Para el ingeniero Fariña, "cuesta mucho levantar y la situación no termina de acomodarse. Además -dijo con respecto al valor de los materiales- cuando se va dominando la pandemia llega la inflación. Porque existe una suba constante de precios que no tiene ninguna lógica de mercado".

En tanto, la maestra mayor de obras Evelia Ocampo opinó que los precios de los materiales "subieron mucho" en julio pero en el transcurso de este mes "están amesetados".

De todos modos, para Ocampo, la obra privada se está moviendo "bastante", calificó, pero "no se construyen departamentos como se hacía antes. Sí se están haciendo casas particulares y de cien metros cuadrados o más y con calefacción central", con lo cual graficó de algún modo no solo un cambio en el gasto sino también en el estilo y en la modalidad de construcción. "Ya no se hacen aquellas casitas de 70 metros cuadrados", dijo.

Obras públicas y privadas

Según Orfel Fariña, "no hay sensatez en los precios de materiales. Hay formadores de precios pero hay consumidores a quienes tampoco les interesa mucho la calidad. Pero además, si bien hay obras públicas que se van haciendo, hay otras como la Casa de la Provincia o el Polo Judicial que son solo anuncios", sostuvo.

Sobre ello se podría decir que el famoso Polo Judicial es una ruina hoy pero "se puede seguir y sin mayores problemas, aunque no es el mismo precio hacer una obra en una sola etapa que en varias". Al respecto, ahí está el brazo de la grúa pendiendo sobre las casas y la gente del barrio como una espada de Damocles generando el terror en la gente.

"Hay una mascarada de obras, aunque Loma Negra terminó la suya y se están haciendo algunas pavimentaciones que van generando trabajo. Hay mucho movimiento pero no deja de ser una política de anuncios. Es una pena porque la obra pública moviliza todo el resto de la economía ya que no solo da trabajo directo sino también indirecto. Aparte, añadió, están las aulas en la Facultad de Ciencias de la Salud en donde se construyen aulas y laboratorios por casi 100 millones de pesos, y esa obra ya arrancó. Pero todavía todo me parece propio de la coyuntura electoral, voluntarioso y artesanal, pero genera trabajo y es dinero que entra en la ciudad".

"La obra privada todavía es poca -apuntó-. Se está remodelando o refaccionando, pero no se construyen departamentos que se los utilizaba como inversión inmobiliaria y el precio de los alquileres tiene mucho que ver con este parate".

Viviendas

En tanto, para Evelia Ocampo, "hay mucho trabajo privado porque -según remarcó- se construyen casas de cero y con una superficie llamativa. Entonces, a las remodelaciones también se le podrían sumar algunas construcciones nuevas porque hay muchos loteos, y la gente se compra un lote y con ayuda de sus padres se dedican a construir su propia casa".

Coincidió con Fariña en las obras públicas terminadas o comenzadas, pero para ella lo privado tiene un mayor volumen, y le añadió "la construcción de galpones".

Entonces, si bien afirmó que se hacen refacciones, también se está ocupando mano de obra en la construcción de viviendas nuevas para uso propio. "No son aquellas casitas de 70 metros cuadrados sino que tienen más de cien y con calefacción central, cosa que no se veía esto hasta hace algunos años. Aparte, hay mucha gente nueva, de afuera porque Olavarría es una ciudad muy convocante", subrayó.

Ocampo cuestionó la falta de mano de obra "porque no hay centros de enseñanza y capacitación. No funciona el Iteco, la Escuela Piloto..., yo creo que la Uocra debería dedicarse a esto", opinó.

En cuanto a los materiales, ambos coincidieron en que "aumentaron mucho el mes pasado pero que ahora los precios se fueron estabilizando un poco o se amesetaron" y que los valores de las viviendas se derrumbaron en dólares. Lo que antes costaba 40 mil dólares, hoy vale 25 mil", simplificaron. Pero ambos mantienen viva su esperanza de que poco a poco se va saliendo y que el mayor despegue se dará con el fin de la pandemia.