Guido, como lo llamó su mamá Laura Carlotto cuando nació, también sostuvo que él "no merece ningún reconocimiento" en la lucha por recobrar su identidad, no obstante remarcó que ahora tiene "el compromiso de decirles a los que tienen dudas" sobre su historia "que busquen la verdad".

"La peor de la verdades siempre es infinitamente mejor que la más dulce de las mentiras", sentenció el nieto recuperado número 114, quien agregó que haber conocido su origen le sumó porque ahora tiene tres familias.

En una extensa entrevista a radio Continental, el músico indicó que la noticia sobre la recuperación de su identidad se vivió "con mucha alegría" en la localidad de Olavarría, donde vive, pero también reconoció que "hay una parte de la ciudad a la que no le importa, no toca el tema".

"La gente que no se alegró es la que pasa sin saludar", contó sobre su día a día en su pueblo, Loma Negra, y advirtió que esta noticia "ha movido la ciudad hasta sus cimientos" porque "ha salido información que estaba negada y no se quería ver".

Hurban también sostuvo que, tras enterarse de su verdadero origen, terminó convirtiéndose "en una imagen pública", por lo que debe manejarse "con mucho cuidado y respeto", pero remató: "En última instancia soy sólo un músico que encontró a su familia".

Además, les dejó un mensaje a los nietos apropiados que dudan sobre su identidad, al manifestar que "a pesar de todo, los lazos afectivos no se rompen" y que "el amor con el que te pueden haber criado no se rompe".

Sin embargo, el hijo de Laura Carlotto y Walmir Oscar Montoya sostuvo que ante un proceso judicial "cada uno tendrá que responder sobre las decisiones que oportunamente tomó".

El nieto de Carlotto también contó que en poco tiempo comenzará los trámites para ponerse Guido como segundo nombre.

Sobre la reunión con la presidenta Cristina Fernández en la Quinta de Olivos, dijo que "fue un encuentro muy íntimo, muy ameno" y "fue una manera de agradecerle el compromiso con la lucha de las Abuelas en la búsqueda de la verdad".