Abrázame, que nunca se sabe
Mientras tanto, nosotros, capaces de vaciar sin remordimiento media nevera en la basura, crecimos en una burbuja de presunta seguridad en la que, estábamos convencidos, nunca pasaría nada.
Ahora recibimos nuestra primera herida. Si esta pandemia es nuestra guerra, nuestro hambre es de contacto, y creo que nuestros traumas serán el aislamiento y la distancia.
Por eso, me pregunto si en un futuro no nos convertiremos en precavidos atesoradores de cariño y dedicaremos a nuestros nietos frases como la que titula esta carta.
(Carta de lectores firmada por Ricardo Ramos, aparecida en un diario español y reproducida en las redes que tomamos "prestada" porque el Día lo ameritaba).