"Esto fue un circo romano y una farsa. Estoy condenado y prejuzgado de antemano". Ese fue su descargo hace casi 40 años, cuando la Cámara de Apelaciones de San Isidro ratificaba la condena de prisión perpetua en su contra. Los delitos, nada más y nada menos, 11 crímenes, 17 robos, 1 violación y 2 secuestros. Se trata de Carlos Eduardo Robledo Puch, una leyenda en vida en la historia criminal nacional y un nombre que volvió a ganar nuevamente las primeras planas nacionales a partir del estreno de la película de su vida. EL POPULAR dialogó con diversas fuentes y todas coinciden que desde hace varios días se lo ve afectado e incómodo. Distintos planteos y reclamos evidencian ese malestar.

Robledo Puch lleva detenido 46 años, una condena que cumple desde los 20 años. Nunca salió, salvo contadas excepciones que se vieron ligadas más a medidas de pruebas, judiciales o médicas que las morigeraciones o los beneficios por los que tantas veces reclamó. Nunca tuvo éxito. Inclusive, llevó su reclamo fuera de la esfera judicial, pero tampoco tuvo buena recibida. Uno de sus intentos más recientes fue ante la gobernadora María Eugenia Vidal, pero el planteo tampoco tuvo recepción favorable.

"Señora Vidal: He cumplido inexorablemente con todos los plazos legales y cronológicos que la ley estipula desde que fui detenido aquel fatídico jueves 3 de febrero de 1972", inicia el documento escrito a inicios del 2016. En puño y letra y con una extensión de varias hojas, Robledo Puch arroja todo tipo de cuestionamientos a medida que pide un "indulto extraordinario".

"La presente se ha convertido en una pena que se agotaría con la muerte, siendo que la pena de muerte no cuenta con precedentes en nuestro país; y no sería bueno que justo ahora se estableciera uno porque, señora Vidal, se transformaría en una pena desproporcionada, cruel, inhumana y degradante", continuaba la carta no sin antes trazar parangones con Mandela y hasta con los Nazis en el juicio de Nuremberg. También realizó comparaciones en cuanto al juzgamiento de militares de la última dictadura militar.

Más acá en el tiempo hubo otros rumores pero que sólo quedaron en eso, todos ellos vinculados al posible cambio de régimen de detención, como antesala a una posible salida transitoria.

Pedidos e

incomodidad

Agosto ha sido distinto para Robledo Puch. El día 9 quedó marcado en su calendario, inclusive lo estaba desde mucho antes, desde el día en que supo que esa fecha sería estrenada la película de Sebastián Ortega acerca de su vida. Las personas consultadas por este Diario confiaron que se siente difamado por esa obra, lo mismo con el libro. Siente que las cosas no fueron así y que ese perjuicio salpica también a personas de su entorno.

Esa incomodidad de ubicarlo de nuevo ante el público masivo, que tomará contacto sobre su historia de una manera que él no considera verídica. Esa es su inquietud y malestar. A muchas generaciones, obviamente las más jóvenes, quizás su nombre o apellido les suene de algún lugar, quizás no, pero lo concreto es que ahora tendrán la posibilidad de saber más y es allí el causal de su reniegue. También lo incomoda el interés repentino de los medios, requerimientos de todo tipo han llegado buscando tener nuevamente su palabra.

Todo lo plasmó en un escrito que recientemente llegó a manos de la justicia de San Isidro, donde está la causa que se le sigue y los funcionarios que deben decidir acerca de cómo continuará purgando su condena. Consciente de las continuas negativas, y por qué no de sus entramados internos y la dualidad de querer salir pero no saber qué pasara en ese exterior que dejó hace medio siglo, fue que pidió que se analice la posibilidad de poder tener una suerte de domicilio particular dentro de la Unidad Nº 2. Una suerte de paso o experiencia intermedia y a partir de allí ya poder salir.

La respuesta, si bien aún no se sabe, seguramente volverá a ser no. Si ya las motivaciones quizás no convenzan demasiado, tampoco lo harán las condiciones edilicias. Inclusive, al igual que en toda la provincia, y como lo denunció la Comisión por la Memoria, la Unidad Nº 2 está sobrepoblada, lo cual no da tampoco facilidades para destinar un espacio para tal obra.

En la justicia local lo único que hay es un pedido por un par de borceguíes. Habría planteado otras incomodidades y deseos, pero en los papeles eso sería lo único que existe y, en contrapartida a lo que viene siendo su suerte, esto sí podría conseguirlo.

Negativas

El historial de rechazos también encuentra situaciones en las que fue el propio Robledo Puch quien no habría accedido a cambios en su régimen de detención. Un posible destino fue la unidad penal de Magdalena, donde en uno de los pabellones se desarrolla una suerte de huerta con régimen abierto, caracterizado por una población carcelaria evangélica.

Sin embargo, habría desechado tal propuesta por no considerar ser parte de ese credo. Vale destacar que se define como una persona católica, inclusive en ese posicionamiento habría sentado su postura ante el debate de la legalización del aborto, al punto de haberse comunicado con grupos religiosos, según afirma una versión.

La otra negativa fue algo similar pero tenía como destino Baradero. Robledo Puch permanece en la Unidad Nº 2 con contacto con la población carcelaria, inclusive consume medios de comunicación y se mantiene al tanto de las informaciones. Quizás de allí también proviene su incomodidad.