cfernandez@elpopular.com.ar

El 2021 será el año de la grieta y de los sucesos impensados. Por ejemplo, la Vicepresidente fue premiada por la justicia a cobrar dos pensiones y su sueldo, casi un millón de pesos, más un retroactivo que se estima cerca de los 100 millones de pesos, como aseguró el ex director de Ansés, Alejandro Chiti, justo cuando los jubilados en general sufren un ajuste formidable que les reduce notablemente su ya escasísimo poder adquisitivo.

A la par, la Vice fue beneficiada, también por la Justicia, a no pagar ganancias pese a llevarse a su cartera casi un millón de pesos todos los meses.

Cristina, como los jueces, tienen coronita y no pagan el impuesto a las Ganancias cuando cualquier trabajador que supera el mínimo es castigado con todas las fuerzas de un Estado recaudador.

Argentina es ese país extraño en el que los representantes del pueblo con sueldos descomunales no pagan los tributos que sí le cobran religiosamente a los que menos tienen.

Y les hacen un ajuste despiadado al sector más vulnerable de la sociedad cuando los políticos, jueces y toda la nueva nobleza feudal que ha venido colonizando la república y la democracia permanece fuera de todo recorte fiscal.

Seguramente, antes de quitarle a los jubilados que en su gran mayoría perciben 19 mil pesos mensuales, están los políticos que son los primeros que deben hacer un ajuste pero hasta ahora no han hecho ningún gesto de solidaridad con el pueblo. Y con pandemia y todo.

Esta nobleza casi parasitaria no quiso siquiera donar un 20 por ciento de sus dietas a la gente y en un contexto de pandemia.

No se sabe si alguna vez tuvieron la intención de hacerlo, pero si fuese así, el Presidente se encargó de desestimar ese gesto tan necesario para que el pueblo argentino vuelva a confiar en sus representantes. Ahora, y como si todo lo que pasó en 2020 no bastara, la Vicepresidente se da el lujo de cobrar un sueldo y dos pensiones, un retroactivo millonario y además de eso, tener el privilegio de no pagar ganancias.

La clase política le debe además a la gente una verdadera reforma política para mejorar el sistema y además achicar el gasto que luego pagan los jubilados con el ajuste de 100 mil millones de pesos que ya padecieron durante todo 2020 y que van a seguir sufriendo.

Voracidad

Argentina es un país al revés en donde los pobres financian a los ricos. Porque mientras un jubilado que percibe la mínima perdió en 2020 12 mil pesos anuales, unos 1.000 por mes, la Vicepresidente cobra sueldos de a puñados.

La noticia es esta: "Cristina Kirchner podrá volver a cobrar otra vez la pensión de Néstor Kirchner. El juez federal de la Seguridad Social Ezequiel Pérez Nami, subrogante, hizo lugar a un planteo de la vicepresidenta y dispuso que se habilite el pago de la pensión que le correspondía, con intereses retroactivos y sin pagar el impuesto a las Ganancias".

¿No era más inteligente que la Vice donara una de sus pensiones o decidiera voluntariamente pagar Ganancias, aunque solo sea para causar un efecto político?.

Porque ni siquiera se le pide un gesto de solidaridad, sino que produzca un hecho político, una maniobra astuta que cualquier persona de mediana inteligencia y menos voraz haría.

Esta actitud nos remite a aquel personaje de Brecht quien todos los días pregunta cuánto cuesta el hierro para relamerse con la fortuna que tiene en ese metal. El dramaturgo alemán pretendió plasmar la voracidad burguesa por el dinero y el placer que le daba a este sector social contar a diario sus posesiones. En este caso, el dinero parece cegarla tanto que no alcanza a ver el impacto que tendría un gesto de "desprendimiento" donando una de sus pensiones, el sueldo de Vice u ofrecerse voluntariamente a pagar Ganancias como todo argentino.

Pero no, la voracidad puede más que todo, total, sus seguidores la continuarán siguiendo acríticamente tal como se los suele seguir como rebaño a los líderes religiosos.

Dos patrias

En este marco, el peronismo del Conurbano se replegó ante el avance arrollador de La Cámpora, y luego de insiuar una transitoria resistencia, le dejó el partido al hijo de la Vicepresidente con el fin de ir preparando el terreno para su futura candidatura a presidente.

