La odontología en tiempos de pandemia
Cambios hubo que hacer en la forma de trabajar de todos. Los odontólogos también, por supuesto. ¿Qué cosas se introdujeron dentro del protocolo para trabajar con los pacientes?, le contamos:
Cambió el protocolo de atención a los pacientes. Siempre hubo un protocolo de esterilización básico que se aplicó siempre, pero para realizar distintas prácticas odontológicas como consultas, operatorias, tratamientos protéticos, antes no se colocaba al paciente el EPP, que es el Equipo de Protección Personal; sí se le colocaba para prácticas quirúrgicas de baja, mediana y alta complejidad, con camisolín, cofia y botas, cuando se hacía una cirugía odontológica, una colocación de implantes, una extracción en retención ósea, etc. Pero desde que empezó el Covid ese protocolo se amplió para todas las prácticas, ya que el riesgo de contagio es mayor. Es que el virus se encuentra en la salida, en todos los fluidos y también puede quedar en cualquier superficie, ya que cuando se realiza una práctica odontológica hay mucha aerolización cuando se utiliza la turbina, por ejemplo.
Por eso durante los primeros meses, cuando llegó el coronavirus, se prohibieron todas las prácticas de aerolización, como el uso de turbina o tallado por ejemplo, y se aceptaban las urgencias. Todo este tiempo le dio posibilidad al odontólogo de prepararse, ya que había muchos profesionales que al principio no estaban preparados. Además del doble par de guantes todos debían utilizar cofias, camisolines, barbijos, tanto el profesional como el paciente.
Hubo que investigar primeramente cómo debían manejarse los odontólogos ante esta nueva etapa con presencia de Covid. En realidad, el odontólogo que no hacía prácticas quirúrgicas tampoco estaba tan acostumbrado a utilizar aquel protocolo inicial. Es que desde la Facultad ya se enseña cuáles son los protocolos de prevención, los profesionales saben cómo hay que trabajar, pero a veces se dejaban cosas de lado porque se consideraban innecesarias. Pero la llegada del virus obligó a replantearse todo y a exigir un protocolo más estricto. Fue una obligación, más allá de que todos los odontólogos saben cuáles son las normas de bioseguridad específicas.
En realidad, también esas normas que forman parte del protocolo son excelentes para prevenir otros problemas, otros virus, bacterias, muchas enfermedades que se transmiten por vía respiratoria, la sangre o el flujo salival. Cuando se realizan determinadas prácticas se liberan muchos fluidos y se necesita un barbijo específico; encima generalmente se coloca arriba del N95, otro barbijo quirúrgico, y luego está la antiparra o máscara, y a veces la antiparra y la máscara también. Antes no se utilizan esos suplementos, y lo que cambió también fue el tiempo de atención.
Es que anteriormente los pacientes iban al consultorio por cualquier tipo de consultas y ahora esas se fueron eliminando, ya que era común ver a mucha gente en la sala de espera y/o los odontólogos atendían un paciente detrás de otro, pero eso también se modificó: ahora necesitan tiempo para una desinfección previa y una posterior de implementos, del ambiente y de todo lo que se tocó durante la atención al paciente, más allá de la esterilización normal que siempre se realizó. Todo esto llegó a la odontología para quedarse. Es que ahora los odontólogos tomaron conciencia de cuán expuestos están durante su trabajo.
Depende la especialidad, muchos profesionales tuvieron que invertir dinero en elementos para trabajar debido al nuevo protocolo. Es que depende la especialidad es el riesgo que asumen laboralmente. El cirujano, los endodoncistas, ya que la endodoncia implica mucho tallado y es una práctica que genera muchísimo polvo y no todos la quieren realizar. Es que hacer tallados u operatorias específicas se generan esas partículas. No es lo mismo que el ortodoncista, por ejemplo, que es un tratamiento mucho más "limpio". Hay especialidades dentro de la odontología que generan menos o más aerolización.
En síntesis, cambiaron los cuidados. Absolutamente. Del paciente y de los odontólogos a partir de tener que convivir con el virus. También cambiaron los tiempos de atención y de trabajo, ya que lo que se implementó es la atención previa en forma telefónica con el paciente, y la no concurrencia de éste sin necesidad, salvo urgencia, de modo que cuando va al consultorio es para hacer directamente una práctica o para un tratamiento o para resolver puntualmente un problema.
Aunque de a poco todo vuelve a la normalidad laboral, ya que los nuevos protocolos llegaron para quedarse, sobre todo el equipo de protección básico tanto para el paciente como para los profesionales (que seguramente no dejarán de usar esos equipos), además de sanitizarse los consultorios, obviamente, tal como se exige.