Un violento asalto ocurrido en junio del año 2012 en un campo del Partido de Olavarría derivó, tras la realización de un juicio abreviado en un Tribunal de Azul, en la condena para uno de los autores del hecho, a quien le impusieron una pena de siete años de prisión, informaron fuentes judiciales.

La prueba fundamental para dar por probada la coautoría en el hecho del encausado tuvo que ver con manchas de sangre halladas en una capucha que los ladrones dejaron abandonada en el lugar del robo; en una camioneta sustraída a las víctimas y en su vivienda, cuando había sido allanada.

Pericia de ADN mediante se comprobó que esos rastros de sangre le pertenecían, después de que había huido del establecimiento rural herido en la zona de la ingle, tras recibir un disparo.

El juicio abreviado vinculado con este caso se sustanció días atrás en el Tribunal Oral en lo Criminal número 2 de Azul y contó con la intervención en el proceso de la magistrada Alejandra Raverta, según dio a conocer el diario El Tiempo de Azul.

La jueza halló al imputado coautor penalmente responsable del delito robo agravado por su comisión en despoblado y en banda, y con el uso de arma de fuego cuya aptitud para el disparo pudo ser acreditada, en concurso ideal.

Y, tal como las partes lo habían acordado al momento de solicitar este juicio abreviado, terminó imponiéndole la ya mencionada pena de siete años de cárcel.

El hombre sometido a este proceso abreviado fue identificado por voceros del TOC 2 como Hugo Daniel De Prado, un leñero oriundo de Olavarría que tiene 48 años de edad.

El hecho

El 5 de junio del año 2012 un establecimiento rural llamado "El Rinconcito", ubicado en el Cuartel XIV del Partido de Olavarría, en el camino a Espigas, fue donde se produjo el violento robo que fuera materia de este juicio abreviado.

Aquel día, entre las 22.45 y las 23 horas, al menos cuatro sujetos llegaron hasta el campo con fines de robo. Para eso, portando armas de fuego, irrumpieron en una de las viviendas del establecimiento rural, lugar donde en ese entonces estaba el matrimonio que allí vive, dos de las víctimas que tuvo este violento asalto. Los ladrones golpearon a la víctima en su rostro y se apoderaron, según se detalló en la resolución, de las siguientes armas de fuego: dos pistolas nueve milímetros -una de ellas cargada y en estado de funcionamiento-, una pistola calibre 22, una carabina de ese mismo calibre, una escopeta calibre 16 y un revólver calibre 38.

Mientras era amenazado de muerte por los asaltantes, al hombre lo llevaron hasta una casa contigua en la que estaban su hijo y la concubina de éste, las otras dos víctimas que tuvo este robo. Los ladrones efectuaron un disparo y dañaron una de las ventanas de esa vivienda.

Cuando la pareja salió de la casa, dos de los asaltantes tiraron al piso y redujeron al joven, a quien lo golpearon y le quitaron una escopeta calibre 16 con la que intentó defenderse. En ese momento la mujer del joven forcejeó con uno de los delincuentes, le sustrajo la escopeta que portaba y "en forma justificada, en defensa propia y de sus familiares, disparó contra el nombrado, impactándolo en zona inguinal", escribió la jueza Alejandra Raverta en el fallo.

Quien resultó herido en aquella ocasión, según lo que después se comprobaría, fue De Prado, el leñero condenado en este juicio abreviado. Aquella noche, herido como estaba, el encausado se dio a la fuga junto a los demás autores de este asalto en una camioneta Ford Ranger de una de las víctimas de este hecho, vehículo que luego -una vez que la Policía tomó intervención en el caso- fue encontrado abandonado sobre la Ruta 226, en proximidades a la localidad de Espigas.

En el interior de ese rodado se encontraron manchas de sangre que fueron determinantes para el fallo. Cuando el hombre fue detenido y se le extrajo sangre, la pericia química que se hizo sirvió para demostrar su coautoría en el robo.