"Videojuegos, sin dudas. Eso explotó de entrada, tanto que tuvimos que replicar el taller por la cantidad de consultas y hasta quedó gente afuera", cuenta con entusiasmo Antonella Quattroccio, mientras le toma el pulso a ese Club Social de Innovación de Olavarría que abrió sus puertas en noviembre, siendo el quinto de la Provincia. Ahí mismo, en el Museo de las Ciencias, donde surgió este espacio que sabe a experimentación, investigación y tecnología.

El abanico de opciones es amplio y contempla desde los avances que propone la robótica o las soluciones creativas que surgen del diseño web hasta la impresión 3D y las artes electrónicas. "Hay para todos los gustos, sí", reconoce la referente local de este proyecto que tracciona a escala municipal, baja desde la gestión provincial y al que se accede de manera libre y gratuita para tomar entrecruzar saberes.

Olavarría llegó después que Pinamar, Trenque Lauquen, Balcarce y Baradero. "Es un espacio interesante, novedoso y tuvimos la suerte de ser elegidos entre las muchas localidades que lo habían pedido", destaca la responsable local. El corte de cintas contó con la presencia del ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación bonaerense, Jorge Elustondo junto al intendente Ezequiel Galli y demás funcionarios.

"Superó nuestros objetivos"

El debut no era sencillo. O al menos, eso pensaban. Es que enero generalmente no invita a fijar horarios o plantarse detrás de una computadora. Pero sucedió todo lo contrario: "logramos superar las expectativas" ya que hubo interesados que llegaron a destiempo porque si bien los plazos lo permitían se encontraron con los cupos ya cubiertos.

Así arrancó el primer mes de 2019, con los talleres de videojuegos, diseño web en Wordpress y diseño e impresión 3D completos. Sin recreos, planificando febrero y organizando la agenda para convocar a instituciones y escuelas a fin de medir intereses y expectativas, cuando se active el calendario educativo.

"Estos primeros talleres resultaron muy positivos. No sabíamos cómo iban a funcionar por ser verano pero cumplió y superó nuestros objetivos por los inscriptos, vinieron muchos más de los que esperábamos", admite Antonella Quattroccio, tras aclarar que el límite está dado por algo tan simple como la cantidad de computadoras disponibles.

"Como es una modalidad de taller buscamos que sean grupos reducidos para que todos puedan tener la práctica, así que trabajamos con un máximo de 15 asistentes", que se conformaron rápidamente en las tres propuestas de este mes y "tuvimos que cerrar la inscripción" bajo la promesa de "hacer más actividades en febrero".

Los videojuegos funcionaron como un imán y por eso no dudaron en ir por el bis. "En diciembre fueron para 12 años y ahora subimos la vara en cuanto a la edad, con una programación más profunda que requiere de otra maduración", comenta la referente de Olavarría.

La idea, en todos los casos, es "que la tecnología pueda llegar a todos, a distintos sectores, a distintas edades con cursos gratuitos. Nos proponemos que se venga un abanico más nutrido" de asistentes aunque ya "desde los primeros encuentros tenemos a mujeres, hombres, chicos y adolescentes".

Que se materialice

El Club Social de Innovación cuenta con el impulso del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación bonaerense y es coordinado a nivel local por la Secretaría de Desarrollo Económico a través de la Subsecretaría de Modernización, Planificación y Transparencia del Municipio.

Hace base en el Museo de las Ciencias donde grandes y chicos pueden tomar contacto con las tecnologías e intercambiar saberes.

El programa comenzó con un taller de robótica a cargo de Juan Pablo Rivelli, del CSI Trenque Lauquen y de Tadeo Braunschweig. Luego se realizó la exposición de la impresora 3D, ludoteca y lentes de realidad virtual.

"El Club tiene cuatro ejes temáticos que son troncales y de ahí vamos consultando a los asistentes, con una encuesta de satisfacción para medir otros intereses, que se hace al término de cada taller. Las áreas son robótica, diseño web, impresión 3D y artes electrónicas. Son ejes principales y de ahí vamos viendo" el perfil de los encuentros.

De esa manera es como, por ejemplo, barajan la posibilidad de hacer una actividad con un drone y "muchas veces, consultando a los asistentes, vamos viendo otras alternativas. La idea es que los talleres sean concretos y se materialicen, no que sean algo teórico o que quede en el aire", enfatiza Antonella Quattroccio.

Y acá es cuando vuelve sobre los videojuegos. "Los chicos se fueron con un video armado luego de hacer un proceso de imagen, sonido, programación. Fue sencillo pero quedó materializado. Y ante la Provincia no tenemos la exigencia de cantidad de asistentes. Vamos presentando taller a taller y señalando qué mejoras hay para hacer y qué aprendimos....Vamos construyendo", valora.

Que sean talleristas locales

Febrero o quizá marzo será el turno de las artes electrónicas, apuntando "a la música ya que conseguimos un tallerista que no vive acá pero es de Olavarría, ya que nuestro objetivo es que los talleristas sean todos locales, que se genere empleo y colaborar con quienes son especialistas, que no vengan de afuera", indica la coordinadora.

Los técnicos que se hacen cargo de los talleres previamente deben atravesar por un proceso de formación que es "una especie de nivelación brindada por el Ministerio para que sepan hacia donde orientar los conocimientos y se manejen los mismos códigos de la enseñanza", comenta.

A nivel personal, ha sido y es "un muy gran desafío porque son un montón de cosas para coordinar y articular con las entidades y me preocupo para que todo salga lo mejor posible", admite Quattroccio tratando de que congenien su formación en administración de empresas y en diseño gráfico.

Levantar la vara

Justo se dio que el club comenzó a dar sus primeros pasos cuando finalizaban las clases. Por eso, "estamos planificando reunirnos en febrero para empezar con la articulación con diferentes instituciones y escuelas. Nos vamos a reunir con los directores", aclara.

Mientras tanto, "nos van conociendo incluso a través del Museo de las Ciencias, cuando vienen, recorren y descubren que está este club. Tenemos un gran apoyo del Museo de Ciencias", destaca.

Al principio, "vinieron los más chicos y después los jóvenes. Ahora hay muchos inscriptos y son adultos. Me gusta que se animen y muchos lo hacen con una finalidad específica muy vinculada a su vida laboral, ya que hacen diseño y trabajan con programadores".

Eso sí, pocos llega sin tener ningún tipo de información previa. "Muchos aprenden a través de tutoriales o de otra manera pero caen muy preparados. Por eso, decidimos en lo que es videojuegos empezar a trabajar en programación y levantamos la vara... Todo es un gran desafío" cuando se trata de tender puentes hacia el mundo de saberes vinculados con la innovación y las nuevas tecnologías. ¿La cita? Pellegrini al 4200, casi Sarmiento, a pasos de la rotonda y con propuestas al alcance de la mano.