Su probable rival en la interna del Frente de Todos, Sergio Massa, terminó absolutamente cooptado por el jefe de La Cámpora o profundizó su faceta de político lobbista colaborando, según versiones periodísticas, en la adquisición de Edenor por sus amigos Avila y José Luis Manzano.

Aquella imagen del tigrense de haber sido una alternativa superadora de la grieta se esfumó tan rápido como la propuesta de Roberto Lavagna, cuyos exponentes terminaron cooptados por el Frente de Todos y en algunos casos formando parte del Instituto Patria, el búnker de Cristina, y simultáneamente ufanándose de ser parte de "La Corriente", como lo tuiteó Liliana Schwindt.

La diputada nacional olavarriense estaría participando del Patria, en la comisión de Defensa del Consumidor, adonde llegó invitada por Oscar Parrilli, quien se desempeña en ese cargo en el Senado mientras que la olavarriense lo hace en Diputados.

Además, la legisladora parece buscar desesperadamente un espacio que le garantice su reelección, algo bastante dificil, o uno cualquiera dentro de la política. Por las dudas juega a dos puntas.

Hay quienes piensan que la legisladora estaría llevando a cabo una estrategia conjunta con La Cámpora para que en un reparto de lugares en la lista, ella pudiera ocupar el lugar de la Corriente desplazando a Sergio Milesi o Adriana Capuano. De esa manera, César Valicenti, con Máximo Kirchner en el partido provincial, continuaría manejando los hilos del peronismo-kirchnerismo local.

Jubilados e internismo

Los radicales del grupo "Evolución", con el senador Martín Lousteau a la cabeza, van a insistir con los jubilados y la quimera de la movilidad que les ha quitado unos 100 mil millones al presupuesto previsional para migrar posiblemente a la política. Van a centrar su campaña en la desactivación de la variable de la inflación para actualizar, por decirlo así, los haberes de los sectores pasivos.

El radicalismo le apuntaría totalmente a las Paso para imponerse por sobre la hegemonía macrista en la Provincia y equilibrar de algún modo el avance del peronismo sobre el espacio, fundamentalmente en el Conurbano y en la Séptima en donde el radicalismo se hace fuerte pero el peronista gobierna el segundo municipio de la Sección.

El peronismo por el cambio ha logrado desembarcar con Pichetto y Monzó y tiene un rol protagónico dentro de un escenario muy diverso con un crecimiento de "La Corriente", que le podría contrarrestar el amplio dominio, aunque con un techo histórico, que tiene La Cámpora en la región.

El grupo representado por Capuano y Milesi buscará disputar algunos lugares en las listas pero los camporistas, envalentonados por la presencia de Máximo en el PJ, intentarán copar la mayoría de los puestos, incluso hasta los consejeros escolares. Y tanto es así que el camporismo pretende volver sobre Fanazul, un nuevo escenario para disputarle poder al ministro Agustín Rossi (La Corriente) quien buscará manejar un área que es de su competencia.

La política en deuda

En tanto los jubilados continuarán perdiendo poco a poco el poder adquisitivo de sus salarios mientras la clase política omite el ajuste que adeuda a la población.

Por ejemplo, el de reducir a una cámara las legislaturas provinciales puesto que es una doble representación, bajar la cantidad de senadores que son tres por provincia desde la costosísima reforma constitucional de 1994 devenida del Pacto de Olivos entre Carlos Menem y Raúl Alfonsín. Aquella vez, el líder radical le canjeó al riojano su reelección por un senador más por provincia para engrosar la partidocracia. De esa manera, por más que se perdiera las elecciones, ambos partidos sumarían un cargo político más para sus afiliados. Total, Juan Pueblo paga.

El otro ajuste, que ya hicieron países mucho más adelantados que el nuestro, caso Italia por ejemplo, sería el de reducir las cámaras a la mitad de su composición y/o bajar el número de ministerios. Ya eran muchísimos con Mauricio Macri, quien los había subido a dieciocho, pero Alberto Fernández los aumentó a 24 para poder pagar sus deudas políticas con sus aliados.

Y muchas dependencias más, pero los políticos nuevamente han apelado al método Hood Robin, que es el de hacerles pagar a los más vulnerables (los jubilados) la irritante injusticia que provoca un Estado que privilegia a sus representanes por sobre sus representados. El robinhoodismo fue una épica denominada bandolerismo social que representó una manera de combatir las injusticias del feudalismo robándole a los ricos para darles a los pobres. En la Argentina es un fenómeno que se da a la inversa y son los más pobres y vulnerables quienes pagan los privilegios de los poderosos ayudados por algunos dirigentes políticos.

