Desde el propio estudio de abogacía que abrió hace cuatro años, Fuchila contó que su carrera bancaria se vio truncada por la crisis del sistema financiero de 2001, el puntapié inicial para que decidiera abrirse por cuenta propia en otra profesión que sumaría más tarde a la de Administración de Empresas. Así, estudió Derecho "de grande", aunque en la práctica siga ligando las dos actividades.

"Dentro de los bancos trabajé mucho en el área de riesgo, y eso también tiene una arista legal", explicó. Su actividad como empleado bancario consistía en analizar "la posibilidad de otorgar o no algún tipo de asistencia, con lo cual teníamos en cuenta las garantías que eventualmente podían llegar a existir y eso tiene todo un estudio legal que es la base que lo sostiene".

Actualmente, "las personas que vienen a verme generalmente son las que presentan alguna dificultad para pagar alguna deuda y necesitan que los defienda; o por el contrario, aquellos comerciantes que tienen necesidad de cobrar alguna deuda y que también son la principal fuente de clientes", dijo el abogado olavarriense.

A ellos se suman quienes han efectuado alguna venta o que tienen que otorgar algún tipo de crédito y buscan asesorarse sobre la forma en la que se pueden asegurar la cobranza.

La demanda de este tipo de casos es mucha y la razón fundamental es que "la principal operatoria comercial está sustentada siempre por un crédito", argumentó Rubén Fuchila.

Y agregó que "hoy por hoy, en la vida comercial de todos la operación de contado prácticamente no existe, entonces siempre tiene que haber alguna facilidad para llevar adelante un negocio y esa facilidad tiene que estar plasmada en un crédito. A su vez, ese crédito tiene que estar debidamente instrumentado jurídicamente para que la persona que quiere cobrar lo pueda hacer y si se genera algún atraso se pueda llegar a ejecutar".

Un cambio después del corralito

"En su momento, yo fui uno de los expulsados de los bancos por el corralito bancario. Mi carrera bancaria se vio truncada por la crisis financiera de 2001 y eso fue un poco lo que a mí me movió para salir de ese lugar donde estaba y hoy tener que trabajar del otro lado del mostrador, como abogado", dijo Rubén Ricardo Fuchila.

Hasta entonces, su formación académica era de Administración de Empresas, y si bien vivía muy de cerca la Abogacía desde el punto de vista del análisis de riesgo, no era una especialidad que Rubén manejara. "La pata jurídica era una más de las tareas que debía tener en cuenta", explicó.

Pero la actividad bancaria no fue su única experiencia. Después de dejar su empleo en el banco y antes de abrir su propio estudio de abogacía, Rubén Fuchila trabajó en relación de dependencia en un ente que creó el Estado Provincial "que se llamaba fideicomiso de recuperación crediticia del Banco Provincia".

El ente fue creado con la finalidad de recuperar la cartera morosa o residual que había quedado de la época de la crisis de 2001. Para ello, "se conformó un equipo de especialistas en recuperación de cartera y ésa fue la tarea que tuve que desarrollar desde 2001 hasta 2008 que fue cuando me lancé con la profesión de abogado", recordó el profesional de nuestra ciudad.

Los conocimientos que adquirió durante esa experiencia laboral también son volcados hoy en su trabajo cotidiano. "Todos los clientes de ese ente provincial eran personas que habían sido los más afectados por la crisis de 2000 y 2001", contó.

Y agregó que "se trataba de personas que habían quebrado o estaban en concurso, también de personas que habían entraron en mora que hacía peligrar sus bienes o gente que había tenido que cerrar sus comercios. En fin, una cartera con mucha dificultad en la que había que trabajar".

Los problemas de esa naturaleza siguen apareciendo en la actualidad, pero "todavía no han llegado a ser de esa magnitud", definió Fuchila.

Y dijo que, hoy por hoy, los problemas más frecuentes pasan por "un incremento en el rechazo de cheques por ejemplo". En este sentido, el abogado analizó que "ése, lamentablemente, fue el comienzo de aquella crisis. A eso le seguiría el corte en la cadena de pagos pero esperemos no llegar a esa situación".

Desde su punto de vista, "todavía estamos lejísimo de ser el fenómeno que fue en aquella época, pero desgraciadamente la situación actual está desmejorando día tras día. Lo que creo, y que se diferencia de 2001, es que actualmente los tribunales están más preparados para absorber la tarea que lo que estaban en aquel momento".

La crisis de 2001 "fue inédita para todos, tanto para los clientes como para los profesionales y para los juzgados", sentenció.