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"Estela quería que alguien escribiera la historia de Laura para visibilizar un poco que eran ella y esa generación la que la habían trasformado", cuenta María Eugenia Ludueña, en diálogo con EL POPULAR, sobre el origen del libro "Laura. Vida y militancia de Laura Carlotto".

La periodista, activista cultural en la Asociación Civil Miguel Bru y editora de Infojus Noticias, asegura que la idea del libro fue no sólo contar la historia de la hija de Estela Carlotto, sino que a través de ella se pudiera escuchar a la voz de una generación y que sirviera además para entender la forma de pensar de esos jóvenes en el contexto de los años 70.

"Son esas extrañas coincidencias que se cruzan en tu camino", comenta la autora, y recuerda que el libro surgió como resultado de una entrevista a la presidenta de Abuelas. "Le hice una nota y le pregunté si guardaba algún objeto para Guido, para el día en que encontrara a su nieto. Entonces ella me dijo que había recorrido muchos lugares buscándolos, a su hija y a su nieto, y había tratado siempre de traerse algún souvenir". De la charla surgió el pedido de Estela e "inmediatamente le dije sin pensarlo: ‘lo hago’ ".

-Hay una Laura para Estela y también hay una Laura para los compañeros militantes, ¿pero con qué Laura te encontraste en la investigación para el libro?

-Con todas esas Lauras. Porque creo que alguna manera, pasa con todas las personas, que estamos hechos como de diferentes colores y podemos ser mirados de distintos ángulos. Desde esa mirada me interesa abordar a Laura y a otras personas. El libro está contado no sólo desde el retrato de quién fue Laura, sino que esa voz hablara por las demás. Porque la idea también es entender a Laura, es tratar de comprender qué es lo que la impulsa, a ella y a sus compañeros, en ese contexto. Mientras escuchaba mucho a las personas, pensaba cómo hilar esos fragmentos, para que fuera algo que hablará por los demás.

-¿En qué sentís que te cambió a vos la escritura del libro?

-Cambié mucho, muchísimo. Sobre Historia aprendí mucho... sobre el uso de las palabras. Uno a veces dice "los 70" y son una época muy rica, llena de matices, con agrupaciones atravesadas por un montón de tensiones. Entonces entendí eso, que quizás antes no me había detenido o me había detenido a cierta distancia.

Respecto de Laura y sus compañeros quizás comprendí un poco qué es lo que impulsaba su lucha. Entenderlos desde su microhistoria a cada uno de ellos: quiénes eran, qué querían, qué buscaban. Y desmitificar algunas cuestiones como que eran unos chicos que los llevaban de las narices. Muchos de ellos, como Laura, tenían mucha avidez por empaparse del momento que les tocaba vivir. Ya sea a través del "cine de barricada", de la música, de los libros o del análisis político.

-¿Cómo fue el trabajo de investigación para reconstruir la vida de Laura?

-Fue laborioso, fue maravilloso, tuvo sus momentos de tristeza, de escuchar historias de mucho dolor. Estoy muy agradecida, no sólo a la familia de Laura que siempre me abrió las puertas, sino también a las compañeras del Secundario, las amigas, las compañeras de la facultad, de militancia y de cautiverio... a todas las personas que dieron su testimonio.

Algunos me dijeron que preferían no hablar, otros que preferían hablar pero sin que se conocieran sus nombres y apellidos, otros en off. La memoria es un material muy delicado para trabajar y que cada uno hace con su historia lo que va pudiendo. Respeté todos los pactos establecidos con las fuentes.

Como periodista me interesa averiguar algunas cuestiones en lo que ataña a las responsabilidades y además, después de haber escuchado tanto sobre Laura, tengo un gran interés en conocer la otra parte de la historia. También en hay muchas cuestiones a las que yo no accedí porque los últimos días de Laura son muy difíciles de reconstruir. De hecho, con la reciente aparición de Ignacio Guido Montoya Carlotto, se sabe con certeza quién fue el compañero de Laura, con el que la secuestraron. Por lo que me interesaría también reconstruir esa parte a la que no pude acceder porque la mayoría de los compañeros, a medida que iba acercándose el final, estaban muertos. Es una deuda, y esta noticia hermosa del nieto 114 que recupera su identidad ojalá que sirva para que otros que tengan duda se animen a hacerlo.

La mamá de Ignacio Guido

La conferencia de prensa en la que Ignacio Guido Montoya Carlotto se presentó fue un verdadero caos. Estela Carlotto miraba sin poder creerlo y su emoción contagió a todos en la sala. Pero también sobrepasó la pantalla y en las casas el público expectante escuchaba las palabras que el nieto recuperado, canchero, sonriente y hasta con cierto desparpajo, decía respondiendo a las preguntas de los distintos medios. Hasta que llegó el turno para preguntar de María Eugenia Ludueña. Ignacio la miró, sonrió y directo le dijo: "Vos me debés un libro".

"El libro siempre fue para él más que para Estela. Fue a partir del deseo de Estela, pero fue escrito para el día en que él apareciera y se le restituyera su identidad", cuenta, y reconoce que con su aparición "sentí que se cerraba un círculo más de esta espiral en la que estamos. Para mí ya había sido importante el hecho de terminarlo, armar todo este rompecabezas y poder entregárselo a Estela".

"Me contaron muchas anécdotas de Laura y todos aluden a distintos aspectos", dice María Eugenia Ludueña, y recuerda que junto con un grupo de compañeras le dieron refugio a otra que se encontraba embarazada y cuya pareja estaba desaparecido. Poco después la mujer comenzó con el trabajo de parto y fue Laura, junto con un compañero, quienes la acompañaron a un hospital, arriesgándose a terminar detenidos, para que pudiera parir a su hijo. La mujer sobrevivió y también su hijo, y su pareja fue liberada luego.

"Laura era muy terca. Cuando se le metía algo en la cabeza iba hasta las últimas consecuencias, me contaba Estela. A los 13 años le dijo que tenía novio y que el novio tenía 18. Que si quería que lo asumiera, si no le podía mentir", cuenta la autora sobre la joven militante desaparecida, la compañera, la de madre de Ignacio Guido, la hija de un símbolo de la lucha contra el olvido.

"Laura. Vida y militancia de Laura Carlotto": Prólogo

Soy la mamá de Laura. La primera hija, la soñada, la querida, la esperada, igual que los otros tres que vinieron después. Pero ella fue algo especial por la vida que vivió: una vida corta, intensa, con mucho contenido. Vivió apurada, empapándose de su tiempo. Estaba atenta a aprender de cada momento, de cada lectura, de todo lo que la ayudara a pensar, hacer y participar. Entregó su vida por un ideal, por un compromiso con su pueblo. Me acuerdo de que Laura siempre hablaba de Justicia Social.

Como mamá de Laura -por el orgullo que siento, por el amor, porque la extraño, porque me acompaña aunque no está- que escriban acerca de ella me hace muy bien. Porque es como no olvidarla. Dicen que las personas solo mueren cuando se las olvida. Y que además escriban sobre ella en la dimensión de su realidad: una joven de su generación, con su militancia, su compromiso, sus cambios. Hay centenares de mujeres como ella que también se entregaron a esos ideales. Por eso Laura también, de alguna manera, representa la historia de esos tiempos, la historia de esa juventud.

Me duele este libro pero me hace bien. Lo necesito, porque necesito que se hable de ella. Yo sé que nunca la voy a olvidar. Pero no quiero que la olvide su patria, su país, los que la sobrevivieron.

Porque ella habla por los demás también. Y ellos son los que no deben ser olvidados nunca. Por Laura, gracias a la autora.

Estela Barnes de Carlotto