"La Navidad es el encuentro con ese Dios que se hace hombre en el Niño de Belén para traernos siempre un mensaje de paz, de reconciliación, de alegría. Es una época de balances, y a veces tenemos que llegar a la Navidad como podemos. Pero si miramos el pesebre, nos damos cuenta que así llegaron las pastores: estaban cuidando a sus ovejas, los ángeles le anunciaron la buena noticia y fueron con lo que tenían, como pudieron. Lo cierto es que nos cambia la vida. Si la vivimos desde Cristo, la Navidad puede hacer que, como Dios, hagamos de un pesebre un lugar santo y de nuestro corazón un lugar donde podamos animarnos a perdonar, a reconciliarnos, a poner (al descubierto) nuestras angustias pero también nuestras esperanzas, a buscar lo que nos une y no lo que divide, a sanar heridas".

El que así define la celebración más convocante de cada diciembre es el párroco de Nuestra Señora de Fátima, presbítero Roberto Eduardo Priore, quien se hizo cargo de esa comunidad en febrero de 2017. Nacido en Las Flores y próximo a celebrar sus bodas de plata sacerdotales, el padre Priore pasó por Rauch, Laprida y luego Saladillo y esta es su primera experiencia en un destino que cuenta con varias parroquias. "Lo primero que uno hace, entonces, es observar, porque el movimiento de los feligreses es distinto cuando es parroquia única, el centro de la actividad religiosa, o cuando son varias", con lo que la comunidad va rotando y mutando.

Fátima está localizada en 25 de Mayo 3745, en el corazón del barrio Mariano Moreno y de ella dependen tres capillas: Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa, en Av. Dante y Torcuato Emiliozzi 5755 en el barrio Matadero; Nuestra Señora del Rosario, en el Hospital, Rivadavia 4143; y Nuestra Señora del Rosario de San Nicolás, en el Hogar Sarciat, Estrada y Moreno.

Respecto de la actividad litúrgica, se celebra misa todos los domingos a las 9 en la capilla del Hospital; todos los 25 en San Nicolás, y segundo y cuarto sábado de mes a las 11, en la Medalla Milagrosa, tras el acostumbrado encuentro de catequesis con los chicos de la barriada. Precisamente sobre esa preparación a la Primera Comunión o la Confirmación, además de la ya citada, se cumplen encuentros durante el año en el Colegio Nuestra Señora de Fátima, que "depende de nosotros en cuanto a la parte espiritual", delimitó el padre Priore.

La ayuda social y comunitaria a los más necesitados es otra de las actividades que desarrolla la parroquia. "Nuestra tarea más fuerte se da en la capilla Medalla Milagrosa: Cáritas funciona con la recepción de alimentos y ropa donados aquí en la parroquia, y después las hermanas del Camino, que son las que visitan los hogares y las que nos ayudaron a reestructurar la institución, se unen a las catequistas que van los sábados, para ir cubriendo las demandas que se presentan". Cabe destacar que las religiosas de la Fraternidad del Camino desembarcaron en la ciudad junto con el padre Priore y desde ese momento, se han consolidado como valiosas colaboradoras del religioso. Otro tanto ocurre con las dos hermanitas de la capilla del Hospital, siempre dispuestas para el trabajo que pudieran desempeñar.

Lo cierto es que el sábado anterior, tras la misa, religiosas y catequistas compartieron un almuerzo con la comunidad barrial. "Se los invitó a compartir para comenzar a celebrar la Navidad y, al mismo tiempo, se les entregaron los panes dulce y artículos navideños que se recolectaron en el Colegio" y también como resultado del árbol de Adviento colocado en el templo, que permitió ir armando bolsones para las familias fichadas por las monjitas.

El árbol de Adviento es una alta rama seca del que se colgaron numerosos corazones rojos y blancos: en los últimos se consignaron las necesidades de las familias más humildes de la comunidad, "para que en esta Navidad, reciban el fruto de nuestra solidaridad". Entonces, quienes se sumaron a la propuesta tomaron el corazón blanco y fueron dejando el árbol exclusivamente con los corazones rojos, para depositar en un canasto lo que se le solicitaba.

Desafío

¿Cuál es la tarea que la Iglesia debe realizar para alentar a vivir la Navidad de una manera más profunda? "Tiene mucho de desafío en nosotros. Creo que es importante todo este tiempo de Adviento, este tiempo previo, que es preparación. Es que nos toca celebrar la Navidad en una altura del año donde llegamos cansados, con las corridas de fin de año, los actos y los exámenes. A veces -reflexionó el padre Priore- nos puede pasar que llegamos a la Navidad pensando en lo que nos falta, en aquello que ´nos impide´ vivir la Navidad, pensando en cómo vamos a celebrar si este año tuvimos esta dificultad, este dolor, la pérdida de este ser querido. Y no, al contrario, todas esas cosas son las que tienen que ayudarte a dejar nacer a Cristo en tu corazón. ¿Para qué? Para que te renueve, para que te fortalezca. Porque la Navidad con Cristo es mucho más que compartir un pan dulce y una sidra; y si lo dejamos pasar de largo, nos quedamos sin ese mensaje de paz, ese mensaje que quiere renovar nuestro corazón".

Sobre el final, este religioso que se reconoce "muy feliz con lo que hago", analizó que para sumar nuevos feligreses a la comunidad se requiere, "esencialmente, que la gente pueda sentir la parroquia como su casa. Que la gente que venga se sienta recibida y tenga ganas de volver". En lo personal, confió, disfruta mucho "los bautismos, porque me doy cuenta que ahí tenemos gente predispuesta y feliz de poder presentar a sus hijos al Señor, a darle gracias por ese regalo de la vida. Ver esos padres jóvenes, con sus hijos entre los brazos, llenos de ilusiones, de formar una familia, de seguir adelante con su lucha, eso para mí es fundamental, porque ahí esta el futuro también de nuestras comunidades", a las que "suele faltarles una generación intermedia que es la que tiene que ir tomando la posta para entusiasmarse con la vivencia de la fe, con la vida de familia en la comunidad parroquial".