"Porque de tal manera amó Dios al mundo que ha dado a su Hijo Unigénito para que todo aquel que en él cree no se pierda, mas tenga vida eterna".

El espíritu verdadero de Navidad es el anuncio del ángel, "Que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor".

El nacimiento de Cristo nos da la esperanza de poder tener una vida diferente, nos incentiva a seguir adelante a través de las dificultades cotidianas, y nos ayuda a vencer el desánimo.

Cristo nos ha mostrado la forma de vivir, Él es el camino, la verdad y la vida, él nos invita a transitar nuestra vida siguiendo su ejemplo, el espíritu verdadero de Navidad llega de la mano del Salvador Jesucristo.

Pensemos en los humildes comienzos del Salvador en la vida terrenal. Él, el Rey de reyes y Señor de señores, nació en un sencillo establo y durmió en un pesebre. "Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón".

¿Hay un lugar para Cristo hoy en nuestra vida?

Una manera maravillosa de preparar un lugar para el Señor es ayudar a las personas que nos rodean, para aquellos de nosotros que tenemos la bendición de vivir en circunstancias más tranquilas y prósperas, ese relato tiene gran importancia; nos enseñan a ser personas más preparadas para siempre tender una mano a las personas desamparadas, hay muchas maneras en las que podemos prestar servicio a quienes luchan por satisfacer las necesidades básicas de la vida.

El espíritu verdadero de Navidad se encuentra en el llamado de Jesús de "que os améis los unos a los otros, como yo os he amado" y preparar un lugar en el mesón.

El espíritu verdadero de la Navidad es seguirle y hacer lo que lo que Él nos mostró.

Russel M. Nelson, Profeta y Presidente de la Iglesia de Jesucristo habló del poder sanador de la gratitud y nos invitó a seguir el ejemplo de Cristo expresando agradecimiento.

"Bueno es dar gracias a Jehová. Jesucristo expresaba gratitud con frecuencia. Antes de levantar a Lázaro de entre los muertos, antes de multiplicar milagrosamente los panes y peces, y antes de pasar la copa a Sus discípulos en la Última Cena, el Salvador oró y dio gracias a Dios".

El espíritu verdadero de la navidad es ser personas agradecidas aún en nuestras dificultades.

Durante esta época tan especial en donde recordamos el nacimiento de Jesucristo, nos unimos con este espíritu verdadero de la Navidad, nos regocijamos con su nacimiento, nos disponemos a seguirle, a renovar nuestra fe y esperanza en Él y emular su vida buscando amar a los demás como él lo hace.

El verdadero espíritu de la Navidad es hacer de Jesucristo, el Príncipe de Paz, el centro de nuestra vida.

Gustavo Andía, presidente de la Estaca Olavarría de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Ultimos Días.