@sebaslindner / seba@mtcd.com.ar

"Todo cambia" se llama uno de los temas más conocidos de Mercedes Sosa. Claro que ese tema fue lanzado en 1984, época de walkmans, casettes y videos en VHS como tecnología de punta, aunque la mayoría seguía conservando sus discos de vinilo y continuaba viendo películas exclusivamente en el cine. Una época en la que además, no se avizoraban cambios importantes a corto plazo. La digitalización de música y producciones audiovisuales ha generado muchos cambios. Con la llegada de los CD’s, los DVD’s y el Bluray, por nombrar sólo los formatos que tuvieron mayor éxito, la historia comenzó a cambiar a favor del usuario y nos empezamos a acostumbrar a los cambios más rápidos en materia de tecnología.

Pero el cambio más grande de todos se dio con Internet. Dejando de lado la discusión sobre la mal llamada "piratería", lo cierto es que hoy, contando con una conexión respetable a Internet y un mínimo de conocimientos sobre descargas y visualización "on line", cualquiera de nosotros puede tener acceso a contenidos audiovisuales de cualquier origen en cuestión de minutos. Y para el que quiere hacer las cosas más simples todavía, y pagando por el servicio claro, existen plataformas que ya nos ofrecen el contenido digitalizado, disponible para ver cuando queremos.

Netflix es una de esas empresas, que ya ha alcanzado los cincuenta millones de usuarios y con presencia en más de 40 países, incluido el nuestro. Con exitosas series originales como "House of Cards" u "Orange is the new black", la idea ha prendido fuerte en Juan José Campanella que está creando la versión latinoamericana de esta plataforma online de contenidos audiovisuales desde la Academia de Artes Cinematográficas de Argentina.

Y lo cierto es que tantas cosas han cambiado tan rápido que la mayoría de las empresas de medios tradicionales no saben cómo adaptarse y en muchos casos, están patinando cada vez más y perdiendo audiencia con cada día que pasa. El modo de consumo se ha modificado tanto, que los anteriormente llamados "televidentes" (habrá que buscar una nueva forma de llamarlos) ya están acostumbrados a ver los contenidos en el momento que lo desean, en la computadora, la tablet, el celular o la tele y no cuando se lo impone el canal de TV. Cuando todavía hay muchos canales de aire y de cable que están viendo cómo hacer para cambiar la resolución de sus pantallas a 1080p, la mayoría de los consumidores han comprado televisores inteligentes con conexión a internet y ya ven todo lo que quieren en esa calidad de imagen.

Y esto se está empezando a aplicar a la radio también. Claro que hace rato que las radios transmiten on line, pero siempre bajo el esquema de la radio en vivo. Lo cierto es que, excepto para la transmisión de eventos deportivos o algunos eventos culturales en particular, no es necesario escuchar un programa en el momento que sale al aire. El "podcast" (programa grabado en formato digital, generalmente MP3) llegó para quedarse y creo, también para triunfar. La posibilidad de no atarse a ningún horario y escuchar nuestro programa preferido en el momento que queremos es demasiado tentadora para dejarla pasar.