Hoy, mientras Cristina dice defender al pueblo, le refriega en la cara a todos los argentinos sus tres haberes, su retroactivo que no puede cobrar un jubilado común y su exención al impuesto a las Ganancias. Injusticias como éstas no se veían desde la Década Infame, y lo peor es que se hacen invocando al pueblo. Entonces ¿cómo no van a tener desprecio por la vida la delincuencia si ese mismo desprecio lo están viendo en la dirigencia política con sus ajustes a los jubilados?.

La paradoja es que el peronismo en su versión K terminó pariendo un sistema tan injusto como el que se propuso combatir en 1946, y como una palmaria muestra de una historia circular, el mayor esfuerzo lo siguen haciendo quienes menos tienen mientras quienes pretenden defenderlos acaban siendo sus victimarios.

Volver al 2013

El diputado nacional, Cristian Ritondo sorprendió hace unos días cuando la lanzó a María Eugenia Vidal como candidata a presidente para 2023 y él misimo se autopropuso como candidato a gobernador bonaerense.

¿Es casual o premeditado el anuncio del ex ministro de Seguridad provincial? Posiblemente Ritondo esté representando un avance del peronismo no camporista al espacio de Juntos por el Cambio, Una especie de cambio de domicilio y un fenómeno ya advertido por la líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, una de las candidatas para los comicios de este año, quien ya recomendó poner algunos límites a la apertura del espacio al peronismo simplemente porque ya está vislumbrando la avanzada representada por Ritondo, Joaquín de la Torre, Miguel Angel Pichetto y Emilio Monzó.

Tal como ocurrió en 2013, el peronismo no K se traslada a un espacio común que en aquel momento lideró Sergio Massa, pero que hoy parece quedarse junto con el kirchnerismo más dogmático en el polo opuesto de la polarización.

En 2013 no es que desapareció la grieta y triunfó una tercera posición, simplemente, el Frente Renovador representó el polo opuesto al cristinismo y eso fue lo que llevó al triunfo. Esta vez se pretende repetir esa experiencia y ya existe un fuerte sector peronista que quiere ganarse un espacio dentro de JxC para quedar contenido de la arremetida avasallante e insaciable de La Cámpora.

El secretario de Gobierno de Azul, Alejandro Vieyra quiere ser uno de esos dirigentes que ayude a instalar el peronismo en JxC de la Séptima, algo que le aseguraría el segundo lugar en la lista. En Olavarría ya está Mario Cura y el curismo representando a Pichetto, Jorge Larreche y su gente referenciándose en Emilio Monzó, un hombre algo coucheado por el Papa Francisco y posiblemente el destino del eseverrismo, si es que no prospera su acercamiento a Massa, acabe sindo ese espacio peronista dentro del JxC. Quienes saben de política ya avizoran una fuerte fuga de peronistas no K a Cambiemos con la esperanza de re-crear un escenario similar al de 2013 para asestarle "la derrota final a Cristina y a su gente", disparó un dirigente peronista que fue parte de aquella cruzada. "No tienen plan económico, la vacuna no anda, tampoco supieron comprar la que servía y las pocas que llegaron se las agenció La Cámpora para vacunarse entre ellos -ironizó este dirigente- y tanto fue así que a Azul la dejaron sin vacunas solo porque no es del palo mientras que a Tapalqué le dieron 350 ó 450 siendo que tiene el 20 por ciento de la población azuleña -lo mismo le dijo Vieyra a este columnista-...Sí, están dadas las condiciones para repetir lo de 2013", remató.

En su novela "La Peste", Albert Camus imagina una epidemia en el pueblo de Orán, pero que también puede ser política y universal. Lo que busca el genial autor francés es demostrar las miserias que suelen aparecer en momentos como esos en los que todos se ven acechados por algo. Mejor dicho, las miserias y también las grandezas, porque como decía Honorato de Balzac, "las grandes tragedias obran como talismanes mágicos que hacen aflorar la verdadera naturaleza de lo que somos". Hoy por hoy, la Argentina y esta parte de la Provincia se parecen demasiado a ese pueblito africano elegido por Camus para plasmar su metáfora, con las miserias y las grandezas de quienes deciden la suerte de los vecinos de la región.