"La luz del sol es la que activa la producción de dopamina básicamente en una parte de la retina y es la que va a controlar el crecimiento en el largo axial del ojo como factor básicamente protector, por eso es muy importante poder recibir luz solar, que impacte en la retina y genere la producción de este neurotransmisor, que es protector contra el crecimiento axial del globo ocular, que es uno de los factores de riesgo que se miden para la progresión de la miopía", señaló la optómetra Laura Brusi.

Desde la perspectiva de la investigadora de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), el desarrollo de la miopía es multifactorial, es decir, influyen la relación con el medio ambiente, el trabajo en visión próxima, los niveles de iluminación, que pueden ser nocivos o protectores, y la postura en la que se trabaja. También está la causal genética relacionada con lo hereditario: si por lo menos uno de los padres posee miopía basta para ser un contribuyente directo.

"La evolución de la miopía es un problema de salud pública a nivel mundial, un informe de la OMS estima que para el 2050 la mitad de la población será miope", indicó Brusi.

"Este tema se está estudiando hace muchos años y según una estimación en base a los datos que se tienen sobre la prevalencia de miopía en el mundo, en Asia es de entre un 80% y un 90%; para los países desarrollados occidentales, de un 20% a un 40% y para los países subdesarrollados estamos entre el 5% y el 10% de prevalencia de la miopía de su población total hoy en día", amplió.

Y señaló que "estos datos coinciden con el mayor acceso a la tecnología y la mayor permanencia frente a pantallas tanto para trabajo, estudio o esparcimiento de les habitantes de esas zonas del planeta".

La atención temprana

La investigadora remarcó la importancia del cuidado de la visión desde edades tempranas en articulación con los controles pediátricos que se realizan desde que el niño o niña nace, ya que el sistema visual crece como toda parte de nuestro cuerpo y debe tener un seguimiento.

"En general los problemas de visión se detectan cuando entra al jardín o la primaria, cuando le hacen su primer control obligatorio, y en términos de desarrollo visual ya es tarde", explicó Brusi.

La presencia de optómetras en el primer nivel de atención sanitaria, ya sea en salas sanitarias o en hospitales, permitiría regularizar los controles, realizar detecciones tempranas y llegado el caso derivar tratamientos al segundo nivel de atención, al servicio de oftalmología.

La falta de controles periódicos hace que haya mucho desconocimiento en cuanto a los cuidados y los controles oculares, por eso es importante la prevención.