El 5 de agosto pasado fue la propia Carlotto la que convocó a otra conferencia de prensa para anunciar que habían logrado encontrar a su nieto Ignacio Hurban-Guido Montoya Carlotto, de 36 años.

De inmediato trascendieron la identidad con la que se había criado en su lugar de residencia -Olavarría- y su profesión.

Esa situación generó enorme indignación en la familia Carlotto, que le reprochó públicamente por esa situación a la jueza del caso, María Servini de Cubría, quien trabajó en la recuperación de medio centenar de jóvenes y había sido la que convocó especialmente a Carlotto a su despacho ese día para darle la noticia.

La noticia de la aparición de Ignacio, como él aclaró que prefiere que lo llamen, generó repercusión mundial y hasta el papa Francisco mandó su felicitación por esta noticia.

Tras su hallazgo, Abuelas solicitó que la causa judicial para investigar el robo de identidad de su nieto sea investigado en La Plata, porque el chico habría nacido en el campo clandestino de La Cacha.

Estela Carlotto salió a aclarar que su nieto había sido criado por un matrimonio muy humilde que cuidaba un campo y que no tenían nada que ver con la dictadura, mientras que se señaló como responsable al dueño de ese predio rural que falleció recientemente.

Esa muerte, contó el propio Ignacio-Guido, fue la que le permitió enterarse de que era adoptado y allí decidió acudir a Abuelas para buscar respuestas sobre su historia.