Conmoción en Mendoza por la muerte de una joven olavarriense
En la puerta del departamento 14 de la torre A3 del conocido complejo capitalino, situado entre las calles San Juan y Siria en la ciudad de Mendoza hay dos fajas de papel firmadas por un fiscal que impiden el ingreso, justo al lado de la puerta, un oficial de policía controla que nadie violente el ingreso, "la custodia se va a mantener hasta que lo decida la fiscalía", dice el efectivo. Todo está oscuro y en silencio.
Karen Agustina Violi (20) nació en Olavarría pero vivía en ese lugar junto a dos amigas de la misma edad. El miércoles, la chica fue hallada muerta en su bañadera; el cuerpo estaba en avanzado estado descomposición y, sin bien el anticipo de la autopsia confirmó que no se encontraron signos de violencia, la causa de su deceso sigue siendo un misterio. Ante esto, los vecinos de la torre están asustados y hasta evalúan contratar un guardia de seguridad que vigile la entrada a esa torre las 24 horas.
Según los vecinos que hablaron con el diario mendocino Los Andes, Karen estuvo sola los últimos días porque sus compañeras de departamento se habían ido a pasar las vacaciones de invierno con sus familias, en San Carlos. Sin siquiera abrir la puerta, por su "estado de shock emocional", la mujer que vive en el departamento contiguo al de las jóvenes estudiantes, el número 15, se anima a relatar lo sucedido: "Ayer por la tarde llamé a la Policía porque sentía un olor nauseabundo que salía por debajo de la puerta de ese departamento (el de Karen)", dijo consternada. Tras esto, la chica fue encontrada sin vida.
En el piso donde vivía Karen hay 8 departamentos, uno deshabitado. "Es difícil entablar una relación de amistad con los vecinos, ya que se mudan mucho. La mayoría son estudiantes", asegura Federico, un joven que vive justo en la otra punta del pasillo del segundo piso de la torre A3. "A la chica la conocía de vista, de entrar y salir y de saludarnos con un ''hola y un chau''", agrega.
Todos los habitantes de la torre coinciden en que el edificio es seguro, "yo vivo hace 5 años acá y nunca han robado", sentencia una madre de 4 hijos, quien reside al lado los ascensores. "Ahora me da miedo dejar a los chicos solos, yo estoy gran parte del día trabajando y no sabemos si alguien entró y mató a Karen", reflexiona.
Por el avanzado estado de descomposición del cuerpo y por su último posteo en las redes sociales, se presume que Karen murió la tarde del domingo. Esta hipótesis coincide con el testimonio de un chico que trabaja de delivery en un local de comidas ubicada en la entrada a la torre. "Él la vio entrar el domingo al edificio", asegura Federico, primo del testigo y vecino de la joven. "Yo no la veía desde hace muchos días", confiesa.
Otro de los que tenía contacto frecuenta con la joven era Edgardo, el dueño del almacén ubicado a metros de la puerta de la torre A3. "La última vez que la vimos fue hace un par de semanas, cuando vino a dejar unas llaves. Como vivían tres en el mismo departamento, muchas veces dejaban la llave en el negocio", aclara el comerciante.
"Venían, ella y sus dos compañeras, todo el tiempo. Todas las siestas pasaban para ir a Gimnasio, Siempre andaban las tres juntas. La verdad, estamos consternados", asegura el comerciante.
Sin signos de violencia
El cuerpo de Karen "no presentaba signos de violencia", según confirman los resultados preliminares de la autopsia.
"Se van a realizar una serie de estudios anatomopatologicos para poder determinar el motivo de la muerte", agregaron fuentes cercanas a la investigación. Estos análisis se demoran varios días, por lo que la causa del deceso aún sigue siendo un misterio. Si bien la causa está bajo la órbita del fiscal Carlos Torres, este está siendo subrogado por su par Horacio Cadile.
Quién era Karen
Karen (20) nació en la ciudad de Olavarría y se mudó junto a su familia a del Valle de Uco pero se había mudado a Ciudad para comenzar sus estudios superiores. Estudiaba Educación Física en el instituto Santa María Goretti. Además, la joven trabajaba en distintos boliches mendocinos como relacionista pública y era aficionada a las maratones.
Fuente: Los Andes