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Una semana antes, casi como una premonición de lo que pasó el sábado, desde la columna dominical "Escenario político", se sostenía que la interna entre el kirchnerismo y el sciolismo también se jugaba en la suerte de la Lista Celeste y Blanca conformada por La Cámpora y otras agrupaciones cristinistas que integran el grupo macro K que es "Unidos y Organizados", creado por Cristina Kirchner en aquella convocatoria en Vélez Sarsfield en la que la Presidenta excluyó a todos, peronistas pejotistas, gremios y demás, y dejó adentro solo a sus chicos.

Se comentó además que la pelea volvía con la misma fuerza de siempre producto de una contradicción político-ideológica que siempre se mantuvo latente o manifiesta. Que además, había sido el eje fundamental en el armado de lista durante 2013.

El resultado fue el de una derrota aplastante para la oposición (casi un 84% a poco más de un 16%, aproximadamente), probablemente jamás, en la historia de la Cooperativa, una lista opositora perdió por tan amplio margen.

El PJ y el santellanismo los había acompañado en la tarea de conseguir avales pero luego los abandonó a su propia suerte. Es que Miguel Santellán no quería jugar en este partido, no le interesaba hacerlo, y apostaba a que esta elección le ayudara a reducir el poder del cristinismo en la interna que se juega en el Frente para la Victoria. Fue como si se hubiese adelantado las PASO. Por lo tanto, el santellanismo, y como se dijo el domingo pasado, si bien les habría ayudado a lograr los avales necesarios, también luego los dejó solos y no les prestó su propio aparato. Es decir, los subió al ring pero no estuvo siquiera en el rincón.

Lo cierto es que la batalla entre el sciolismo y el kirchnerismo tuvo algunas evidencias el mismo viernes, cuando, según fuentes pejotistas, "hicieron todo lo posible para que no venga al Ceco, pero Diego (Bossio) no les dio bolilla porque fue a donde quiso".

Metodologías

La juventud de Unidos y Organizados insistió con su metodología de trabajar desde la comunicación, apostaron a una fuerte inversión publicitaria en algunos medios medios y a una radio comunitaria instalada en el veredón de la Vicente López para "construir" su mensaje, pero se olvidaron de algo elemental y ya probado por la Teoría de la Comunicación, esto es, atender a los mediatizadores populares del mensaje o los que se denominan "líderes de opinión", que no son otros que los referentes barriales, de clubes o de entidades sociales. La gente los escucha y atiende a sus sugerencias, y mucho más cuando se trata de preferencias electorales. De ahí que sigan teniendo representatividad y vigencia para el sector que representan.

La Cámpora, como también el cristinismo en general, -Cristina, con sus discursos unidireccionales, es un fiel exponente de esa metodología- se aferra al otro esquema, al de creer que el mensaje llega a la gente tal como sale del emisor, y sin ruidos en el camino. Por lo tanto, termina minimizando el poder de los factores mediadores o de estos líderes barriales o sociales en general. Y eso tiene que ver son la poca predisposición a trabajar cuerpo a cuerpo con quienes muchas veces tienen diferencias políticas o ideológicas. Es posible, entonces, que la poca práctica en la tarea cuerpo a cuerpo con la pluralidad les haya jugado en contra en estos comicios. Y eso más allá de la inversión publicitaria que pudieron haber hecho. La Lista Amarilla, en cambio, tiene años de práctica en todo esto y por supuesto otra construcción de poder. Aglutina a dirigentes de todo tipo y uno de los pocos que le quedó afuera fue José Nasello, presidente de la Federación de Centros de Jubilados, sobre quien se tuvo algún temor de que manejara el voto de los jubilados, gente que seguramente y por cultura, suele estar al día con el pago de sus facturas y que por lo tanto estaba en condiciones de votar. Pero ni Nasello ni Adriana Capuano pudieron aportar algo pese a tener el manejo de la estructura. ¿Será que ambos no tienen ninguna incidencia si no tienen el aparato del PJ detrás?.

El diputado provincial, César Valicenti, responsable político de la lista Celeste y Blanca, justificó su derrota en dos aspectos, la "poca participación" y que la Amarilla viene construyendo poder desde "hace 20 años". Sin embargo, para Mario Cura, (Amarilla), "para nosotros es muy buena participación", tras lo cual instó a tener en cuenta las restricciones estatutarias, que el tema eleccionario, por la falta de oposición durante los últimos diez años, no estaba instalado, y también incluyó el tema de la carrera de TC. "Mucha gente se instala desde el viernes en el autódromo y de ahí no lo sacás". Por lo tanto, que hayan votado casi cinco mil, a su juicio es muy bueno.

El otro tema es el político. A Mario Cura le sirvió para consolidarse en su propio "territorio" que es la Cooperativa y eso lo podría proyectarse para el año próximo siempre y cuando amplíe su incidencia en la comunidad apuntalando el trabajo con los barrios, clubes y entidades que esta vez lo acompañaron. Valicenti, en cambio, si bien puede ser anecdótico, la del sábado fue una derrota que lo podría dejar en desventaja frente a sus oponentes de las Primarias. Perdió mal en Hinojo, que es su lugar de origen, y esto es algo que lo debe estar inquietando al punto de tener que replantear su estrategia para poder revalidar su banca en la Legislatura.

Obviamente, la brecha con el PJ ya parece insalvable, y sus dudas con U y O se profundizan. A Valicenti lo preocupaba que hubiese tantas agrupaciones de UyO para tan pocos militantes. Es decir, demasiados sellos. "Falta más militancia para el trabajo cuerpo a cuerpo", confió un miembro de la agrupación cristinista.

En tanto, Miguel Santellán debe estar restregándose las manos, suponiendo que, más allá de la dimensión de los comicios, sentirá que los tiene a Valicenti y a otros de la misma agrupación casi fuera de la cancha, o del ring. Veremos ahora si desde la Nación, el lápiz de Cristina o de Zanini los vuelven a subir al cuadrilátero.