones legales que siempre nos acechan, y a veces también las cuestiones sociales. Pero con el tiempo fui mejorando y aprendiendo de todo ésto también", subrayó.

Luego, Marcela Mayet afirmó que "el hospital es el lugar que más quiero, y la Escuela Superior de Ciencias de la Salud también es una institución que aprecio mucho porque soy docente de la carrera".

"La medicina me hizo aprender el valor de la vida y conocer también los valores. Me hizo palpar de cerca siempre las circunstancias de la condición humana, los miedos, las angustias, la vulnerabilidad. También me ofreció satisfacciones. Dentro de la pediatría hay diagnósticos, te encontrás con un chico con dificultades pero brindás soluciones porque no deja de ser un nene sano. Lo que quiero decir es que te da muchas satisfacciones desde lo humano", enfatizó.

Además, la profesional destacó que la medicina le permitió conocer "a un montón de personas, colegas, y enormes maestros que me dieron el ejemplo como el Dr. Cura. A ese tipo de personas a las que siempre les voy a tener una alta admiración".

A su vez, Marcela Mayet apreció las situaciones que le toca vivir gracias a su profesión. "La palabra no es enorgullecer, pero lo que me llena el alma y me da satisfacciones es el hecho de ayudar a que otra persona se sienta mejor. A veces no pasa sólo por una cuestión del cuerpo, sino también contenerlo desde el punto de vista emocional".

"Le diría a los jóvenes médicos que nunca pierdan la pasión por lo que hacen porque si bien muchas veces pueden sentirse solos, la pasión es importante para trabajar con el corazón y con la consciencia de lo que uno está haciendo", concluyó la gastroenteróloga.