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Alguien, con uno de los coeficientes mentales más altos que se ha conocido en la humanidad, dijo alguna vez que la oscuridad es en realidad la ausencia de luz.

Esa luz, luego de salir una de las vivencias más tenebrosas que puede atravesar una persona (como es la pérdida de la libertad) es lo que ofrece el MTE a través de su polo productivo para liberados: un oficio, una alfabetización, un trabajo, una herramienta para ganarse la vida, un antídoto contra la reincidencia.

El Movimiento de Trabajadores Excluidos (cuyo máximo referente a nivel nacional es Juan Grabois) abarca en Olavarría distintas ramas productivas y cada una de ellas nace de la necesidad de los sectores populares más vulnerables para organizarse cuando el mercado o el estado les dan la espalda.

Los desocupados, los cartoneros estafados por los intermediarios, feriantes y vendedores ambulantes, una rama (rural) que organiza a huerteros y huerteras, las mujeres que deben dar respuestas al hambre de los pibes en los barrios más postergados, los pibes que "Vientos de Libertad" rescata de las drogas y la contención de aquellos que recuperan su libertad.

El polo productivo de liberados, en específico, se organiza en Mitre y Laprida.

"En el galpón funciona una herrería, una carpintería, el panel de herramientas, cuadrillas de jardinería, albañilería, también hacen electricidad, plomería, poda de árboles, jardinería, pintura" reveló Emiliano Llorente, militante del MTE en Olavarría.

A los saberes acceden a través de cursos acercados por el estado, "pero la mayoría de los pibes se van pasando el oficio" apuntó.

"Tratamos de armar las cuadrillas con algunos pibes que saben mucho, otros que recién están empezando, y a la larga van pasando el conocimiento de unos a otros" acotó.

Hoy el MTE organiza a más de 250 personas entre todas las ramas; cerca de 50 integran el polo productivo de liberados.

"Estamos encarando también emprendimientos gastronómicos en la rama de liberados, pero enfocados a compañeras, que funciona en el garaje donde hoy está ‘Vientos de libertad’. Ahí estamos poniendo gas, piso y revestimientos para que a las compañeras no les falte nada" destacó.

Entre los liberados hay jovencitos que han transitado algunos años por institutos de menores, y adultos con más de 15 años presos.

"Nosotros no dejamos afuera a nadie, tratamos de darles una oportunidad a todos y a todas los que pasaron por un proceso de encierro. La línea es a través del trabajo; es la mejor forma de luchar contra la reincidencia, de no cometer más delitos" afirmó.

Emiliano sostuvo que "con una oportunidad es más sencillo de lo que la sociedad piensa. Hay un montón de gente que dice ‘estos pibes no se quieren rescatar’ y es mentira; en realidad es porque nadie les ofrece una oportunidad de aprender un oficio, de tener un lugar, compañeros de trabajo, de poder terminar la escuela, de hacer un taller de arte o lo que le guste. Eso es lo que nosotros tratamos de hacer".

La educación es otra herramienta para ayudarse a alumbrar su futuro.

"Tenemos una sede de Fines de primaria y secundaria, en el barrial de Muñoz 2831. Hacemos un acompañamiento a compañeros que están en consumo, los atienden una psicóloga, una trabajadora social, referentes que han atravesado la problemática y se han rescatado, hay distintos talleres y además sedes de terminalidad educativa" detalló.

No sólo primario y secundario, sino también alfabetización.

Sobre esto último Emiliano identificó el problema "en el sector cartonero. Nosotros bancarizamos el sistema. Antes iban a cualquiera que les compraba el cartón, les pagaban chirolas en la mano y lo revendían por cinco veces más sólo por tener un lugar de acopio, enfardado y capacidad financiera para bancar eso. Hoy los compañeros, organizados, pudieron saltear eso y mejorar muchísimo su calidad de vida".

"Ahora los compañeros tienen una dinámica: se hace un pesaje de ese material y se vende dos veces por mes. Cada uno tiene una cuenta bancaria, donde se les deposita por la cantidad de material que llevaron" agregó.

Con la organización se detectaron otros problemas.

"Cuando bancarizamos el sistema había compañeros que no sabían leer y escribir, que debíamos agarrarlos de la mano para que vayan a cobrar al cajero y les dimos una alfabetización para que tengan independencia en eso" indicó.

