Marcela Tacchella se recibió en la UBA, hizo la residencia en el Hospitán Durán (donde conoció a su esposo, Luis Lesiuk, misionero nacido en Oberá que estudió en Córdoba) y posteriormente desarrolló la especialidad de oftalmopediatría en el Hospital de Niños "Ricardo Gutiérrez", en Capital Federal, y volvió a su ciudad aunque casi de casualidad.

Con un amiga tuvo que ir a Cemeda y le ofrecieron, a ella y a Luis, trabajar allí, y también estuvo en el Instituto Médico, para terminar instalando el Instituto Oftalmológico con su esposo, "con todo, es decir con cirugía, con estudios complementarios para hacer topografía, paquimetría, tomografías de coherencia óptica (para diagnóstico de las enfermedades de la retina). Con toda la aparatología en esta clínica, que hace ya quince años que está funcionando" comentó la doctora Tacchella.

"Dentro de la oftalmología pediátrica, hay algo para resaltar y es que hacen muchos más controles en la escuela. Inclusive los hacen para entrar al jardín de infantes, luego para ingresar a primer grado y ahora también en el secundario. Lo que más encontramos son problemas de anteojos, es decir miopía, astigmatismo, hipermetropía. Otro tema importante es que los pediatras también están haciendo control del recién nacido, en cuanto a audiometría, oftalmología y ecografía cerebral" explicó.

"Ahora se hacen muchos más controles y lo que más aparece es la miopía. ¿La causa?, ahora son muchas, como el uso de las computadoras, los celulares o las tablets. Va a haber chicos más miopes porque hay más lectura, es decir utilizan mucho más tiempo el celular o la computadora, enfocando de cerca. Son miopías leves, pero necesitan corrección con lentes aéreos o lentes de contacto", agregó la doctora.

"Se hace hincapié en la prevención. Y hay otro tema: cuando uno ven de un solo ojo, los chicos no se dan cuenta de eso y cuando se les hace el control, aparece el problema y que tiene esa dificultad. Es decir, son ambliopes; es un ojo que no va a desarrollar visión. Y cuando uno los detecta tempranamente, pueden hacer el tratamiento para esa ambliopía", explicó.

"Los padres son responsables y traen a sus hijos para hacer esos controles. Además, hay otra concientización y también una obligación desde los colegios para controlar la visión de los chicos. De esa forma, se detectan problemas en los menores. Hay chicos que no ven bien de un ojo, o tal vez no ven bien en los dos ojos y creen que eso es normal, hasta que se les muestra lo que es ver mejor. Que sea obligatorio el control de los chicos es fundamental. Para los nenes de 3 años -cuando parecía que a la oftalmopediatría la dejaban de lado- aparecieron los armazones de goma y vidrios que no se rompen, y para medir a los niños están los autorefractómetros portátiles, y desde los seis meses se puede saber si tienen problemas en la vista. Porque se pueden hacer esos controles sin la colaboración del paciente, y eso es excelente. Por ejemplo, en el control del recién nacido (niño normal) se hace para detectar principalmente cataratas congénitas y glaucoma congénito. Y el control de fondo de ojos en el prematuro es para detectar retinopatía y realizar tratamiento precoz (láser y antiangiogénicos)" terminó diciendo la doctora Marcela Tacchella.