Cacho Fernández

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El cartel que se descubrió casi al final del acto es bien elocuente. "Aquí se cometieron crímenes de lesa humanidad durante el terrorismo de Estado", esa fue la frase que encabezaba una explicación acerca del rol cumplido por la que ahora es la ex Brigada de Investigaciones de Las Flores durante la última dictadura cívico-militar.

A la izquierda, las consignas de "Memoria" "Verdad" y "Justicia", las mismas que están impresas en las columnas que señalan el camino hacia Monte Peloni, otro centro clandestino de detención declarado también "sitio de la memoria".

En el mediodía de ayer, Las Flores pudo concretar este sustancial hecho de transformar lo que fue una tenebrosa cárcel clandestina entre 1976-83, en un lugar de construcción, de conocimiento histórico y por supuesto educativo para las futuras generaciones. "Y se pudo hacer por esta acción tripartita entre Nación, Provincia y Municipio", destacaron todos los funcionarios presentes en materia de derechos humanos. Detrás de estos niveles del Estado pero como partícipe necesario, estuvo Gladys D''Alessandro y el esfuerzo de "los amigos y familiares de las víctimas del terrorismo de Estado", que fue el organismo que se puso en marcha y no descansó nunca hasta lograr la puesta en valor de este lugar. Gladys fue la pareja de Carlos Labolita, un militante peronista secuestrado por el ejército apenas un mes después del golpe, y luego desaparecido. "Tengo sentimientos encontrados -dijo la militante de DD.HH.- y tiene que ver con la alegría de haber logrado esto y que haya políticas públicas. Si no fuese por eso nunca hubiésemos llegado a enjuiciar a los responsables (de la desaparición forzada de Carlos, su compañero). Lo que buscamos siempre fue memoria, verdad y justicia", subrayó.

Circuito represivo

El acto fue organizado por las Secretarías de DD.HH. de la Nación y la Provincia, la través de la Red Federal de Sitios de la Memoria, el Municipio y la comisión que conduce Gladys D''Alessandro. Estuvieron presentes algunos sobrevivientes de la ex Brigada, Carlos Gensón, Araceli Gutiérrez y Osvaldo Fernández; el intendente, César Gelené; el subsecretario de DD.HH. de la Nación, Carlos Pisoni; el titular de la Provincia en la materia, Guido Carlotto; la titular del Archivo Nacional de la Memoria, Judith Said, el director de formación de DD.HH., Matías Moreno, Carlos Labolita padre, quien también fue víctima de la dictadura, Gladys D''Alessandro, el diputado provincial, César Valicenti y el titular de la comisión de la Memoria local, Carmelo Vinci. Enviaron sus adhesiones Tati Almeida, de Madres de Plaza de Mayo, "Línea Fundadora", y Estela Carlotto, titular de Abuelas de Plaza de Mayo. El marco fue el adecuado: estudiantes, jóvenes militantes y gente del lugar.

Las Flores también exhibía esta primavera momentánea e inesperada. En la esquina de Avellaneda 705, el edificio de la ex Brigada de Investigaciones mostraba un estado impecable. De no ser por un pasillo apretado con celdas mucho más apretadas y el saloncito de torturas, cualquier podría suponer que allí se hacían solo trámites burocráticos o formales. Sin embargo, en ese lugar, hace 37 años, una docena de olavarrienses fueron llevados allí por el ejército y los grupos de tareas que funcionaron en la sub zona 12, a la que pertenecía esta dependencia policial. Porque la Brigada formó parte de un circuito represivo que incluyó otros centros de detención clandestinos como el Regimiento 10 y la Unidad Penal de Azul; La Huerta, en Tandil; Monte Peloni, en Olavarría; el Pozo de Arana, de Banfield; y la Brigada de Investigaciones de La Plata. (ver aparte)

El 27 de noviembre de 2008 la ex Brigada fue declarada bien de interés y referencia histórica y cultural y museo de la memoria según la ley provincial 13.925. En marzo de 2014 se desafectó su funcionamiento policial y se iniciaron las tareas de investigación, preservación y puesta en valor del sitio "en donde próximamente va a funcionar un espacio para la memoria", contó el locutor.

Discursos

Para el intendente Gelené, "este es un hecho muy importante para la memoria y se debe a que el Estado ha valorizado la lucha por los derechos humanos. Este es un Estado comprometido con la temática".

Carlos Labolita fue contundente: "hemos llegado a este maldito lugar -disparó- Porque es una cárcel y todas son malditas ya que están hechas para destruir al hombre. Nosotros tendremos que exorcizarla", dijo, y se disculpó por el término "un poco cinematográfico", sostuvo. Tras ello señaló que "éste será un lugar de memoria, de encuentro con los jóvenes de Las Flores. Tenemos que convertir esto en un lugar de charlas, de conferencias para las futuras generaciones".

Por los sobrevivientes hablaron Fernández y Araceli Gutiérrez. "Eramos todos militantes -dijo Araceli-, tanto yo como mi padre, mi hermana, mi cuñado (ambos desaparecidos) como Cacho Villeres y Graciela Follini (también desaparecidos)". Recordó con mucha emoción a su compañera y a su familia, y señaló además que hoy está como "casera" en Monte Peloni, pero en la casa que está adelante de lo que fue la cárcel clandestina. "En ese lugar bello hay una triste historia. Y hay que transformarlo. Nosotros queremos que la juventud tome nuestra posta y lo están haciendo porque están participando, ocupan cargos... Pero debemos rescatar estos lugares y transformarlos", remarcó.

Juan Pablo Villeres, hijo del matrimonio detenido-desaparecido, recordó que uno de los indicios fue el sonido del timbre o de la campana, dijo, de las escuelas que están enfrente. Y tomó ese dato para establecer una comunión entre la juventud, los estudiantes, y la memoria "que no tiene que ver con el pasado sino con el futuro y la construcción de una sociedad mejor", remató.

El subsecretario nacional de DD.HH. trajo el saludo de su titular, Martín Fresneda, y tanto él como Judith Said (Red Federal de Sitios de la Memoria), destacaron que se estaba construyendo un espacio de la memoria, e incluyeron "la lucha por la soberanía y el respeto de los derechos consagrados en la Constitución". Tras ello, ambos pronunciaron la famosa y sentida frase nacida en los ochenta del "nunca más".

"La lucha que estamos dando es por un país con justicia social", dijo Said, y agregó con énfasis militante: "Por eso estamos hoy aquí, por esa patria que estamos soñando, pese a quien le pese", dijo con tono desafiante.