Emiliano diagnosticó que "ya no va a existir el pleno empleo en la Argentina, ni en el mundo. Partimos de esa base. Gobierne quien gobierne no va a haber trabajo para todos, por un contexto mundial del sistema capitalista. El futuro va a hacia la robotización, y por más mano de obra calificada que exista, no va a haber trabajo para todos".

Fede Bargas es coordinador de la rama que concierne al polo productivo de liberados.

Prefirió olvidar la cantidad de años que estuvo privado de su libertad, pero fue cerca de la mitad de su vida, y resaltar con 34 años que aún hay mucha vida por delante.

"Pasé mis mejores años en las unidades penitenciarias, pero de ahora en adelante tengo para vivir una banda" celebró.

"Acá encontré una salida laboral. Aprendí a usar una máquina, porque en la cárcel no me enseñaron. Cuando estamos privados de la libertad no hay espacio para todo: para que trabajemos, para que estudiemos porque el sistema no está preparado. Está colapsado" cuestionó.

La acogida en el MTE la evaluó como una nueva oportunidad en la vida: "Acá aprendí a trabajar, a lo que es levantarme temprano, tener una responsabilidad, a valorar la cultura del trabajo. Antes no sabía lo que era eso".

Fede actúa como una especie de mentor para los pibes que van llegando.

"Nosotros tenemos que estar enseñándoles; bajando una línea, que pasa por el trabajo. A los ‘patitos feos’, a los pibes que nadie quiere, nosotros les enseñamos un oficio. La seguridad no pasa por hacer más cárceles, comprar más patrulleros, poner más policías, sino a través de un trabajo digno" reflexionó.

"Con herramientas, con la participación del estado habría cero reincidencias" consideró Fede Bargas.

"Si hoy tenemos 40 pibes en el polo productivo, con una presencia del estado tendríamos 300 / 400. El pibe tiene que querer cambiar, pero cuando vienen acá lo hacen con ánimo" dijo.

"Hay pibes que no saben hacer nada y cuesta mucho; algunos se van, pero los que aguantan los trapos y se quedan se hacen más fuertes. Cuando ven que con el laburo se pueden llevar el mango a la casa comprueban que es por acá la salida" subrayó.

El compromiso está, la respuesta de la sociedad no es fácil.

"Cuesta; estamos escasos de trabajo. Vivimos de una changa, de hacer una reja, de arreglar una bisagra, de hacer un canasto. No queremos que no regalen nada, pero sería mucho más sencillo con la ayuda del estado. Nosotros no somos planeros, nosotros trabajamos" enfatizó.

"A changas a veces se complica mucho llegar a 60 mil pesos, que es lo que cuesta la canasta, pero los pibes lo entienden. Aparte estamos en un ambiente familiar; de amigos, de compañeros, no de patrón y empleado. Somos todos iguales, siempre con un orden, con un rol. Y a medida que vamos trabajando los pibes van sintiendo que el polo también es de ellos" resaltó.

Fede recordó que, en el momento más duro de la pandemia, "el Sindicato de Municipales nos dio 20 parrillas para hacer, que nos permitió llevar el mango a casa cuando Olavarría se cerró por completo".

En este sentido, Emiliano marcó que "cuesta mucho llegar a acuerdos con la política, independientemente de la línea, porque a las organizaciones las mueve la coyuntura. Discuten una foto de Alberto Fernández en una fiesta e ignoran los problemas estructurales como la pobreza, el consumo, la falta de trabajo, la necesidad de un plan de viviendas".

"Les cuesta dar la discusión, reconocer que ya no va a haber pleno empleo y valorar a la economía popular como una pata más de la productividad en la Argentina. Nosotros tenemos un plan de políticas públicas que creemos el estado debería apoyar, para que los cartoneros participen de un sistema de reciclado con inclusión social, para los pibes liberados una política de seguridad a través del trabajo, etc." propuso.

Pese a la cercanía con el Frente de Todos, Emiliano observó que "hay una desconfianza, una sensación de que les disputamos poder y no es así. Nosotros disputamos nuestro lugar de poder. No nos presentamos en las elecciones, no proponemos candidatos; somos una organización que intenta luchar por los derechos de los trabajadores excluidos".